Imposible Olvidar

OCHO

Todas las veces llegue antes de tiempo en el aula sólo estaban unas cuantas personas y mi compañero de equipo. Lo encontré seriamente sentado en el lugar habitual de los trece, las últimas semanas había sentado conmigo la segunda fila.

 

—¿Te sentaras aquí hoy?

—Este es el lugar para la élite, ¿porque no habría de sentarme aquí?

—¿Quieres que me siente aquí contigo?

—Beatrix, eres libre de sentarte donde gustes.

—¿Qué ocurre?

—¿Tiene que ocurrir algo para que me dé cuenta de que estaba interesado en la persona equivocada?

 

¿Qué? ¿Interesado? Lo olvidaba, está  mal de la cabeza.

 

—No, ¿sabes? tienes razón me sentaré donde yo quiera.

 

Me senté en mi lugar habitual, pensando en lo extraño de nuestra conversación. Para el primer periodo de receso tenía como diez llamadas perdidas de Aaron, un centenar de mensajes. Mientras me saltaba el almuerzo, me dediqué a revisar los mensajes, todos ellos hablaban de lo bien que se la había pasado la noche del sábado…. Hacia un mes y apenas hablaba al respecto… de lo emocionado y como estaba planeando nuestra siguiente cita.

 

No respondí ninguno de los mensajes, lo vería al salir del curso y entonces le respondería. Entre al portal del programa para revisar los nuevos mensajes de los cursos, que no era más que una plataforma en donde los alumnos subían anécdotas fotografías imágenes, videos, cualquier cosa relevante en sus vidas y con el programa.

 

Me llevé una pésima sorpresa a darme cuenta de que Aaron subido una foto nuestra del día de la cita, estábamos en el restaurante y acabamos de pedir la comida. Había colocado al pie de la imagen una frase que decía “la primera de tres y será mi novia”. No me interesó leer los comentarios, sabía qué tipo de comentario serían.

 

Pero entendí entonces cuál era la molestia de Raziel, él había visto la foto en el tablero y dado que me había pedido que no saliera con Aron supongo que imaginó que había roto la promesa que cree que le hice. Estaba en medio de esa discusión mental cuando decidió aparecer Cata frente a mí, basta decir que si hubiera sido una caricatura le hubiera salido humo por las orejas.

 

—¿Novia?

—Me beso esa anoche, ¿qué esperabas que le dijera?… Sólo atiné a decirle que con tres citas tenía que tratar de conquistarme, que posiblemente seria su novia si lo lograba.

 

Se dejó caer en el asiento a mi lado y recargo sus codos en la barra frente a nosotros.

 

—¿Qué va a pasar con Raziel?

—Con Raziel no va a ocurrir nada, él ha dejado muy en claro qué no le interesó…

—¿Por qué insistes con esa tontería? Tú le gustas, pero él es… No te alejes de él, yo sé que le gustas.

—¡Basta Catalina! No quiero saber más del tema.

—Aaron es mi amigo, lo estimo… Pero no eres para él… Sólo van a lastimarse.

 

Se marchó del salón realmente furiosa, tenía que evitar que los sentimientos le ganarán a la razón. Al salir de clase todo el mundo hablaba acerca de la foto de Aarón Martín, algunos decían que se había vuelto loco, otros decían que era parte de una apuesta, algunos más atrevidos que sólo era una broma.

 

Decidí volver al aula, esperaría a que los pasillos se vaciaran para salir. Recargue mi cabeza en la barra que tenía frente a mí, mi vida no podía ser más tranquila, más simple. Recuerdos del incidente comenzaron a volver a mi memoria, esa maldita fiesta a la que no quería asistir.

 

Aba y Julián… y él… Mi mejor amiga y su pésimo novio, era un maldito traidor y por esa traición los perdí. Afortunadamente mis pensamientos Fueron interrumpidos por el sonido de la puerta del salón abriéndose, quién fue el idiota que había abierto la puerta, le estaba eternamente agradecida.

 

—¿Cariño qué estás haciendo aquí?

 

No, ¿porque esto me pasa a mí? Levante la cabeza perezosamente para encontrarme con Aron Martín.

 

—Hola.

—Te estoy esperando afuera, pero veo que sale todo tu grupo y tú no… ¿ocurrió algo malo?

—Sí, tu colgando la fotografía de nosotros en el tablero del proyecto.

—No veo que tenga de malo.

—Los comentarios no son hacia ti, las malas lenguas no hieren tu susceptibilidad.

—Ya entiendo, si te molesta puedo borrarla.

—No, a mí no me molestó, pero quiero que la borres.

—Bien, entonces vamos te llevaré a casa.

—Okay.



#22318 en Novela romántica

En el texto hay: traicion, romance, drama

Editado: 25.08.2021

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