¿Podré alcanzar en algún momento de la vida la paz la armonía? Sin pensar en la agonía de los días que vivo y que viviré. Dejar las mascaras y ser como debo ser. Las interrogantes flotan en las noches que no tiene dueño. En el abismo que contemplo en mis desvelos amargos y solitarios. Y el camino que deseo se vuelve borroso, confuso. Caigo en el desanimo y en la comodidad de mis días. ¿Es una decisión cobarde? ¿O solo estoy acostumbrada a la vida que llevo? Y así sigo en rodeos, sin un fin, sin un norte, sin mi reflejo.