Imposible Olvidar

CAPÍTULO DIECIOCHO

Esa noche decidimos que saldríamos a pasear por los alrededores de Santa Lucía, le daría el recorrido que le habia prometido. Además, sentía que era momento de contarle un poco de la historia de mi vida, de lo que habia pasado con él. Lo lleve a un lugar donde no había estado en los últimos 3 años, habia sido el único lugar que llegue a considerar mi casa en algun momento.


Era una casa en la calle principal del pueblo de Santa Lucía que en años mejores había sido de paredes blancas, con un jardín rebosante de flores de muchos colores y árboles frutales. Ahora sólo era el doloroso recuerdo del paso del tiempo, estacione el auto en frente de la casa pero no nos bajamos de él, me costaba comenzar a hablar.

 

–En esa casa vivía Aba y su mamá, su padre murió cuando ella tenía 5 años… la familia le dio la espalda por ser una madre soltera. Así que sólo eran ellas dos cuando nos conocimos en la escuela, ella destacaba entre la multitud por su pelo multicolor un día lo traía verde, a la semana siguiente azul y al mes próximo los traía de un color pistache. Utilizaba piercings falsos para volver loca a la maestra Aurora, creo que la dirección era su segunda casa. Su mamá venía dos veces por semana a hablar con el director por algún problema que ella había causado –no pude evitar reír al recordar las travesuras de Aba –Si mi madre hubiera estado pendiente de mí, me habrá dicho que no podía juntarme con esa chica porque era una muy mala influencia… la verdad agradezco que me des cuidara tanto. En esa casa de allá –señale una casa con un porche naranja que tenía una barda de abetos –Vivía César el mejor amigo de Aba y que se convertiría en mi novio me giré un poco en el asiento para señalar otra dirección –Tres calles más abajo en esa dirección vive David, desde antes que yo la conociera en el instituto ya eran pareja.

 

–Si esto te duele tanto entonces mejor no me cuentes nada.

–Tengo que hacerlo

–De acuerdo te escucho.

–Como ya te había platicado, yo siempre fui la rara tratando de encajar. Aba me ayudo porque yo la ayudaba a salir de sus problemas, la motivaba para estudiar prácticamente vivía en su casa, compartía mi vida con su madre y con ella… nunca he sido de fiestas o de tomar alcohol en exceso antes de que terminara el curso de ese año uno de los chicos el pueblo hizo la fiesta. Ella me rogó por días o semanas que la acompañara,
yo no quería, pero posiblemente fuera la última fiesta del curso pues algunos se graduaría. Al principio todo estaba marchando perfectamente bien, ya sabes la típica fiesta de adolescentes donde hay drogas, alcohol y sexo. Un pueblo muy alejado de la ciudad pero tan contaminados como ellos, en un momento dado Aba y yo nos separamos, David se la llevó… César y yo pensamos que era para encerrarse en alguna de las habitaciones de la casa, casi a la medianoche César también desapareció. David vino a buscarme diciéndome que César se había puesto mal y que estaba en una de las habitaciones.

–Supongo que le creíste.

–No me caía bien, era verdad… pero después de todo era el novio de mi mejor amiga, cuando entre a la habitación, David cerró la puerta tras de sí.

–Beatrix detente.

–César estaba sentado en la cama fumando un cigarrillo, que por el aroma supuse era marihuana, no me quitaba la mirada de encima… como si estuviera analizándome, y entonces David dijo algo que me hizo saber que fue un error haber ido esa fiesta… dijo: “esta noche vas a aprender la manera correcta de satisfacer a un hombre”. Yo no entendía a qué demonio se refería y porque tendría que ser el que me enseñara, y entonces César lo apoyo. Dijo: “que si no aprendía no sería más que una frígida”, por razones de curiosidad y experimentación más que de placer yo ya había tenido relaciones con César… así que eso no era algo nuevo para mí, pero en ese momento entendí que sí peleaba de todas maneras iban a salirse con la suya.

–No me digas esto Beatrix, yo no sé si podré escucharte decirlo.

 

Lo mire a los ojos porque no tenía miedo de hablar de lo que me habia pasado, necesitaba decirlo, porque necesitaba hacerlo.

 

–Lo soportaras…

 

Puse en marcha el coche nuevamente, lo lleve hasta la casa de la fiesta que no estaba lejos del lugar, entre la casa de Aba y ese lugar habia un recorrido de 10 minutos de separación, hice el comentario de que en esa casa había sido la fiesta, señalando una propiedad. Pero no me detuve, continúe mi camino hasta la siguiente calle, en una curva inclinada que bajaba desde la colina.

 

–Dejé que ellos me llevaran a la cama, César permitió que David comenzar a desvestirme, rompió mi blusa y justo en ese momento la puerta se abrió… era Aba había estado buscándome y alguien había ido con el chisme. Diciéndole que yo seduje a su novio, al principio en su mirada pude ver de desilusión y muchas otras emociones que sabía nos separarían. David trataba de explicarle no sé qué cosas y César sólo estaba allí parado observándome, entonces me puse de pie y me acerque a ella. Sólo pude decirle que “ella me conocía” le dije: “Aba tú me conoces, tú me conoces”… salí de la casa con las miradas de todos y los comentarios a mi espalda. Cuando salí de la casa comenzaba a llover y entonces bajé por la calle en dirección al pueblo –le señale la dirección que tome esa noche de la casa al sur sobre esa carretera –No sabía que estaba llorando porque la lluvia era torrencial, está curva es peligrosa, han habido accidentes muy serios aquí… de pronto las luces del auto atrajeron mi atención. David manejaba, César era el copiloto y Aba venia en el asiento trasero… no sé qué les habrá dicho para que fueran por mí, aun así no me subiría al auto.



#23822 en Novela romántica

En el texto hay: traicion, romance, drama

Editado: 25.08.2021

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