Imposible vivir sin ti

Capítulo 46 "Capitulo especial"

-Por favor tienes que dejarme ir- pido en súplica
-no, no es lo recomendable y lo sabes bien. Aún falta hacerte estudios- responde el doctor Ferrer
-estare bien, lo prometo. Ya no puedo estar aquí ni un segundo más- se me agotan las ideas
-Sarah no es recomendable-
-ya pasé por esto antes, se como manejarlo. Solo necesito detener la hemorragia-
-debe salir todo, no voy a arriesgar tu vida- asegura. Me siento un poco en la cama y tomo su mano entre las mías
-por favor, haz la excepción. Tengo que irme cuanto antes de aqui-susurro, respira con pesadez, mis ojos se cristalizan. Intento no pensar en cuanto quema mi pecho.
Sin dudas convencerlo no es sencillo, esta en juego su trabajo, pero acepta darme de alta. Camino a paso lento y le pido a la recepcionista que por favor llame un taxi; a pesar de mirarme preocupada lo hace. Me siento en una silla a esperar. A los pocos minutos me dirijo a casa en busca de mi pasaporte, me despido de Milo y salgo, como llegue aquí me marcho, con las manos vacías y el corazón en pedazos. Pero esta vez es irreparable, ya no seré la misma de antes, subo al coche nuevamente y le digo al chófer mi destino 'el aeropuerto'

En cuanto mamá abre la puerta me arrepiento de estar aquí, la he extrañado muchísimo pero en estos momentos no soy la misma de siempre y se que lo notará pronto. Se hace a un lado y me invita a entrar a la sala, tomamos asiento
-¡que sorpresa verte hija!- exclama alegre, yo no puedo si quiera sonreír -¿Liam no viene contigo?- pregunta extrañada, niego con la cabeza-¿que tienes ?- cambia su expresión,luce seria y preocupada.
-nada mamá- intento sonar como siempre pero mi voz es áspera -si no te molesta quiero dormir un poco, estoy agotada- miento solo para huir de allí cuanto antes. Me regala una triste sonrisa
-claro linda, llevaré a Mateito al colegio ¿necesitas algo? ¿Tienes hambre?- inquiere. Niego con la cabeza.
-¡Sarah!- grita mi hermano al verme luego corre a abrazarme, me inclino un poco y cierro los ojos mientras siento sus pequeños brazos rodear mi cuello.
-te extrañé mucho- susurro
-y yo a ti- responde con su tierna voz. Nos separamos, mamá toma su mano-¿ no vienes con nosotros?- pregunta
-no mi amor, tu hermana está muy cansada- interfiere ella
-esta bien, adios- mueve su mano de un lado a otro, imito el gesto. Salen y yo decido hacerlo también, solo vine aquí a despedirme de ellos y es lo que haré.
Camino a casa de mi padre, solo queda a un par de calles; aún duelen mis piernas pero no presto demasiada atención, observo las construcciones a mi alrededor quizás si nunca me habría ido de aquí todo sería diferente. Pero es demasiado tarde para pensar en eso, mi presente es éste y no puedo cambiarlo. Sus ojos llegan a mi mente haciendo acelerar los latidos de mi corazón, he sido muy cruel con él; espero pueda perdonarme alguna vez. Intento dejar esos pensamientos a un lado pero su rostro, su sonrisa golpean en mi cabeza una y otra vez.

-deja de hablarme como si fuera el culpable, claro que me afecta-

Muevo la cabeza bruscamente ¡basta! Me regaño. Me detengo frente a la puerta y toco el timbre
-hola Sarah- saluda Erin, se hace a un lado dejandome pasar y así lo hago, no luce entusiasmada en verme pero agradezco que no salte sobre mi.
-hola Erin- respondo seria
-¿qué haces aquí?- se cruza de brazos.
-¿está papá ignoro su pregunta
-no, está en una reunión. ¿Que haces aquí?- vuelve a cuestionar elevando una ceja
-¿que te pasa? Es evidente que no te alegra verme pero no entiendo el motivo, no te he hecho nada- doy la vuelta dispuesta a marcharme
-claro que si- espeta. Me detengo en seco, giro a verla nuevamente
-explicame- digo seria, la verdad es que no me anima oírla pero no entiendo su actitud
-estoy embarazada de un idiota que está enamorado de ti- suelta molesta -pero voy a deshacerme de este asunto muy pronto- sonrie
-¿deshacerte?- cuestiono confundida
-claro, no voy a tener un hijo no deseado. Además Isaac no va a saberlo nunca- me desafía con la mirada -si se lo dices dejare de hablarte el resto de mi vida- niego sin poder creerlo
-merece saberlo- replico, recuerdo que por entrometerme donde no me llaman mi vida esta hecha un desastre -pero descuida yo no seré quien se lo diga-
-¿quieres que te agradezca?- se cruza de brazos
-dile a papá y a Erick que solo vine a despedirme de ellos, para siempre-
-¡vaya! Con que piensas desaparecer de nuestras vidas- asiento sería. -se lo dire- salgo de allí, mentiría si dijera que sus palabras no me afectan. Esta embarazada y no quiere ese bebé, pero yo no soy nadie para juzgar sus decisiones solo me queda muy en claro que la vida es injusta, me detengo en seco. ¿Que estoy haciendo? Debería decirle que lo piense, que ese bebé no tiene la culpa de nada. 
-hola Sarah ¿que haces aquí?- pregunta su mamá 
-hola, yo solo quería despedirme de papá y mis hermanos- respondo
-¿hablaste con Erin?- pregunta preocupada, yo asiento -¿ella te contó algo ...-
-si ya lo se- aseguro
-mira Sarah se que esto es difícil para ti porque eres estéril pero no interfieras en las decisiones de mi hija. Ella no desea ser madre y cuenta con mi apoyo, siento mucho que tu no puedas formar tu familia pero no digas nada- suelta de golpe.
-no lo hare- espeto y continuo caminando.
Al llegar a casa subo a mi cuarto, todo sigue igual pero siento que no pertenezco aquí. Recuerdo cuantas noches pase llorando por tonterías en esta cama y ahora ya no puedo, me siento vacía, muy vacía. Mi vida no tiene sentido.
-¿qué tienes hija?- dice mamá asomándose en la puerta
-nada- miento. Se sienta en la cama y me mira apenada
-puedes contarme lo que sea, estás diferente-
-estoy cansada, solo es eso- me observa fijamente como si buscara respuestas en mis ojos. Aparto la vista
-¿estás segura?- insiste
-quiero dormir, déjame sola- camino hacia la puerta invitandola a salir, sin decir nada más se levanta y sale de allí, la azotó con fuerza. Lo sé me estoy comportando como una idiota pero no es algo que me preocupe. Me dirijo hacia el baño y cojo dos píldoras para dormir, luego de tomarlas regreso a mi cuarto; Me acuesto en mi cama en posición fetal y abrazo mis piernas
-pronto acabará el dolor, muy pronto- susurro. Cierro los ojos con fuerza y lo último que veo es mi penosa imagen en el baño llorando, con mis manos manchadas de sangre.

~Narra Susie~

Tomo mi teléfono y le marco a Jeremy
-hola amor ¿todo esta bien?- inquiere al contestar 
-no, acaba de llegar Sarah y no luce bien- digo con un fuerte dolor en el pecho
-¿qué tiene?- cuestiona con preocupación, se cuanto afecto le tiene
-no lo sé, solo te pido que te encargues de Mateito por esta día, necesito hablar con ella- hablo bajo -no regresen temprano por favor- 
-descuida amor, si necesitas algo más solo dime- sonrio al oír sus palabras,  es muy gentil de su parte.
-es todo, te quiero- finalizo la llamada. Dejo el aparato a un lado, me levanto del sofá y camino hacia la cocina. Decido prepararle su comida favorita como cuando era niña. Aunque ya no es pequeña para mi siempre será mi consentida.
Quiero que entienda que puede hablar conmigo de lo que sea. Con todo listo subo a su habitación abro la puerta y esta completamente a oscuras, enciendo la lámpara y dejo la bandeja sobre la mesa de noche
-no tengo hambre, llévate eso- dice
-Sarah ya dime ¿por qué te comportas así? ¿Peleaste con Liam?- pregunto sigilosamente 
-no y no quiero hablar- se acuesta dándome la espalda, suelto un suspiro de cansancio, ella jamás ha sido una adolescente caprichosa, me cuesta entender su comportamiento.
-puedes hablar de lo que sea conmigo - susurro
-no quiero hacerlo y pronto me iré de aquí y ya no seré un estorbo para ti- farfulla 
-¿de donde sacas eso? No eres molestia para mi, me alegra que estés aquí pero no comprendo que te ocurre- mi voz comienza a quebrarse -si no me dices-
-ese es el punto no quiero hablar con nadie ¿no lo entiendes? Quiero estar sola-vocifera molesta, sigue sin mirarme, limpio mis lagrimas y salgo de allí.
¿Quien eres tú y que haz hecho con mi hija? Pienso al cerrar la abertura. Bajo a la sala y cojo el teléfono, suena el timbrazo espero a que conteste de inmediato
-hola Susie- dice Liam
-Liam mi hija está aqui- suelto de golpe, ante su silencio continuo -tu eres el único que puede ayudarla, no se que le pasa pero no es la misma, su mirada es oscura no parece mi Sarah- digo entre sollozos, me duele tanto decir algo así de ella, siempre ha sido una chica increíble.
-voy para allá Susie, no la dejes ir por favor. Tengo que verla, arreglare un vuelo privado de inmediato- finalizamos la llamada.

~Narra Sarah~

-Soy un monstruo, soy un monstruo- susurro mirando la puerta ¿en qué me estoy convirtiendo? Llevo las manos a mi cabello y lo jalo con fuerza, me dejo caer al suelo, apoyo mi espalda sobre la cama y abrazo mis piernas, mi labio inferior tiembla, mis manos sudan, no puedo controlar mi cuerpo. Sus ojos miel me miran pero no puedo llorar, no puedo hacerlo, imágenes inundan mi mente, Liam, Emma, mamá, los chicos, Mateito, Thomi, Les. Cierro los ojos con fuerza. ¡basta! Me pongo de pie y camino al baño vuelvo a tomar dos píldoras para dormir, me acuesto en la alfombra de mi cuarto esperando que hagan efecto.
-estare bien, ya no sentiré dolor- me repito una y otra vez.

~Horas más tarde~

Abro los ojos, y me siento, llevo la vista hacia la esquina de la recámara, me pongo de pie y camino hacia el escritorio, busco en uno de los cajones papel y bolígrafo, tomo asiento y empiezo a escribir

Para Liam:
Sí, esto es una carta de despedida. La escribo porque decirte adiós mirándote a los ojos me es imposible. No podría volver a mirarte porque me perdería en el color de tus ojos, no podría volver a hablarte porque me quedaría atrapada entre tus labios, por eso me marcho ahora y te dejo todo mi amor en esta carta.
Sabes bien que esta historia de amor no puede tener un final feliz, sabes bien que ambos vamos a sufrir, y he pensado decirte adiós ahora que aún saboreamos la felicidad de amarnos. También sabes que nunca he querido a nadie como te quiero a ti y que me resulta difícil imaginar que alguna vez vuelva a sentir este amor. Pero igualmente te digo adiós.
Mi vida ya no tiene sentido, perdona si me llevo tus besos, tus caricias y tus abrazos. Perdona si me llevo las risas y las confidencias. Meto también en la maleta el olor de tu cabello el sabor de tu piel y el sonido de tu voz. Todo eso me llevo para guardarlo como un tesoro en mi corazón.

Limpio mis lagrimas y doblo el papel. Tomo otra hoja pero esta vez para escribirle a mi mejor amiga, igual lo hago con mamá. Busco en el cajón un cúter y me pongo de pie, dejo las cartas sobre la cama y regreso a sentarme al suelo, apoyo mi espalda a los pies de mi cama y levanto su cuchilla, a mi mente llegan imágenes que poco a poco acabaron con mi vida.
Veo a Lucy junto a un castaño besándose, camino hacia ellos. Muevo la cabeza para apartar esos pensamientos pero regresan a mi, me veo sentada entre los arbustos del jardin de la casa de Emma, miro mis piernas y las veo dañadas, me observo al espejo, mi cuello luce marcas de ahorcamiento, mis brazos y abdomen llenos de hematomas.
-los resultados indican que eres estéril, no podrás tener hijos- dice la voz de la doctora.
Muevo con más fuerza la cabeza pero no me dejan en paz ¡ya basta! ¡váyanse! ¡déjenme!- susurro al mismo tiempo llevo las manos a mis oídos. Vuelvo la vista al cúter el cual deje a un lado de mis piernas y lo tomo de inmediato, lo llevo hasta mi muñeca izquierda  -¡terminaré con esto! -ya no doleras- digo sonriente. 



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En el texto hay: alegria, amor y venganza

Editado: 15.11.2023

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