Capítulo 1

Mi nombre es Dafne, vivo en las afueras de ciudad helada, en una pequeña casa con mi familia que trabajan para una casa de brujos. Nuestro mundo cambió totalmente después de la última guerra, en ese entonces yo apenas tenía tres años y casi no recuerdo nada de esa época, pero se oyen muchas historias sobre todo de como el rey vampiro Demian acabo con la amenaza de los dioses que nos sometían, desde entonces se crearon las fronteras o los muros que sirven para mantener un control en el reino y sobre todo para separar a los mortales de los seres inmortales.

El reino esta separado por ocho regiones: ciudad Brillante, ciudad Fuego , ciudad Marina, ciudad Pesadilla, ciudad Helada, ciudad Perdida, ciudad Mortal y ciudad Oscura donde vive la familia real. 

Mi padre es mitad brujo y mitad mortal por eso tenemos permitido vivir en terreno de brujos aunque no tenemos ningún privilegio, mi madre y yo somos mortales por lo que no tenemos ningún poder, mi hermano si heredo algo de la magia de papa. Yo siempre me he sentido fuera de lugar en este sitio pero por lo menos vivimos bien, mi sueño desde que llegamos a la ciudad Helada ha sido formar parte de la guardia del rey y demostrar que a pesar de no tener poderes y de ser humana, soy capaz de enfrentarme al mundo inmortal. 

Nunca he confiado en las intenciones del rey, él se quedo con todo el poder de los dioses al acabar con ellos y aseguró que ahora que los dioses no estaban se iban a acabar los conflictos y por eso creó los muros y al contrarío de lo que todo el mundo piensa de que los dioses nos tenían sometidos al darle más poder a los mortales que a los inmortales, creo que el rey es el que tiene a todas las cortes sometidas, encerradas y divididas entre muros con una promesa de paz.

Estoy como casi todas las tardes entrenando en el viejo garaje, cuando llega mi hermano Roy.

—¿Daf vas a seguir ahí todo el día?— Me habla mi hermano Roy desde la puerta del garaje.

—Sí, ya sabes que los juegos del rey son en menos de dos semanas y quiero mejorar mi puntería—Respondo mientras apunto con un arco a la diana de la pared, disparo y doy en el blanco.

—Daf sabes que te apoyo en todo pero acabas de cumplir los dieciocho y es una locura que quieras enfrentarte a esas pruebas, son demasiado duras para una humana.

—Roy llevo preparándome para esto durante toda mi vida y sabes lo buena que soy, no me importa tener que enfrentarme a seres inmortales, tal vez tengas razón y no lo consiga pero al menos lo habré intentado.

—Esta bien Daf, ni siquiera voy a intentar hacerte cambiar de idea porque sé que no voy a conseguir nada—Se cruza de brazos y va hacia la estantería donde se encuentran las armas—Eres capaz de defenderte mejor que nadie y no hay quien te gane con una espada, venga demuéstrame de lo que eres capaz.

—Sabes de lo que soy capaz, pero creo que te gusta perder así que está bien, intenta ganarme si es que puedes, brujo —Alzo la espada y me pongo en posición mientras que él hace lo mismo.

—Eso ya lo veremos pequeña mortal—Me ataca varias veces con la espada, pero es muy predecible y simplemente paro sus golpes con la mía para cansarlo y tomar ventaja.

—Que pasa estas tomándotelo enserio o es que estas perdiendo facultades hermanito—Llevo años peleando con seres más fuertes que yo y he aprendido varios trucos si los enfureces la mayoría de las veces puedes desconcentrarlos y aprovechar eso para ganar y es justo lo que estoy intentando conseguir.

—Te crees mejor que nadie hermanita, pero no olvides que fui yo el que te enseño a pelear—Eso cree él pero lo que no sabe es que he estado aprovechando por las noches para ir a las peleas clandestinas que hay en el bosque, obviamente disfrazada para que nadie me reconociera y he aprendido demasiados trucos, golpea fuerte y en un mal movimiento que hace con la espada aprovecho para hacer un giro con la mía y termino desarmándolo.

—Gane Roy y no me creo la mejor sé que lo soy, por eso voy a ir al torneo y voy a ganarle a todos no importa lo fuertes o rápidos que sean, yo siempre seré más inteligente que ellos, seguramente todos se reirán de mí eso lo sé, quien creería que una simple humana podría ganarle a un vampiro o a un metamorfo, se confiaran y eso jugará a mi favor.

—Me impresionas Daf, no creí que fueras a tener siquiera una oportunidad y tienes razón se lo difícil que ha sido para ti vivir en un mundo en donde no te consideran nada por ser lo que eres, vamos a hablar con nuestros padres para que te dejen competir y voy a ayudarte en lo que haga falta, pero esto no va a ser nada fácil tienes que ser consciente de eso.

—Lo sé, gracias—Me acerco a abrazar a mi hermano.

Ya es de noche estamos en el comedor con mama esperando a que papa llegue de casa de los Avery, nosotros vivimos en el lugar más apartado de la propiedad. Son un grupo de brujos muy poderosos, no tienen muy buena relación con el rey por eso viven las afueras de la corte para no tener que rendirle cuentas a nadie, papa actúa de intermediario entre ellos y el rey, es como una especie de informante entre ellos, aunque no estén de acuerdo en como el rey maneja los asuntos en el reino, tampoco quieren tener problemas con él. No es la primera vez que esto ocurre ya ha pasado en otras familias que se opusieron a él y no terminaron bien, algunas desaparecieron y otras terminaron presas, se sabe que muchas personas tampoco están de acuerdo con sus métodos pero no son capaces de contradecirlo. Ese es otro motivo por el que quiero estar cerca de él para ver que es lo que ocurre realmente en el castillo de ciudad Oscura.

Cuando papa llega nos sentamos a cenar y empezamos a hablar de lo que hicimos en el día. Necesito decirle lo de los juegos, no se como se lo tomará pero supongo que cuanto antes se lo diga será mejor y supongo que este es un buen momento para decírselo así que lo digo sin más.

—Papa, voy a participar en los juegos del rey para formar parte de la guardia e ir a ciudad Oscura, se que nunca has estado de acuerdo con que lo haga pero ya cumplí los dieciocho y es algo que siempre he querido—Todos se callan y me miran hasta que mi padre contesta.