Epílogo
Dos días antes del segundo cumpleaños de la pequeña Violet, supe con certeza esa misma mañana que estaba embarazada. He incluso antes de mirar el test de embarazo…simplemente, lo supe
Sentada en el taburete del baño, esperaba paciente a Víctor. Lo escuchaba moverse en el dormitorio, y sabía que en cuestión de segundos entraría para darse una ducha.
Su cara de sorpresa fue un bálsamo para mí. Lo quería tanto que, de buena gana, seria yo quien lo empujaría hacia la ducha para hacerle el amor apasionadamente como me tenía acostumbrada.
Levantó una ceja, interrogativa… dos segundos le tomó en entender la situación.
—¿Estas Segura? –había preguntado, cogiéndome de las manos, atrayéndome hacia su dorso desnudo, mientras que con la mano libre cogía el test de embarazo. —Pensé que este día estaba tardando en llegar. —dijo besándome en la frente.
—Los mejores momentos se hacen esperar, —respondí con una sonrisa.
—Te creo, cariño. Tu llegaste a mi vida en el mejor momento, haciendo mi existencia única.
—Yo no podría decir lo mismo…al principio de conocernos. —respondí para soltarle un beso en la barbilla.
Víctor se retiró de mi para mirarme, sus ojos delataban todo el cariño y amor que me veneraba.
—Te quiero. Te querré siempre. Tu y Violet y este bebé en camino…sois mi mundo, mi vida.
—Y nosotros sin ti, no queremos estar. Te necesito en mi vida, en mis brazos…
***
Robert and Sally se habían mudado a la preciosa propiedad, regalo de la a abuela a solo veinte minutos en coche de Watamu. Dejando la cabaña de la playa como lugar de refugio romántico y para días de picnic y pesca.
En cuestión de días viajarían hacia Europa. Sally había recuperado la movilidad completamente, no quedando secuelas algunas. Salvo una fina y larga línea detrás de muslo de la pierna más dañada,
Tenían un plan en mente… intentar concebir, Sally era bastante consciente de las palabras dichas por su doctor dos años atrás. El ser madre podría ser algo imposible, pero eso no significaba que ella era estéril.
El viaje alrededor de Europa les tomaría tres semanas y de paso visitarían una buena renombrada clínica en Alemania especializada en casos de embarazos difíciles.
***
De Jason no legué a saber nada desde que dejé Durban…
La fortuita suerte quiso que mi madre se encontrara con él, mientras ella cerraba la boutique para ir almorzare. Tras una breve charla he intercambios de números de teléfono, recibí una llamada sorpresa de Jason.
Debo admitir que me sorprendió y me sentí un poco incomoda por la forma en que me fui, sin volver a comunicarme con él. Pero Jason no me guardaba rencor, después de todo, siempre habría modelos bellas con quien trabajar y corazones por conquistar,
Editado: 17.05.2025