Imperfectamente Perfecta.

Capitulo 2.

Mis padres seguían discutiendo acaloradamente. Desde mi habitación se escuchaban los gritos de mi madre, los insultos mutuos, las puertas se cerraban bruscamente. Creo que hasta se partió algo.

Y yo, seguía ahí; enrollada en mis cobijas y llorando. Mi padre había subido después de que me encerré. Pero no le abrí. No me atreví a hacerlo.

En mi cabeza analizaba cada detalle. Cada señal que fueron bastantes claras. Pero para mí no tienen sentido.

Siempre pensando de más, tomarme las cosas muy enserio.—Aunque sea mínima.— Esas eran unas de mi debilidades. Además lloro, lloro mucho. Mejor dicho: muchísimo. Y esto no me ayuda mucho que digamos.

Mi madre siempre nos pinta cómo la familia feliz. En las cenas y fiestas familiares por parte de mi padre, siempre pretendemos ser lo que no somos. Mi madre no me grita e insulta, mi hermana no me critica o hace bromas con otros sobre mi físico.

En fin una cuerda de hipócritas.

Sí, también tengo una voz en mi cabeza. Ahora sé que el peor enemigo que tengo ahora soy yo misma.

Limpie una de mis lagrimas y recuerdo el día en que llegue de la secundaría:

—Cuidado se te rompe el pantalón cuando te agaches.Susurro el chico.

No me aguante las ganas de llorar, rápidamente se desbordaron mis ojos, y ese río de lagrimas saladas recorrieron mis mejillas hasta caer de mi cara.

Tome mis cuadernos, no me moleste en recoger los apuntes. Empece a notar que mis ojos ardían, los tendré rojos. Un nudo en mi garganta que no me permitía hablar.

Sabía muy bien que esto pasaría, pero no le di importancia. Para mí era unos de mi temores, pero ahora se convirtió en realidad y en mi pesadilla.

Odio ser gorda, odio mi vida, odio haber venido, odio ser yo...

Pase casi corriendo la puerta de salida, llegue al autobús y fui directamente a los puestos de atrás. Estaba prácticamente sola hasta que de subieron esos tres junto a otro grupo. Recorrieron todos los puestos, pero decidieron sentarse al frente de mí.

En este momento quisiera ser invisible o mejor...desearía jamás haber nacido.

Mi cara estaba roja de tanto llorar, al igual que mis ojos. Y ellos lo notaron. Obviamente se pusieron de acuerdo y siguieron con las mismas.

Lo único que salia de sus bocas eran insultos, ofensas, bromas con mi físico. Así pasaron la media hora que tenía que transcurrir el bus hasta mi calle. Llegue a mi casa, y lo primero que hice fue ir a "hablar" con mi madre. Más bien a intentarlo.

¿Adivinen que pasó?

Me dio la insultada del mes, no me la dio mi hermana. Pero ella sí. Y cuando digo "del mes", me refiero a que me saco en cara hasta el aire que respiro. Y ahora estoy llorando contra mi almohada, sollozos salen de ves en cuando.

Lo que más me da rabia, es que ella aparenta ser una madre que escucha a sus hijas. Cuando en realidad es una borracha sin cuidado alguno. Que no le presta atención a sus hijas. La mayor se la pasa fumada y yo ahora con probable depresión e inseguridades. 

Y cuanta razón tenía en ese momento.

Di un respingo cuando un estruendo sonó en la parte baja. Sí, definitivamente se había roto algo. Baje rápido las escaleras y me detuve cuando mi madre esta apunto de tirar un plato a la cabeza de mi padre. se detuvo cuando solté un grito y me acerque llorando.

—¡Por favor!— Solté entre lagrimas. —Por favor, paren con todo esto. ¿Así es cómo ustedes arreglan las cosas?— Seguí casi susurrando.

—Hija, ve a tu habitación.— Mi padre me dice en un tono calmado.

Negué con la cabeza, y me acerque a él llorando cada segundo más y más. Lo abrace y le dije con voz temblorosa.

—Mejor...¿Por qué mejor no te vas tú?— Solté un sollozo. —Para que ella se calme y deje de gritar...Papi hazme caso.

—¡VES, ES UNA MANIPULADORA DE MIERDA!— Grito de nuevo mi madre. Y eso me altero más.

—¿Me dices manipuladora porque lloro?— Empece —Me gritas que soy una llorona...¡PERO TE IMPORTA UN CARAJO EL PORQUE ESTOY ASÍ!

Solo basto con gritarle para que viniera y me diera una cachetada que sonó. Y dolió.

Me fui de nuevo a mi habitación, mi padre me hizo caso y se fue. Por otro lado mamá está partiendo todas la botellas de vodka —Porque se le acabó y no puede salir a comprar más.— Mi hermana llegó de una fiesta y no tardo en imitarme y encerrarse en su habitación.

*** 

No dormí en toda la noche. Me la pase llorando. Por una parte agradezco que sea Sábado, por la otra lo odio porque tuve que limpiar el desastre que causaron ayer. Mi hermana —Como siempre lo hace.— No salió de su habitación, mi mamá dice que yo estoy de "niña bonita" pero ella no ve a mi hermana, que no es capaz de lavar un plato porque se parte las uñas.

Mi padre intento explicarme las cosas por teléfono, pero yo era un mar de lagrimas y lo único que logre entender fue que estaba  en casa de una chica y... Ya no recuerdo, tenía la mente en blanco de tanto llorar.

Después de lo de anoche, no me atrevo a llorar en frente de ella. Me paso lo mismo en la secundaria.

—¿Intentas chantajearme, llorando?— Dijo en tono de burla la rubia y la pelinegra se hecho a reír.

Ahora menos llorare en publico.

«Ya das bastante pena con tu físico»

 Ugh, estúpida voz. ¿Cómo se desasen de esta?.

«No te libraras de mí, hasta...» 

Solté un sonido de frustración y fui a darme una ducha.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.