Capítulo III: ¿Por Qué El Te Cae Mal?

El almuerzo fue perfecto ¿Porque? Sencillo conseguí el número del mejor amigo de mi hermano, mi amor platónico de niña, pero eso nadie lo sabe ni lo sabrá jamás, ese será mi secreto hasta que me muera porque si no mi hermano me matará.

Abuela ¿Porque te tienes que ir?- pregunté un poco triste, ayudando a mi abuela a recoger el comedor y llevando los traste para lavarlos.

Porque tengo que visitar y cuidar a tú tío Marlon que está enfermo a lo que se recupere tenlo por seguro cariño que yo estaré aqui, pero te tengo una condición ¿Si?- me dijo con esa voz que siempre utilizaba para que comiera algo que no quería y como siempre me termina convenciendo.

¿Qué condición?- dije un poco intrigada, quería saber que era, aunque Igualmente lo que me pida mi abuela yo se lo daré siempre ha sido así ella es mi única debilidad.

Que te vengas a visitarnos vivir un tiempo conmigo- dijo con una sonrisa de añoranza, se me empañan los ojos ¿Porque? Porque ella me extraña demasiado y por eso me está pidiendo que me venga a vivir con ella, volteó mi cara para que no lo noté

Está bien, yo vendré a quedarme un tiempo contigo- digo con una felicidad que no me la podrá quitar nadie. 

Me dirijo hacia la antigua habitación mía para bañarme para ir para la casa de Wuilmary, veo la hora en mi celular y se que es un poco tarde, me apresuró a tomar un baño, abro el grifo y el agua recorre mi cuerpo es en ese momento en el cuale pongo a pensar ¿Porque a pesar de ser feliz con todo lo que obtengo, siento ese vacío inmeso dentro de mí? Niego con la cabeza y me obligó a mi misma a dejar de pensar estupideces. Después de darme un baño super rápido corro hacia el cuarto y abro mi clóset y saco un vestido sencillo veraniego color lila, unas sandalias bajas blancas y listo empiezo a arreglarme lo más rápido posible antes de que me medio mate Wuilmary.

Ya vestida salgo y veo a mi hermano junto con el chico que se roba mi suspiros Dios como hace ese hombre para volverme loca, me lo como con la mirada antes de que se voltee y se de cuenta que babeo por el. Me encaminó hacia la salida y a lo que estoy por abrir la puerta escuchó esa voz fastidiosa, blanqueo los ojos se había tardado.

¿Para dónde vas, demonio?- dice mirando fijamente, Carlos me ve igual pero hay algo distinto en su mirada ¿Que es?- Para donde yo quiera ¿Porque la pregunta?- digo sería porque sabe perfectamente que no me gusta dar explicaciones.

Rebe sabes perfectamente que tú hermano solo te quiere cuidar ¿Hagamos un trato si? Yo te acompaño y te dejo en el lugar al que vas y así observó si no hay peligro mientras Rob se ducha y ya problema resuelto y nos evitamos media de el fastidioso sermón de tu hermano- dice blanqueando los ojos con fastidio aunque se que esto le divierte lo se por su media sonrisa, hago como si lo estuviera pensando aunque no hay nada que pensar- Está bien me puedes acompañar Carlos ¿Feliz hermanito? - digo mirándolo

Está bien que te acompañe Carlos, pasaré por ti a las 9:00 PM espero que sea suficiente tiempo y si no me da igual- dice con un gesto de indiferencia pero nada en este momento me dañará mi felicidad.

Salimos de la casa de mi abuela callados yo como siempre me hago la tonta a su lado aunque se que de tonta ni el cabello, me le acercó poco a poco hasta estar en un punto de agarrale la mano, pero no muy pronto no me quiero ver desesperada el está metido en su mundo que ni siquiera se ha dado cuenta, hombres al fin.

Ya a lo que reacciona me ve y sonríe dulce 

¿Cómo estás? Ya te olvidaste de nosotros que ni vienes a visitarme ¿Ya te olvidaste de este pobre ancianito que te adora?- dice poniendose una mano en el pecho fingiendo estar ofendido, suelto una carcajada al pensar en todo lo que el hacía por verme feliz, por eso que ocupa un gran lugar en mi corazón.

Estoy super mega bien o ¿Acaso ese pobre ancianito ya no puede ver?- digo señalando mi cuerpo siguiéndole el juego, pero valió la pena seguir ese juego al escudo esa risa tan sexy que tiene.

Se preguntarán que es lo que le gusta de el, pues es sencillo, Carlos siempre que esté contigo dedicará su tiempo para hacerte sentir especial, además que su físico lo ayuda mucho es alto mide 1,82, su cabello abundante azabache, un poco musculoso, sonrisa perfecta con eses hoyuelos en los cachetes, labios rosados, moreno, y lo que más maravilla esos ojos avellanas Dios como me vuelve loca.

Entre chistes llegamos a la casa de Wuilmary,no me quiero despedir de el pero se que ya es hora. 

Bueno hasta aquí es el tour Rebe, pasó por ti a las 9:00- dice dándome un abrazo y beso en la mejilla- Espera para que no tengan que esperar anota mi número telefónico para cuando estén en camino yo lo espero afuera- digo inventando la mejor excusa para conseguir su número, en mi mente una mini yo hace el baile de la victoria

Está bien- dice sacando su celular y anota mi número, a lo que voltea ve a una joven muy preciosa, se la está comiendo con la mirada pero no puedo hacer nada aunque sienta un poco de celos- Bueno ahora sí. No vemos Rebe- dice animado si y sin duda alguna ese es Carlos un perro sin escrúpulos con las mujeres, se despide mío de nuevo pero está vez me da el beso en la comisura del labio, ese acto me dejo estupefacta, el solo me guiña un ojo y se voltea y camina hacia la casa de mi abuela y yo sigo viendo su figura sin entender su acto.

Me obligó a mi misma a voltear y llamar al timbre, en eso abre la puerta una maraña rojiza y siento un peso encima afincó bien mis pies para que no nos caigamos en el suelo pues ese es el tornado llamado Wuilmary. 

Te extrañe mucho, muchísimo Yang- si no decimos así por nuestro tamaño y que nuestra locura es casi la misma- Ven vamos a esperar que Vic me tiene que traer unas galletas- dijo alegre si nosotras solemos ser muy convincente a la hora de querer comer algún dulce  y veo que el pobre de Vic no se salvó de sus garras.