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…c…
Fue divertido ver la pequeña cabeza de Sienna revolverse con la presencia inesperada de su mejor amiga Becca, una humana. Nuestra interacción con los humanos es tan insignificante, que apenas y puede llamarse interacción. Nuestros padres tienen un mayor contacto, nosotros no hemos llegado a tener esa desgracia, aún. Sabemos que en el futuro será inevitable, dada nuestra posición y nuestro don.
Tara y Marcus están algo impactados por la amiga de Sienna, no puedo deducir si es incomodidad o repugnancia. Los humanos son un animal más para nosotros, su falta de inteligencia y su capacidad infinita de autodestrucción los dejan, a nuestros ojos, en el final de la jerarquía del reino animal.
—Ella es muy bonita. —Tara habla sobre Becca—. Y parece una persona sería.
—¿Estas tratando de obligarte a ver todo lo bueno en ella para olvidar que es una humana?
Mi voz está llena de diversión y escepticismo. Ella me fulmina.
—Es la mejor amiga de Sienna, Cael —me regaña—. Debemos ser educados y lo más amigables que podamos, será como un ensayo para nuestro brillante futuro.
—¿De qué futuro hablan? —Francis se acerca con las chicas francesas, de las cuales aún no se sus nombres.
—De nuestro deber Orioni, estúpido. —Tara rueda los ojos.
—Pensé que hablaban de casarse y tener una familia, y todas esas idioteces que dice Marcus que te empeñas en sacar a relucir siempre.
Francis comenta tomando asiento a mi lado con simpleza.
—¿Disculpa? —Ella responde entre dientes aniquilando a Marcus con la mirada.
No puedo evitar sonreír.
—Yo no… yo nunca. —Marcus balbucea, pero ella lo calla con un manotazo.
—¿Entonces porque hablan un sábado por la tarde sobre nuestro futuro?
—Porque la mejor amiga de Sienna…
—Becca. —Francis asiente—. La de la idea del patín, si la recuerdo.
Lo miro sin entender de qué habla, pero continúo hablando.
—Ella está aquí, apareció de sorpresa.
—Genial. —Sonríe—. Carne fresca.
Marcus, Tara y yo miramos en dirección a las chicas francesas en la mesa de alado, las cuales se encuentran hablando en su idioma natal.
—Ellas están resultando monótonas. —Se encoje de hombros.
—Ni lo pienses —advierto con seriedad.
Francis me mira con burla y reto en sus ojos turquesa.
—Tú te estas tirando a una Immundus. No veo porque yo no pueda…
—Porque es una humana, peor que una Immundus.
Lo corto con algo de irritación, ya que estarme tirando a Sienna no es como lo describiría, no hemos hecho demasiado para considerarlo así.
—No voy a casarme con ella, Cael. —Ríe—. Relájate, amigo.
Marcus comienza a regañarlo y se suman en una pelea bastante dramática mientras Tara y yo nos divertimos con el espectáculo disfrutando de nuestro almuerzo.
—El cabrón dijo que solo iría por un café. —Francis farfulla mirando su reloj.
—¿Quién? —Tara quiere saber.
—Enzo. —Mira a las francesas que lucen aburridas—. No puedo con las dos, además una está muy interesada en él, el cabrón dijo que me ayudaría con ella para poder estar a solas con… —corta sus palabras con expresión pensante.
—¿No te sabes su nombre, imbécil? —Tara lo reprende en voz baja.
—No hay necesidad de saber tanto sobre ella —se excusa.
—Si no fueras mi amigo te cortaría las pelotas.
Marcus besa a su novia en la mejilla para que se calme.
—Vayamos por un helado y podemos aprovechar para buscarlo.
Sugiero poniéndome de pie y colocándome el abrigo.
Todos asienten y salimos del restaurante a una repostería italiana que tiene excelentes gelatos. Una vez dentro, nos encontramos con Hades, Valentina, Lucas y Elara.
—Yo voy por los gelatos. —Marcus ofrece—. ¿Lo de siempre?
Tara y yo asentimos, Francis está afuera con las francesas.
—¿Y Sienna? —Archer pregunta mirando hacia la puerta en busca de su amiga.
—Su mejor amiga está de visita, fue sorpresa y esta con ella, probablemente intentando que no descubra lo que somos.
Tara suelta con una pequeña risa al final.
—¿Becca está aquí? —Lucas exclama—. ¿Cómo supo dónde encontrarla?
—Leonard —contesto.
—Pero ellos no están hablando. —Tara agrega confundida—. ¿Cómo sabía Leo que ella estaría en el pueblo?
—Tal vez la envió al instituto. —Elara comenta concentrada en su frappuccino.
—Ella la llamo para verificar que estaba en el pueblo.
Explico a todos, Archer evade mi mirada y no parece querer hablar más.