JIMIN: Buenos días. Gracias.
RM: Buenos días. ¿Cómo estás?
JIMIN: Emocionado y nervioso. Nunca te he entrevistado antes. ¿También estás nervioso?
RM: Emocionado.
JIMIN: Es normal si vamos a hablar de alguien a quien amas.
RM: Será una conversación interesante y la primera vez que entremos en profundidad en la relación para Army.
JIMIN: Lo harás bien.
RM: Está bien.
JIMIN: ¿Es verdad que te escapabas para verle?
RM: Es cierto. No nos dejaban salir y yo quería verle.
JIMIN: Yo haría lo mismo. ¿Empezamos con la entrevista?
RM: Tus preguntas no son comprometidas, ¿no?
JIMIN: He intentado elegir las menos comprometidas.
RM: Aún puedes cambiarlas. ¿Estás seguro?
JIMIN: Casi seguro. Espero que no me mates después.
RM: ¿Tú crees?
JIMIN: Vamos con la primera pregunta.
RM: Muy bien.
JIMIN: La viste por primera vez en un restaurante cerca de nuestro primer dormitorio.
RM: Cierto.
JIMIN: Después te escabullías en cuanto tenías la oportunidad para cenar o comer allí.
RM: ¿Me viste?
JIMIN: No entendía qué hacías o a dónde te dirigías. ¿Cómo fue ese primer encuentro? ¿Qué sentiste?
RM: Fue como si me hubieran hechizado.
JIMIN: Lo cierto es que su voz es muy hipnotizante.
RM: No me dio tiempo de escuchar su voz para quedar hechizado.
JIMIN: Un gran flechazo.
RM: ¿*TN* lo verá? (El staff niega con la cabeza)
JIMIN: Te entiendo muy bien.
RM: *TN* es una dinamita que no queda quieta ni callada.
JIMIN: ¿Te habló primero?
RM: Sí. Era parte de su trabajo ser sociable para poder atender a los clientes. No sé cómo, llegó a pedirme el teléfono. No fue algo que me esperara en ese momento. Es alguien que desborda carisma por cada poro de su piel y eso atrae a cualquiera. ¿Sabes? El restaurante estaba siempre lleno cuando llegaba su turno y sabía que no estaban ahí solo por la comida.
JIMIN: Tuvo que ser duro ver que no fueras el único interesado en *TN*. Tuviste que hacer algo para llamar su atención y ser el afortunado al que le pidió el teléfono.
RM: No sé qué hice para merecer aquella suerte. ¿Sabes cuántos chicos rondaban a su alrededor? Había docenas de ellos cada vez que iba al restaurante. Era algo inusual, sobre todo, para la dueña del local. Aprovechó el momento hasta que *TN* se graduó.
JIMIN: ¿Cómo fue vuestra primera cita? Estuviste nervioso toda la semana.
RM: Fue difícil.
JIMIN: ¿A dónde fuisteis, a un restaurante?
RM: ¿A un restaurante? No. Quería que fuera una cita especial.
JIMIN: ¿Una cita especial?
RM: ¿Quieres saber? La llevé al parque de atracciones durante todo el día. Su día a día era un poco estresante con el trabajo y los estudios, así que, quería que se divirtiera sin pensar en nada más. Le encantaron todas las atracciones.
JIMIN: Es valiente para subirse a esas cosas.
RM: Cierto, aunque a veces solo disimula el miedo para no preocuparme y pasarlo bien. Ha ido perdiendo un poco el miedo a las alturas desde que nos conocimos. Me sorprende su entereza a la hora de afrontar sus miedos y temores. Y estoy feliz de haber sido parte de ese cambio. Aún sigo sin creer lo que estoy viviendo a su lado después de tantos años.
JIMIN: Creo que os he escuchado discutir muy pocas veces. La comunicación siempre es fundamental en una relación, tanto si es a distancia como conviviendo cada día. ¿Cómo lo solucionáis?
RM: Cierto.
JIMIN: ¿Cómo lo hacéis? Envidio la manera tan sencilla de cómo hacéis las paces.
RM: Por suerte siempre hemos tenido esa confianza para contarnos cualquier cosa que nos pase, ya sea buena o mala.
JIMIN: Todos notamos tu mal humor durante las prácticas cuando tuvisteis la primera discusión. Casi tomamos cartas en el asunto para que lo tuyo con *TN* no acabara así. Lo pensamos seriamente.