Imperio De Sombras

Capítulo 11

—Haz algo Nilak, ayúdanos, no te quedes ahí parado—Digo mientras Caleb y yo intentamos ahuyentar a las ratas.

Nilak esta tumbado en un sofá con una pierna apoyada en un mesita frente a la chimenea, el lugar donde nos encontramos es grande sería perfecto si no estuviese plagado de ratas.

—Enserio crees que me molestan unas cuantas de ratas, he convivido con cosas peores—Dice y si es verdad no quiero ni imaginarme con que.

—No entiendo porque has venido tu en lugar de Roy, eres...—Me corta antes de que pueda terminar.

—Encantador, ya lo sé todos me lo dicen—Dice y creo que mi cara se pone a juego con mi color de pelo.

—Insoportable iba a decir.

—Estoy seguro de que cuando salgamos de aquí no seguirás pensando eso.

—Ya fíjate que lo dudo.

—Además soy el único que conoce bien las costumbres de los duendes sin mi seguramente no saldrías con vida de aquí.

Y ahí terminamos la conversación porque aunque no quisiera reconocerlo, él una vez mas tenía la razón.

Terminamos con las ratas unas horas después y estoy destrozada después del día de hoy, así que me dejo caer en la cama de espaldas y caigo encima de un cuerpo.

—¡Auch! No sabía que además de un duende también era un colchón—Ruedo a un lado apenada con Caleb.

—Lo siento, no te vi—Dije ya lejos de él.

—No te preocupes, puedes quedarte en la cama yo dormiré en el sofá.

—Bien ¿Dónde esta Nilak?

—Salió hace rato según él montará guardia fuera por si acaso.

—Vale buenas noches Caleb.

—Buenas noches princesa, descansa.

Me despierto de madrugada, Caleb sigue durmiendo en el sofá y no hay ni rastro de Nilak por la habitación, no termino de acostumbrarme a este nuevo cuerpo, salgo al pequeño balcón y puedo ver la mayor parte de la ciudad desde aquí, me doy la vuelta para entrar y me detengo cuando veo a la persona que me observa desde encima del tejado.

—¿Llevas ahí toda la noche?—Pregunto a Nilak.

-Si.

—No es la primera vez que te veo vagando por la noche sin dormir ¿Tú no duermes verdad?

—No, ya lo sabes ahora dime ¿Qué haces despierta Dafne?

—No podía dormir todavía no me acostumbro a la sensación de tener este cuerpo.

—Es normal es un cuerpo mágico, para ti lo mas lógico que te afecte de manera diferente a nosotros dos.

—No ibas a hacer guardia afuera ¿Qué haces en el tejado a estas horas?

—No lo se supongo que solo observo las estrellas, siempre me ha gustado hacerlo desde que era niño.

—No se casi nada de ti Nilak, ahora me doy cuenta ¿Puedo hacerte una pregunta?

—Solo te concederé una porque estoy de buen humor.

—Bien ¿De que ciudad eres?

—De ninguna de ellas.

—¡Qué!¿Entonces eres de otro reino?

—Dije que solo una pregunta y ya sabes demasiado, es mejor que esto no se lo digas a nadie o me meterás en problemas.

—Esta bien no preguntaré mas y no te preocupes no diré nada de esta conversación a nadie.

—Será mejor que entres.

—¿Algún día me dirás algo mas?

—Tal vez algún día, ahora duerme.

Varias horas después estamos dirigiendo a las minas a buscar trabajo, cuando llegamos conocemos al jefe de la mina nos presentamos con él y nos da los horarios para empezar a trabajar y las indicaciones básicas, tenemos un mal salario y muchas horas de trabajo sin descansos.

A Nilak lo mandan al sector norte de la mina y a Caleb y a mi al sur, quieren separar al grupo para saber como trabajamos individualmente y luego nos volverán a juntar.

—Mantener los ojos abiertos y si escucháis algo sobre el polvo intentad que no se os note la curiosidad demasiado, tratad de actuar lo más normal posible—Avisa Nilak.

Después de eso cada uno se dirigió a su sector en la mina, yo me fui con Caleb.

Picamos y picamos toda la tarde y nada, ni escuchamos nada ni nadie se acerca a nosotros. Nilak tampoco tiene suerte, es de noche y vamos camino de nuestra habitación por las calles del pueblo, cuando empieza a sonar una alarma.

Todos los duendes empiezan a correr hacia la plaza del pueblo donde se encuentra el mercado, nosotros también empezamos a correr hacia allí.

—¿Qué esta pasando Nilak?—Pregunta Caleb.

—No tengo ni idea, pero seguro que nada bueno.

—No dejéis de corred, algo malo se acerca—Escuchamos que dicen otros duendes que pasan al lado nuestra.

Estamos todos en el mercado, cuando el suelo empieza a vibrar, algo grande se esta acercando por el muro de la ciudad, tal vez un troll.

Seguimos esperando y se oyen pisadas cada vez mas cerca, todo ocurre de un momento a otro, estoy de pie y de repente estoy en el suelo sangrando, algo ha chocado con el muro de la pequeña ciudad y una piedra que se ha desprendido me ha golpeado la cabeza, Nilak y Caleb me levantan y me esconden detrás de un puesto.

Un grupo de luchadores del rey esta intentando tomar la ciudad para hacerse con el polvo de hada, han hecho lo que paso por mi cabeza como primera opción, pero nunca había considerado lo que esa decisión podría causar, desde donde estamos lo podemos ver todo muchos de los duendes están heridos por los escombros del muro que han salido volando, muchos otros están muertos, las casas están destrozadas.

Los duendes que quedan empiezan a agruparse y sus ojos empiezan a cambiar a un color rojizo y parece que crecen algo de tamaño, hay un total de tres humanos  a uno de ellos los duendes empiezan a escalarle por el cuerpo, él intenta librarse de ellos pero son muchos y mientras se quita a unos de encima ya tiene a otros, escalan hasta el lugar donde se encuentran sus ojos y le clavan lanzas en ellos, el hombre cae al suelo y con los otros dos pasa lo mismo, luego llegan un grupo de trolls para sacarlos de la ciudad y terminan por matarlos.

Una vez acabada la pelea la ciudad esta destrozada igual que los que han perdido a algún ser querido, esto ha sido una masacre, y todo por la competición del rey, han muerto niños en la pelea, mas razones para detener al rey de una vez por todas. Intento levantarme pero no soy capaz.



#8034 en Fantasía
#3040 en Personajes sobrenaturales

En el texto hay: misterio, romance, magia

Editado: 12.10.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.