Immundus

Catorce

 

—14—

 

c

Miro a Enzo por el espejo mientras se termina de acomodar el cabello de forma despreocupada. Dejo de mirarlo y ajusto el moño blanco en mi cuello ¿se encontrará con Sienna en el vestíbulo o la ira a buscar a su dormitorio? Muevo mi cabeza intentando eliminar mis pensamientos sobre esa chica. Tengo un plan que comenzar y ponerle verdadero cuidado a ella no ayudaría en nada, en cambio, lo empeoraría.

—¿Bajaras al vestíbulo? —Enzo pregunta tomando su móvil.

—Me encontraré con Elara en el descanso de las escaleras.

Me mira interrogante sin decir nada.

—¿Qué? —espeto.

—No seas idiota, pregúntame. —Sonríe burlesco.

—No me interesa —miento rodando los ojos.  El emite un bufido incrédulo.

—No quedamos en nada, supongo que la veré allá.

Me encojo de hombros con indiferencia.

—¿Listo?

—Si.

Abro la puerta para que los dos salgamos de la habitación. Mientras camino puedo escuchar el sonido de voces hablando a lo lejos que de seguro vienen de la primera planta. El baile acaba de iniciar y nadie querría ser los únicos en el gran salón.

Enzo y yo llegamos al descanso de las escaleras donde Marcus y Francis hablan recargados en el barandal mirando hacia abajo donde muchos de los alumnos se encuentran charlando animadamente.

—¿Chismorreando sin mí? —Enzo se burla.

—Cierra la boca. —Francis responde—. ¿Otro baile solo, Lorenzo?

Enzo se encoje de hombros sin contestar y se recarga a su lado. Marcus me mira cómplice, yo le conté en la práctica de ayer sobre la cita de Enzo, pero sabía que Marcus no le diría a nadie más.

—Nunca he estado solo —habla engreído.

—¿Entonces tu cita es un secreto? —inquiero para molestarlo.

—¡¿Qué?! —Francis grita.

Algunos chicos que pasaban a nuestro lado lo miran despectivamente.

—Decidí que era momento de hacer las cosas como es debido. Una buena fotografía para que mi madre ponga en la sala principal —contesta con naturalidad.

—¿Y a quien carajos invitaste? —Francis interroga con sorpresa. Marcus y yo intercambiamos miradas divertidas.

—De hecho, esta justo ahí. —Señala con sutileza hacia el piso de abajo—. Rubia de Vestido rosado y cabello semi recogido. Por el pasillo izquierdo.

Hay varías rubias con vestidos rosados, pero yo ya se quién es su cita y no necesito que aclare nada más. La observo detenidamente, es de las pocas en no utilizar guantes o, más bien, una de las únicas tres en no usarlos. El vestido rosa pálido se ajusta hasta arriba de sus rodillas y cae amplio hasta el piso, su cabello es sostenido con un broche dorado. Siento un movimiento en mi hombro, el cual hace que deje de mirarla.

—¿Qué? —murmuro un poco ido.

—Las chicas están acercándose. —Marcus anuncia mirándome con curiosidad.

Giro hacia el frente encontrándome a las tres chicas luciendo increíbles, como es usual. Me acerco a Elara con una amplia sonrisa, ella se sonroja un poco, pero me regresa la sonrisa.

—¿Qué te parece? —pregunta tocando los costados de su vestido celeste con detalles en tul del mismo tono en los tirantes, es ajustado en la cintura y cae con un poco de volumen hasta el suelo; aretes y collar de perlas que yo le obsequie y guantes blancos largos con un par de anillos sobre estos. Elara es una de las chicas más bellas y tengo suerte de que sea mi cita.

—Perfecta. —Sonrío ofreciendo mi brazo.

Después de alagar a mi prima y Tara, Elara y yo bajamos seguidos por los demás.

—Ahí viene la nueva víctima de Helena. —Elara susurra con diversión.

El chico Brad se acerca a las escaleras vestido decentemente, punto para él. Lo veo hacerse a un lado dejando ver a Sienna, nuestras miradas se conectan rápidamente y siento una especie de vulnerabilidad surgir dentro de mí. No me mira con desprecio o molestia como la mayoría de las veces. La voz de Helena a mi lado hace que apartemos la vista y observo como el pobre chico es arrastrado por la imposible de mi prima.

Enzo se acerca a Sienna como si fueran los mejores amigos y la hace reír un momento antes de saludar a su hermano y sus amigos. La pelirroja me sonríe con amabilidad y yo intento hacerlo también. Mis ojos se posan en mis amigos quienes están sorprendidos por el giro inesperado. Enzo y Sienna.

—¿Lo sabias? —Elara me pregunta con una sonrisa. Yo asiento—. Es lindo.

No lo es.

—Tenían que ser hermanos. —Félix exclama alzando la voz con humor.

Mis ojos caen en Sienna de nuevo y para mi sorpresa ella ya me está mirando, Elara jala mi brazo con sutileza para caminar al salón. Sienna me sonríe antes de que yo me aleje. Debí sonreírle.  Solo por el plan.



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En el texto hay: angelescaidos, fantacia, romance

Editado: 15.01.2024

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