Immundus

Diecisiete

—17—

 

s

—Leo —exclamo al verlo salir de la oficina del rector.

Este me mira con enfado. Lo veo caminar hacia la salida sin dirigirme la palabra.

—Leo, por favor —suplico—. Necesito hablar contigo.

Se detiene un segundo con la mano en la puerta, pienso que va responderme, pero la empuja con violencia y sale de las oficinas. Lo sigo decidida a enfrentarlo, debe pensar que lo que sucede es mi culpa, pero lamentablemente todo indica que él estuvo involucrado con lo de ayer.

—No creo que sea buena idea. —La voz de Caelum me detiene.

—Necesito hablar con mi hermano.

Mi voz suena afectada.

—No quiere escucharte —dice con un bufido—. ¿No es obvio?

Sin tomar en cuenta sus palabras salgo de las oficinas divisando a mi hermano dirigiéndose a la residencia, escucho la puerta cerrarse detrás de mí. Miro de reojo encontrando a Caelum caminando despreocupado detrás de mí.

—Leo —llamo, pero este sigue ignorándome.

Continúo llamándolo hasta que estamos en el vestíbulo y mi hermano se gira con furia hacia mí.

—¿Qué carajo quieres? —gruñe. Él nunca me habla así.

—Hablar contigo —declaro—. Saber porque hiciste eso.

Su mirada cambia de molestia al desdén.

—¿Decidiste que es verdad? —espeta—. Crees en ellos.

—Leo, quiero que me cuentes tu versión —hablo con cautela.

—¿Para qué? —Ríe con rabia—.  ¿Me creerías si te dijera que no sé qué mierda paso? ¿Qué no he hablado con Félix en mi vida? El rector dijo que tu fuiste una de los testigos.

Su voz es dura y al final herida.

—Yo nunca dije que hubieras sido tu o Carrie —aclaro con firmeza.

—Pero ellos sí. —Señala a Caelum quien se ha mantenido en silencio detrás de mí.

—Leo, sé que fue Carrie. —Miro a mi hermano con afecto—. Tu nunca participarías en algo así.

—Ella tampoco hizo nada —rechista—. ¿No lo ves? Ellos planearon esto ¡Date cuenta!

Leo exclama con desesperación. No sé qué pensar o decir, no creo que mi hermano sea capaz de cometer un acto tan atroz, pero Carrie, no sé. Hay algo que me inquieta sobre ella y no la conozco lo suficiente como para descartar su culpabilidad. Sin embargo, lo que hicieron parece algo que los Orionis harían. Aunque no puedo olvidar que todo los señala como culpables, hay testigos ¿estoy siendo tonta? ¿ingenua y ciega?

—No la conozco —argumento.

—¡Tampoco a ellos, Sienna! —grita—. Lo que sucedió suena algo que ellos harían, que han hecho ¿Recuerdas o ya te borraron la memoria con un embrujo?

—Lo recuerdo, pero ellos…

—¿Han cambiado? ¿Son tus amigos? —interrumpe con sarcasmo—. Nunca pensé que fueras tan estúpida.

—Yo cuidaría mis palabras si fuera tu. —Caelum advierte con calma.

—Tu eres el peor de todos —escupe—. No puedo creer que estés con él.

—Estoy intentando adaptarme y darle una oportunidad a este mundo, Leo. Algo que tú y Carrie no han intentado —explico tratando de que me entienda.

—No tienes que preocuparte por que nosotros seamos los inadaptados, Sienna. Nos echaron —dice con acidez.

—No puedes marcharte molesto conmigo —pido—. Mamá dijo que estuviéramos juntos.

—Yo no soy el culpable de que no sea así —masculla—. Has elegido, Sienna. Espero no te apuñalen por la espalda, o más bien, que no lo hagan tan duro.

Leo me mira con decepción, luego dirige su mirada a Caelum llena de odio y rencor. Después sube por las escaleras sin mirar atrás.  Siento mi garganta apretarse y mis ojos comenzar a picar, acomodo mi cabello detrás de mis orejas y miro hacia el suelo intentando no llorar. No tengo éxito y siento las lágrimas resbalar por mis mejillas, me doy la vuelta para que Caelum no me vea.

—Tenemos clase. —Lo escucho decir.

—Necesito un momento —hablo con dificultad—. ¿Me dejarías sola?

Caelum no responde y después de un momento escucho como se aleja; al girarme el ya no está y me permito soltar las lágrimas tomando asiento en una de las sillas debajo de las escaleras.

Mi hermano se iría pensando que lo traicione, que no creo en él. Tal vez lo hice, al mantenerme callada y no refutar más hacia las palabras de Hades y Caelum, pero todo los culpaba. Puede que esté tratando de creer más de lo que debo en ellos, pero las pruebas están ahí y siempre me he arraigado a ellas. Mi padre dice que lo que se ve, se sabe y se descubre, es lo que es, sin importar que tan extraño parezca. Sigo sin creer que mi hermano fuera parte, pero tengo mis dudas de Carrie.

Limpio las lágrimas de mi rostro y después de una visita al baño, me dirijo a una de mis clases, ya había perdido las dos primeras, tengo que ponerme al corriente y tal vez así logre olvidarme de que Leo va a irse.



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En el texto hay: angelescaidos, fantacia, romance

Editado: 15.01.2024

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