Imposible vivir sin ti

Capítulo 44 "Su espacio"

Entramos en la cafetería, buscamos una mesa libre y nos sentamos
-¿qué tal el viaje hijo?- inquiere mamá
-bien solo que extrañamos demasiado, estamos acostumbrados a vivir aqui- respondo
-es increíble como cambian las cosas, jamás imaginé vivir en otra ciudad que no fuera Los Ángeles- dice Emma pensativa
-tampoco yo- agrego
-¿tu hija como estas?- le pregunta mirandola
-muy bien, estresada por los estudios pero ya falta menos- se encoge de hombros. Mi hermana a pesar de ser una chica demasiado loca debo admitir que es admirable en cuanto se esfuerza por conseguir algo lo logra sin importar lo difícil que sea. Al convertirse en madre su vida cambió por completo pero no dejó que eso cambiará sus metas, jamás imagine que se enamoraría de un futbolista ya que los odiaba, excepto a mi por supuesto, jamás han sido su tipo pero en el corazón no se manda, no tengo dudas de eso. Incluso a veces el amor está frente a nuestros ojos y no miramos al lugar correcto. Quizás pude haber sido feliz mucho tiempo antes pero no le prestaba atención a Sarah, no esperaba sentirme atraído por ella siendo la mejor amiga de Emma pero ya no quiero pensar en eso, sobretodo por el daño que le cause.
-a veces me sorprendes- comenta mi hermana esbozando una sonrisa burlona
-¿por que?- pregunto sin entender
-porque piensas- bromea
-hija no seas así con tu hermano- la regaña mamá y quien rie esta vez soy yo. Siempre tuve la ligera sospechas de ser su preferido
-no es justo, siempre lo defiendes- me saca la lengua
-¡siempre tan madura hermanita!- ironizó. Mamá niega divertida
-¡dile algo!- se queja. Los tres empezamos a reír, pasar tiempo con ellas es realmente increíble.
Luego de hablar más de dos horas y ponernos al día nos despedimos, mamá reservó un hotel aunque Emma y yo le insistimos que quedara con nosotros no acepto.
Llego a casa y me dirijo a la cocina, bebo un poco de agua luego regreso a la sala, Sarah abre la puerta y da un respingo al verme
-no soy tan feo- digo en broma pero ella no rie
-no esperaba verte- confiesa, aunque eso ya lo tengo en claro.
-¿vienes de ver a la doctora?- inquiero, no recuerdo su apellido pero se que sabe a quien me refiero, abre los ojos como plato
-¿cómo lo sabes?-
-ayer en la mañana llamaron para confirmar la cita- respondo -¿no te sientes bien?- entorno los ojos 
-no es eso, solo me realice un chequeo- replica -ya sabes algunos estudios, nada importante- se sienta en el sofá y la imito
-esta bien ¿tienes hambre? Podemos encargar pizza-
-no, además debo terminar un trabajo práctico- sus ojos se cristalizan, la observo con preocupación
-¿segura que estas bien? - insisto
-si, no te preocupes- replica poco segura, suena el timbre
-como digas, por mucho que te pregunte cuando no quieres hablar simplemente no lo haces- me encojo de hombros un poco molesto mientras camino hacia la puerta. Abro y veo a Harry allí, su rostro refleja angustia y preocupación
-¿qué ocurre Harry?- estoy convencido que no se trata de una visita social. Me hago a un lado y él entra, lo invito a la sala, Sarah ya no está allí tomamos asiento
-no sé cómo decirte esto, en verdad me siento apenado por esta situación pero ...-
-dime ¿qué pasa?- lo interrumpo intranquilo
-Liam anoche entraron a tu casa y se llevaron todo, destrozaron las cámaras de seguridad; no hay registros de nada- baja la mirada
-¿hiciste la denuncia?- cuestiono
-si, pero necesitas estar presente ya que eres el propietario. Debemos regresar a la delegación-
-bien, vuelvo en cinco minutos- subo las escaleras. No veo a Sarah en el cuarto pero escucho la ducha, abro la puerta del baño y la veo de pie frente al espejo viéndose fijamente sin parpadear
-amor- me acerco a ella -me estas preocupando ¿que tienes?- le pregunto, gira su rostro hacia mi
-¿quién era?- ignora lo que acabo de decir, me hago a un lado y cierro el grifo.
-¿qué te pasa?- pregunto 
-nada- espeta sin mirarme mientras sale del baño
-¿por que actúas así?- cuestiono confundido -estas aquí ¿qué pasa contigo? ¿Ahora dirás que extrañas vivir en Los Angeles? - levanto un poco la voz, comienza a desesperarme su actitud. No la entiendo si no me explica, enloquecere si no lo hace pronto.
-no me grites- chilla -te he dicho que no me pasa nada, solo quiero estar sola ¿no lo entiendes?- cubre  su rostro con ambas manos
-como quieras, me voy a la delegación- espeto fríamente y sin dar más explicaciones salgo de alli. Bajo las escaleras pero  Harry ya no está, salgo y lo veo junto a su camioneta esperandome, sin decir una palabra encaminamos a la delegación; me molesta discutir por cosas sin sentido, no peleamos seguido pero no acostumbro a marcharme así, me siento mal a pesar de no ser el culpable.
Después de esperar cuarenta minutos para ser antedidos por un oficial logramos hacer la exposición, yo solo firmé, digamos que mi presencia no fue demasiado útil. Regreso a casa, aunque no quiero llegar aparco frente, entro a paso lento y en la sala veo a Alicia, Deborah e Ingrid. Las saludo ellas responden amablemente, subo al cuarto Sarah se coloca su mochila de cuero color rosa
-¿por que fuiste a la delegación?- pregunta seria, luce muy bonita con su cabello suelto y poco maquillaje aunque mas cargado que el que usa habitualmente, su loción de vainilla inunda mis fosas nasales
-Harry estuvo aquí para avisarme que robaron todo en la casa de la playa- respondo intentando concentrarme en cada palabra que sale de mi boca, aunque  no es sencillo cuando me observa así 
-¡oh por Dios!- suelta asombrada -¿él y su familia estan bien?- pregunta preocupada, yo asiento
-no hay registros de los hechos, dudo que puedan hacer demasiado- admito, se acerca a mi y toma mi mano
-¿quieres que me quede contigo?- cuestiona
-no es necesario, tus amigas están aqui- replico
-puedo decirles que no es buen momento, además quiero disculparme por lo que paso- baja la mirada
-¿alguna vez me dirás la verdad?- elevo una ceja
-¿seguro no quieres que me quede?- me contempla con cierta timidez, niego con la cabeza
-que lo pases bien- me alejo un poco mientras camino hacia el clóset, busco alguna camiseta que ponerme, siento sus brazos rodearme desde atrás y cierro los ojos ¡mi maldita debilidad, Sarah Morton!
-te amo- susurra
-y yo a ti- respondo, giro hasta quedar frente a ella, nos miramos fijamente a los ojos una vez más 
-nos vemos luego- deja un beso en mi labios y la observo desaparecer tras la puerta. Quizás necesita espacio, solo espero no se sienta asfixiada por mi, quizás no se atreve a decírmelo.

~Narra Sarah~

No ha sido el mejor de mis días, comenzando por la cita médica sus palabras pueden ser muy crueles y yo creo que no toman dimensión de cuanto afectan en un paciente ¿pero de qué hablo? Ya lo sabia y estaba asimilado en mi mente o eso creía hasta ese estupido viaje, lo arruinó todo; desde entonces no soy la misma ni volvere a serlo. ¿Si me siento culpable? Cada día al despertar deseo golpearme la cabeza contra la pared o al menos no recordarlo, me tortura y duele cada segundo ¿cómo ocultar que no me afecta? Cuando siento que mi pecho explota de impotencia y dolor. Cree falsas esperanzas en mi pero la realidad vuelve a golpearme violentamente. Mi angustia crece en cuanto miro a Liam e intento imaginar su reaccion al saber la verdad pero la realidad es que temo a lo que pueda seguir después, al principio estaba segura que ocultarselo era lo correcto pero tanto tiempo después se que esta mal no decírselo; merece saberlo. Pero ¿cómo afronto ese tema con el? ¿Como lo hago en estos momentos? Llegue dispuesta a confesarle mi dolor y al verlo en el sofá la angustia se apoderó de mi ser, mis ojos se llenaron de lagrimas y el nudo que tanto me perturba aparece en mi garganta impidiendome decir una palabra, me aterra perderlo. El timbre ha sido como una advertencia para que no hablara, se que Liam preguntara cada día hasta obtener la respuesta que tanto busca y cuando eso ocurra puede que sea nuestro final. En cuanto subí al cuarto Ali me escribió para ir al cine y fue mi escape, sin mucho ánimo acepté solo para no verlo en cuanto llegara o tener la excusa de huir como acostumbro hacerlo.
-Sarah debes cambiar el look, no lo sé luces muy niña buena y ya eres toda una mujer- bromea Ingrid, intento reír genuinamente
-asi me siento bien- respondo
-quizas pintarlo un poco más oscuro, o más corto- me observa como si intentara imaginarme asi
-no gracias- respondo segura
-¡no la molestes!- interfiere Ali -asi luce genial- deja un beso en mi mejilla y yo  le agradezco
-creo que a quien obligaste o torturaste para que cambiara de look ha sido a Coleman- bromea Debo. Miramos al frente y lo vemos acercarse a nosotras junto a un chico castaño más alto que él. Nos saludan sonrientes, no se como tratarlo evito mirarlo ya que sus últimas palabras no fueron las mejores, aunque no estoy molesta con él se que es una gran persona, por unos escasos segundos nuestras miradas se encuentran y la aparta apenado, luego se despiden.
-¿quieren un helado antes?- pregunta Ali entusiasmada
-¿tenemos tiempo?- pregunta Debo mirando la pantalla de su móvil. ¿Quien rechazaría una delicia así? -¡si, tenemos!- chilla segundos después. Caminamos hacia una heladería, suena mi celular lo saco del bolsillo esperando que sea Liam diciendo que me ama pero es Edwin
*Me gustaría poder hablar contigo, quiero disculparme por lo que te dije antes del viaje. En realidad no lo siento así. Espero puedas perdonarme* le respondo que no hace falta, acepto sus disculpas y que olvidemos que ocurrio; en realidad no necesito dialogar sobre eso. Guardo el aparato y continuo caminando junto a las chicas, ellas bromean sobre algo mientras yo solo intento sentirme un poco mejor y olvidar el mal episodio que viví con Liam hace un par de horas. 



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En el texto hay: alegria, amor y venganza

Editado: 15.11.2023

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