Imitadora

El oro perdió su brillo

Al devolver un regalo apreciado a los ocho meses de dulce espera se actúa errático, Kimberly se avoco a su talento, moldeando la cintura al apretar la faja se recupera la silueta y en la estética se disimulan las marcas de estiramiento de la piel agregando procedimientos de rejuvenecimiento, perfecta, se demanda a los cotillas por difamación, esa pérdida se enterró con el frágil cuerpo en el infante ataúd. Ocho meses y contando, de regreso a la América Insular se guardaban las apariencia de la familia perfecta. Kim evitaba las discusiones por amor a Axel, la filtración socavaba el terreno de la relación con su media naranja, dividió la vivienda en dos territorios, entonces ahorraba con el fin de mudarse fuese con el niño o sin él, sentía no era su familia, a pesar de los perdones transmitidos. Tenía que descubrir si de verdad el menor era suyo, aprovecho rebajar el cabello del Hacha Jockan en el tocador sonreía actuado, ahora sentada mirando la bandeja de entrada, abría el mensaje recibido en la encimera del comedor descubriendo traiciones.

Impresionada fue a revalidar la desfachatez, el parque acuático que construyo sin contratiempos la suegrita Jazmín, bajo un gran sombrero y gafas oscuras visito las instalaciones contratadas con gran parte de sus ganancias en la disquera, uno de los comunes detonantes con Bayron Xavier, el porqué no alcanzaba la plata, pidió coñac, mandando a meterse en sus asuntos al camarero tras la sugerencia del coctel de la casa. 

Si la abochorno en televisión el guantazo de respuesta seria recargado, despidió a todo el personal, el abogado, la asistente, la maquillista, el vestuarista, estaban allí en la alberca disfrutando con el zorro de amplio antifaz mientras ella se quemaba en los estudios de grabación. Chapoteando agua unos a otros, la llamada entrante del maridito preocupado preguntando por la inasistencia a los ensayos dando razones de porque no debía faltar.

- Se escucha un ruido acuoso amor ¿estás en la playa?

- No, estoy produciendo nuestro próximo disco de platino, distintísimo a usted que quien sabe donde se mete; resulto muy movido, arrasara las premiaciones.

- Ponle empeño.

- Arranque pues, hoy me quedare tarde trabajando con Chavette, mosca el niño.

- Debo colgar, adiós.

Volvió a la casa de sus padres con retraimiento de entrar, al meter la llave en el arranque Estela la freno tocando la cacerola con el cacillo, ni idea del maquiavélico telón de los Urrutia, los viejos rehusaron vivir a lo grande por el disfrute de levantar su casita hecha con sus propias manos, pegando bloque a bloque con esfuerzos, ella era una carricita metiendo la mano en el cemento, salpicándose alegre.

Por sus tristes ojos que se hacían de rogar a ponerse flácida, la elocuente Estela se frenaba caer a charla y el venerable José Antonio la empujaba a darle silencio. Silencio… toda su vida ha sido ruidosa, escuchar el vacio es un sonido nuevo, el pitido en los oídos es arisco. Sus padres conservaban su habitación, no podía creer le gustase ese CD de Paulina Morena y lo mucho que repitió los estribillos a todo gañote. Ojeando los álbumes de recortes, pegaba calcomanías con su imagen rodeada de estrellas al lado de cantantes pasados de moda. Su guitarra acústica lucia derrotada en la cesta de ropa sucia si se afinaba volvería a ser un instrumento musical, es arriesgado saber cómo se afina el alma destrozada, en que paso perdió el sonido de su voz. Diez años, amando la inexperiencia por ser demasiado tierna y excluir la castidad siendo empujada por la corriente de la pasión. Se hizo la dormida, la casa de la traición tenía letrero de letras rojas en el césped –se vende- sus padres discutían cálculos.

- Ese hijo de puerca la traiciono estoy segura ¡ay! Mi carajita linda.

- Baja la voz que nos va escuchar.

- Estoy haciendo un esfuerzo José Antonio.

- Si la niña vuelve no te niego sucedió algo feo lo mejor es apoyarla.

- Me haces sentir en un velorio, todos calladitos tomando café y caldo de agua.

- Si sales con tus locuras se agarrota.

- El chavo es ahora… aunque eso es buena idea, viejo, un balde de agua a ver si se avispa.

- Un duchazo toma, a ver si te calmas…

- Calmada estoy, la estresante es ella con sus ojos de huevo tibio.

- A dormir Estela… buenas noches…

- Si tengo razón no me contradigas, guerra avisada no mata soldado… mato a escobazos a ese sucio, todos son unos sucios, todos…

- Pero te gusta revolcarte con el cochino…

José Antonio se encerró en el armario esquivando la paliza. En los turbios giros del destino su madre le robaba una temerosa sonrisita. Traspaso propiedad privada, recordó cuando aquel abrió la puerta con su camiseta blanca y jeans gastados se olvida presta lo rico y delicioso constituyéndolo la horrible rata de dos patas que es. Entro sentándose en aquel sofá buscando su perfume, rastros de ese hombre del cual se enamoro, se levanto a ver la mecedora de Coromoto -mechita- sería tan rastrera, seria herencia. Unas tablas tapaban las ventilaciones, un soplo helado movió sus cabellos, de tacto amable.

- Estrellita… ¿me regalas un abrazo? –un velo blanco flotaba en el aire con la cara de la ancianita-

- Lo odio –dijo llorando- los odio.



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En el texto hay: voces, canto, artistas secretos traicin

Editado: 18.03.2021

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