~Narra Liam~
Emma prepara palomitas mientras Thomi juega con nosotros, él esconde un juguete y John y yo lo buscamos.
-¡Fio!- grita haciendo referencia a que estamos lejos. Continuamos revisando tras los almohadones del sofá pero seguimos sin dar con el 'tesoro'. La puerta se abre -¡tía!- corre hacia Sarah y ella lo carga en brazos
-hola mi pequeñin- lo saluda
-tia, tía mamos a jugar- la invita Thomi
-claro mi amor, primero voy a saludar ¿si?- el asiente lo baja y se toman de la mano, se acerca a John y deja un beso en su mejilla, luego a mi
-mi hermana está en la cocina- le informo
-ire a saludarla- Thomi aún la sujeta de la mano -vamos a darle un beso a mamá y luego juego contigo ¿quieres?- inquiere dulcemente
-si, a econder el tesoro- habla entusiasmado. Ellos se dirigen a la cocina y nosotros tomamos asiento
-¿jugamos a la play?- pregunta mi cuñado
-claro- respondo. Me pongo de pie y enciendo la consola.
-esperaba ver una pelicula- protesta Emma, ambos volteamos a verla, trae en sus manos un recipiente repleto de palomitas
-mas tarde- respondo
-odio esa cosa- señala la play
-pero solías jugar conmigo antes de tener novio- replico
-¿cómo es eso?- cuestiona John -conmigo no aceptaste hacerlo ni una sola vez- Emma y yo empezamos a reír
-dile que es mentira- dice entre risas
-no es cierto cuñado, Emma no jugaba, solo se molestaba cada vez que le ganaba- la molesto
-¡basta Liam!- me regaña. Nos sentamos dispuestos a comenzar la partida
-¿quieres ver una película mi amor? Dile al tío y a papá que quieres ver algo más interesante- Emma le pregunta a mi sobrino
-no intentes sobornarnos con el niño- me apresuro
-no mamá- responde. John y yo empezamos a reír, ella nos fulmina con la mirada.
-¿quieres ir afuera?- inquiere Sarah, Thomi acepta, los tres salen al patio trasero de la casa.
Luego de jugar tres partidas John y yo salimos con ellos; organizamos cenar juntos.
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-¿En verdad tengo que acompañarte?- pregunta Sarah poco convencida, yo asiento
-no es obligación pero me gustaría que estuvieras a mi lado- respondo, se mira en el espejo
-¿pero por que tan formal?- inquiere
-porque es una cena de gala con personas importantes explico, en realidad la reunión se canceló hace un par de horas pero se me ocurrió salir a cenar juntos a un restaurante muy lujoso, por ese motivo nos vestimos elegantes. Sarah luce una falda larga estilo sirena con un gran tajo a uno de los lados que llega hasta su muslo y un top ambos color negro. Esta preciosa, yo un traje gris y corbata negra.
-no lo sé, no tengo demasiado ánimo para una reunión y ver tantas personas, me incomoda bastante solo imaginarlo-
-esta vez no acepto un no como respuesta. En verdad quiero que estés a mi lado-
-bien, lo haré. Solo para que veas cuanto me importas- sonrio al oír esas palabras
-gracias amor, por cierto te ves hermosa- dejo un casto beso en sus delicados labios.
-tienes pintado alli- señala mi labio inferior
-limpiame- digo, pasa su pulgar sobre el
-en realidad deberías saber que mi labial no mancha, solo quería ver tu rostro de espanto pero me sorprendiste Brown- coge su cartera de mano
-¿con que quieres jugar conmigo?- inquiero divertido, niega con la cabeza y mientras me regala una sonrisa que me derrite -no sabes cuanto me encanta verte sonreir- hablo mirando su boca con demasiado deseo
-debemos irnos- dice seria mientras se aleja un poco de mi, yo solo asiento. Quizás debería controlar mis palabras e impulsos, pero la deseo y no puedo evitarlo, extraño sentir su respiracion en mi boca, su cuerpo rozando el mio, acariciarla, besarla. Sarah se empeña en crear una barrera entre nosotros, se cuanto me ama y lo difícil que es para ella volver a estar conmigo íntimamente pero la verdad es que yo ya no puedo controlarme.
Estaciono frente al restaurante y ella me mira sorprendida
-no mencionaste que sería aqui- comenta
-¿a caso importa?- respondo, niega con la cabeza. Bajamos y nos dirigimos hacia la entrada, reserve hace unas horas, una mujer de unos cuarenta años de cabello negro y ojos azules nos indica a que mesa debemos ir. Solo hay dos sillas allí, Sarah gira a verme con el ceño fruncido. Le agradecemos a la amable mujer y ella se retira
-me engañaste- dice seria
-solo ha sido una mentira muy insignificante- replico tomando asiento. Me imita sin decir una palabra más. Observa el lugar detalladamente o solo evita mirarme -¿qué vas a pedir?- pregunto repasando la carta la cual está sobre la mesa
-no tengo hambre- levanto la vista como resorte
-se que estas molesta porque no quieres estar aquí pero ahora debes comer algo- suelto nervioso
-lo mismo que ordenes tu- sigue sin mirarme. Muerdo mi labio inferior intranquilo
-si te decía la verdad no habrías aceptado venir-
-no tengo ánimo para estar en lugares así pero ya estamos aqui- se encoge de hombros. Luce seria como una niña intentado llamar la antecion de sus padres para que regresen a casa.
-si ya estamos aquí, te aseguro que será una buena noche- sonrio. Un mesero joven de cabello rubio y ojos cafe se acerca a pedir nuestra orden
-¡que sorpresa verlos aquí!- exclama Brandon, luego de pedir nuestro plato el chico se retira, volteo y lo veo junto a Lena -¿podemos hacerles compañía?- inquiere; miro a Sarah y ella solo afirma con un movimiento de cabeza.
-si - respondo, acercan dos sillas y se sientan
-no pensábamos encontrar a nadie pero que coincidencia verlos- dice él, yo solo sonrió ya que no se que decir, no esperaba ver a nadie, solo compartir con Sarah una salida.
-este restaurante es el mejor de todo Madrid, su gastronomía es sensacional- habla Lena como si lo promocionará
-si es bonito- responde Sarah
-quiero aprovechar este momento para disculparme contigo-
-¿ya se conocen?- inquiere Brandon
-si amor y de echo no me comporte muy bien con ella- replica Lena -lo siento Sarah, espero aceptes mis disculpas estoy muy arrepentida- miro a mi chica y continua seria
-claro que sí, no te preocupes- responde
-¿por que no se llevaban bien?- pregunta Brandon. Como si no fuera incomodo intenta saber más y no se cuanto quiere hablar Lena.
-eso ya no importa- interfiere Sarah. Èl la observa unos segundos, para variar siento la penetrante mirada de Lena sobre mi; es incómoda la situación por obvias razones
-¿qué tal ha sido tu viaje a Italia?- pregunta Brandon
-bien pero prefiero estar aqui- respondo
-haces bien, las madrileñas somos las mas bonitas y simpáticas del mundo- dice Lena entre risas
-me cuesta creer que estés casado bro, tu que siempre conseguias a la chica que querías- habla el castaño en tono socarrón, lo hace solo para molestar
-ya ves todo cambia, estoy felizmente enamorado- replico
-y de la amiga de tu hermana- agrega con malicia. Sarah mira hacia mis espaldas como si algo le preocupa o inquieta bastante. Creo que ni siquiera oye la conversación aunque no se pierde de nada interesante.
-¿es la amiga de tu hermana? ¡que coincidencia! ¿Ella como reacciono ante su relación? Supongo debio ser dificil, es como una traición o algo asi- vocifera Lena exagerando cada palabra
-no, al contrario su hermana quería que ellos salgan. Queria meterle a Sarah por los ojos a como diera lugar pero Liam tardo años en prestarle atención- Brandon comienza a reír, elevo una ceja
-creo que no debo explicar eso. No es importante, Sarah y yo estamos bien y somos felices, mi hermana jamás intervino en nuestra relación- respondo. Sarah se dedica a mirar hacia los lados como si buscara una escape o ¿a alguien?
Llega el mesero con nuestros platos, ellos deciden marcharse hacia otra mesa y pedir su orden. Se despiden de nosotros y yo agradezco que se alejen. En cuanto quedamos solos miro a Sarah
-siento todo lo que paso- digo apenado
-descuida, ellos solo dicen la verdad- responde
-no es cierto y ya no quiero que hablemos sobre eso. Mi vida antes de ti no importa, desde que estamos juntos te respeto y amo más que a nada - digo, ella solo asiente distraída.
-¿ocurre algo más?- cuestiono, niega con la cabeza.
Después de comer el postre salimos de allí, ella continúa callada y nerviosa, se que la cena no resultó como esperaba pero la siento extraña.
-amor puedes decirme lo que te pasa- digo al subir al coche
-no es nada-
-estas más seria que de costumbre-
-en algo tiene razón Lena, deberías hacerle caso y buscar alguna madrileña bonita y simpática y olvidarte de mi- suelta de golpe
-como tomas en serio esos comentarios, es una tontería. Además yo no necesito a nadie más que no seas tu- tomo sus manos entre las mías
-yo ya no tengo nada que ofrecerte Liam- su voz tiembla al decir eso. No sé cómo hacerle entender que ella no necesita ofrecerme más, solo con mirarla mis días son maravillosos.
-te amo y eres todo lo que necesito para ser feliz- me acerco a su boca y apoyo la mía, sin movernos quedamos así solo con las bocas entreabiertas devorando su aliento, no necesito más junto a ella lo tengo todo.
~Narra Sarah~
No Sarah no puede ser cierto, seguro era alguien parecido. Intento actuar normal pero ya no puedo ocultar mis nervios, ni siquiera puedo prestar atención en lo que hablan ellos. Aunque solo son tonterías me ayudaría a olvidar lo que acabo de ver.
Se que Liam se dará cuenta de que algo me ocurre, lo ultimo que escuche fue decir a Lena que las chicas de aquí son las más bonitas del mundo.
Agradezco cuando ellos se retiran de nuestra mesa, el resto de la noche ya no pude hablar con normalidad, intento olvidar su imagen pero regresa a mi solo para torturarme.
Al salir del restaurante Liam quiere saber lo que me ocurre pero no me atrevo a decirle que creo haber visto a Jake Griffin, pensará que estoy loca.
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Me despido de Liam, el se dirige a casa de Anthon y yo al consultorio de la doctora que me atendió cuando viví la peor pesadilla de mi vida.
Al llegar estaciono y entro de inmediato, la secretaria me indica que la espere en la sala y así lo hago. Pasan unos minutos y sale una chica de unos veinte años se despide amablemente y sale.
-Sarah Morton- dice la secretaria, me pongo de pie e ingreso a su consultorio. Mis nervios aumentan pero debo hacerlo.
-hola Sarah sientate- dice amablemente la doctora. Así lo hago -dime ¿qué te trae por aquí?- pregunta.
-se que los estudios han dicho que no puedo ser madre, pero necesito saber como es posible que tuviera dos pérdidas, no entiendo- hablo nerviosa bajo su atenta mirada
-tu los has dicho, los estudios lo afirman. Lo repetimos dos veces Sarah, no puedes tener hijos-
-¿cómo explica los dos abortos?- intento ignorar el dolor en mi pecho el cual se siente como si cientos de agujas perforaran mi corazón
-puede que sean embarazos psicólogicos- asegura
-yo vi la sangre, vi lo que sea que vi en el retrete- mis ojos se cristalizan al recordar ese momento el cual marcó mi vida
-quizas eso jamás existió y solo fueron sueños o proyecciones tuyas. Y eso no está mal, muchas mujeres padecen no poder ser madres y lo expresan de diferente manera. Una de ellas es llamando la atención-
-¿está diciéndome que inventé eso para llamar la atención? -¿Cree que estoy fingiendo?- me levanto confundida y molesta a la vez
-podemos hacer nuevos estudios y luego te podré dar algún tratamiento, pero debes ser realista. Tu dolor de no poder ser madre te lleva a crear una verdad paralela donde tu crees tus propias palabras, cuanto más pienses en eso más real se vuelve para ti, pero eres estéril, por cruel que suene. Te repito que hay opciones para que puedas formar una familia- no puedo oírla más, camino hacia la puerta
-gracias por su tiempo- digo antes de salir
-¡Sarah!- grita desde adentro pero la ignoro. Sin despedirme de la secretaria salgo de allí. Como es posible que me dijera eso, no inventaria algo así, no podría, yo viví ese dolor, vi la sangre ¡como olvidar algo así! Sus palabras continúan golpeándome violentamente. Es real, estoy segura. Se me ocurre hablar con el doctor Ferrer, él fue quien me atendió tiene que darme la respuesta que busco. Miro hacia el frente y veo a Jake a unos pocos pasos, ¡no es real, no es real! Cierro los ojos unos segundos; al abrirlos ya no está, solo es una alucinación. Me dirijo hacia la clinica, mi mente es un torbellino, necesito saber si es verdad. Se que no podré tener hijos. Temo intentarlo una vez más y acabar con su vida. Limpio mis lagrimas con el torso de la mano, al llegar a la clínica estaciono y corro hacia el interior. Le pregunto a la recepcionista si el doctor se encuentra pero ella responde que se ha marchado hace un par de horas. Salgo de allí y le marco a Ingrid, ella me envía en un texto su direccion; lo pienso uno segundos pero necesito hablar con él y cuanto antes. Conduzco hacia allá. Mi corazón late a toda prisa, mis manos sudan pero intento verme normal. Se que no es la mejor de las ideas tocar su timbre pero no puedo más. Las palabras de la doctora siguen en mi mente. Me detengo justo al frente de la enorme mansión, tomo coraje antes de caminar hacia la entrada principal, toco el timbre e intento tranquilizarme. La abertura se abre y una mujer de cabello rubio ojos celestes me observa seria
-hola- digo con voz temblorosa -¿se encuentra el doctor Ferrer?- pregunto
-¿quién lo busca?-
-Sarah Morton, mucho gusto- estiro mi brazo saludandola pero ignora mi gesto al mismo tiempo me observa molesta
-que descaro el tuyo venir aquí- cierra la puerta sobre mi rostro. Frunzo el entrecejo, claro los tontos rumores, seguramente a ella también le llegaron. Me siento fatal, no se que hacer. Subo al auto y conduzco hacia un parque el cual desconozco. Bajo y camino hacia un banco, estoy enloqueciendo, Jake está muerto, y yo quizás no tuve abortos. Ya no se que pensar, no se que creer. ¿Y si es cierto, solo busco llamar la antecion? No, no puede ser, yo no haría eso. Cubro mi rostro con ambas manos, me siento devastada.
-¿Sarah?- dice una voz masculina, lentamente levanto mi cabeza y veo a Isaac de pie justo al frente, sin pensarlo me abalanzo sobre él y lo abrazo con fuerza
-llévame a casa, por favor- susurro
-claro que sí- dice respondiendo a mi abrazo. Luego de unos segundos toma mi mano y nos dirgimos hacia mi coche. Isaac se sienta en el lado del conductor y me observa preocupado
-¿qué te pasa? ¿Por qué estás así?- cuestiona, yo pienso que es peor si decirle que al parecer inventó embarazos o que me pareció ver a Jake -vamos Sarah puedes confiar en mi. Soy tu amigo- toma mi mano
-¿puedes guardar un secreto?- pregunto débilmente, el asiente -vi a Jake- digo -se que lo mataron pero lo vi dos veces, estoy segura de que era él- comiezo a temblar nuevamente -¿me crees?-
-claro que sí, te creo. Estoy aquí ¿si? Ya no tienes que temer- me pega a su cuerpo y acaricia mi cabello
-¿crees que estoy enloqueciendo?-
-no Sarah, no digas eso- me alejo de él y lo miro a los ojos
-ya no quiero tener miedo al salir a la calle, estoy cansada de eso. Ya no mas- bajo la mirada
-todos tenemos miedo a alguna cosa Sarah. Es normal sentirlo, pero debemos ser valientes. Te contaré algo, mi mayor miedo es arruinar los momentos más importantes. En cuanto salgo al estadio temo no poder hacerlo bien pero cuando mi miedo aumenta lo que hago es pensar en alguien que me haga olvidar de lo demás y a mi mente llega Mia- sonrie
-¿dices que debo pensar en Liam si lo vuelvo a ver? -
-pensaba en tu mamá, pero puedes pensar en quien sientas que te dará la fortaleza que necesitas - deja un beso en mi coronilla -te llevaré a tu casa, estás muy nerviosa y necesitas descansar-
-gracias- respondo. Abrocho mi cinturón de seguridad y el resto del camino lo hacemos callados, solo observo atraves del cristal. Al llegar se detiene -puedes llevarte el vehículo- digo
-prefiero correr- replica -no te imaginas cuanto me duele verte llorar, destrozas mi alma cada vez que luces triste y no puedo hacer nada para ayudarte ...
-haces demasiado por mi- lo interrumpo -siempre me has acompañado en los momentos más difíciles de mi vida- intento no llorar
-quisiera devolverte la sonrisa y felicidad con la que llegaste aqui- toma mis manos entre las suyas
-jamas seré la de antes-
-quisiera preguntarte tantas cosas, pero tu debes entrar y yo debo marcharme. Ya no tienen caso- baja la mirada, luce triste
-gracias por traerme, si no habrías llegado no se que habría hecho- me inclino hacia el y apoyo mi cabeza en su pecho
-tranquila, eso acabo. Estas en tu casa ¿sí?- yo asiento. Limpia mi lágrima con su pulgar. Ambos bajamos, Isaac camina hacia la calle y yo hacia la entrada principal. Abro la puerta y veo a Liam bajar las escaleras
-hola amor- me saluda sonriente, no esperaba verlo aun pero sin dudas es lo mejor que ha podido pasarme en este día
-abrazame- susurro, se acerca a mi y me envuelve entre sus brazos, cierro los ojos mientras me pierdo en su aroma, no quiero soltarlo jamás.
Muy feliz 2020 a todos! Sean felices y disfruten cada día como si fuera el último! Muchos exitos para cada uno de ustedes. Les mando un abrazo y estoy eternamente agradecida por que leen mis novelas ♡♡♡