~Narra Liam~
No tengo idea como se enteraron que saldré de aquí tan pronto pero en la noche regresaron dos tipos a golpearme, mi compañero de celda solo vigiló que no llegara nadie a defenderme.
En la hora del almuerzo me niego a salir de la celda, ni siquiera es seguro mantenerme solo y aislado pero no necesito ver a nadie. Estoy seguro de que mi rostro da vergüenza, se ensañaron conmigo solo por no ser como el resto; no me molesta eso, jamás seré como ellos. No sé defenderme porque no me divierte golpear a nadie, no me causa satisfacción el dolor ajeno. Llevo mi mano cubriendo mi ojo izquierdo, intento no demostrar expresión pero es imposible es como si quemara.
_Horas más tarde_
-Ven conmigo- un guardia abre la puerta y sin responder lo sigo. Se detiene frente a una habitación de puerta azul, me indica que ingrese al hacerlo veo mi ropa sobre una mesa, un oficial dice que me cambié y que Mike mi abogado espera afuera.
Se siente extraño vestir mi vaquero y camiseta pero finalmente la tortura acabo, regreso a mi vida normal, o eso espero.
Ya cambiado salgo, el guardia me dirije hacia donde está Mike. Al verme me da un abrazo
-que alegría verte - dice con cierto alivio
-gracias, por todo. Gracias- respondo.
Salimos de ese espantoso lugar y subimos a su auto.
-no estabas tan mal ayer- me observa preocupado
-volvieron a golpearme- replico
-veamos un doctor, sabes que podemos hacer algo, si me dices sus nombres puedo pedir que los castiguen- asegura
-quiero ir a casa, ya no me importan ellos, solo quiero aclarar mi situación. Emma me ha dicho que la señora Lauren sabe la verdad, es decir que su hija inventó todo-
-si, Emma hablo conmigo. Pero aún no retiran los cargos. Quizás porque sospecha que no será sencillo salir de este embrollo que ellas mismas provocaron- enciende el motor y conduce cuidadosamente. Yo solo cuento los minutos para ver a mi hermana y a Sarah.
~Narra Emma~
Llego a casa y dejo mi bolso sobre el sofá, todo está tan silencioso. John me avisó que llevaría a Thomi al parque y decido platicar con mi amiga sobre toda esta locura. Subo las escaleras y me dentengo frente a su puerta, se que todo debe ser tan difícil para ella como lo es para mi pero intento hacerla sentir cómoda aquí. Toco la abertura la cual está cerrada
-¿puedo pasar?- inquiero
-claro Emma, pasa- responde, así lo hago. Esta sentada a los pies de la cama con Milo en su regazo. Sonrio al verla
-¿cómo estas?- pregunto sentándome a su lado
-bien, eso creo- replica -deberia regresar a casa-
-no dejare que lo hagas- me apresuro -hay algo que tienes que saber- confieso, me mira preocupada -la esposa de Harry me llamó- Sarah ni siquiera se imagina para que, por eso me apresuro a contarle todo y cada detalle.
Al terminar no responde y se que no puede hacerlo, esto es demasiado para asimilar.
-no puedo creerlo Emma, quizás sea lo mejor. Solo quiero que esto termine cuanto antes y si retiran los cargos nadie sabrá nada-
-¿esperas que no la demandemos? Claro que no Sarah, es una mentirosa. No haré como si nada pasó- se que desea lo mejor para mi hermano, igual yo pero esa no es la solución -escucha la verdad saldrá a la luz no importa cuando pero así sera, me preocupa que hagan eso solo para distraernos y que ese idiota intente algo en contra de ti- remojo mis labios
-no te preocupes por mi, nada podrá ser peor de lo que ya me hizo antes- me duele tanto pensar en eso.
-lo siento tanto, en verdad me molesta no poder borrar ese episodio de tu vida-
-descuida no lo recuerdo pero eso no quita que paso. Quisiera que Liam estuviera aquí, pero ni siquiera acepto verme en la mañana- baja la mirada
-dentro de poco estarán juntos nuevamente - aseguro. Le doy un fuerte abrazo, Sarah siempre ha sido y es muy frágil; en cierto modo me da ternura pero a la vez deseo que reaccione y muestre su carácter y fortaleza alguna vez.
~Narra Liam~
El camino es eterno pero finalmente aparca el vehículo y caminamos hacia la entrada, Mike toca el timbre. La puerta se abre a los pocos minutos mi hermana sonríe al vernos luego se abalanza sobre mi, intento no demostrar dolor pero en realidad cada músculo de mi cuerpo arde terriblemente. Entramos y nos invita a sentarnos en el sofá de la sala
-al fin estas aquí, aunque no recuerdo tantos golpes- cambia su expresión, luce preocupada
-necesitaban despedirse- ironizó
-ya vuelvo- sube las escaleras, Milo aparece junto a mi piernas, da un salto y se sube a mi regazo. ¡también lo extrañe! Acaricio su cabeza. Mike rie, Emma y Sarah bajan; nuestros ojos se encuentran y desearía ver alegría en ellos pero al contrario noto dudas, temor y preocupación. Se acerca sigilosamente sin dejar de mirarme, me da un abrazo no tan fuerte como el de mi exagerada hermana, supongo teme romperme.
-te amo- susurro en su oído. Mueve su rostro y deja un casto beso en mis labios
-te amo- responde. Luego saluda a Mike, él nos explica que aún tiene mucho por hacer, seguirá trabajando en el caso. Pero lo importante es que ya estoy aquí. Se despide y mi hermana lo acompaña a la puerta.
Quedamos en silencio unos segundos, volteo a verla.
-estare arriba- anuncia Emma
-no acepte verte por esto- hablo con total sinceridad -no quería que regresarás preocupada sabiendo que allí dentro no tenía amigos precisamente-
-no merecías estar allí, no mereces esto- deja una suave caricia en mi mejilla.
-¿tan mal me veo?- pregunto al ver su angustia
-ni siquiera con miles de hematomas, el labio cortado incluso con el ojo hinchado como estas puedes lucir mal- sonrie débil.
-no sigas por favor- bromeo, tomo sus manos -supongo Emma te contó lo que pasó, la pesadilla parece nunca acabar. Pero estoy aquí y no se como, ni cuando pero te prometo que estaremos bien. Seremos felices amor y nadie podrá impedirlo- ella asiente con sus ojos cargados de lágrimas. La envuelvo entre mis brazos. Extrañe demasiado sentir su pequeño cuerpo junto al mío.
_Al día siguiente_
Abro la puerta y entramos a nuestro hogar, parece como si fueran meses de no ver la sala de estar. Todo luce perfectamente ordenado como estaba pero me brinda un poco de tranquilidad estar aqui, Sarah deja su valija a un lado de la puerta. Milo corre de un lado a otro
-durante el camino estuve pensando- habla seria
-¿sobre que?- inquiero confundido
-no tenemos pruebas en contra de ese sujeto, la justicia no hará nada. Sabemos que es una pérdida de tiempo denunciarlo...
-pero es lo que haremos- la interrumpo, me acerco a ella quedando frente a frente - la justicia hará lo que tenga que hacer- finalizo
-no puedo vivir con miedo, ya no quiero eso. ¿Cuánto más debo esperar para que la justicia termine con esto?- comprendo su angustia y me duele no tener las palabras justas para aliviar su dolor -debo enfrentarlo, es lo único que puedo hacer-
-no lo digas ni en broma- intento ocultar mi dolor en el pecho, todo el maldito cuerpo me duele y no podría siquiera darle un golpe a ese imbecil si estuviera frente a mi pero no quiero verme débil, tan solo respirar hace que mis músculos quemen pero no muestro expresión -no busques más problemas-
-aseguras que seremos felices pero no es cierto, no si él esta allá afuera siguiendo mis pasos. Intentado enloquecerme o atacarme porque ya no se como lo hará- la abrazo
-confia en mi, no dejare que nada te pase. Por favor no hagas ninguna locura- suena el timbre, nos alejamos. Ella asiente limpiando sus lagrimas, camino a abrir, veo a Nestor y al señor Cruzat presidente del club. Los invito a pasar, en cuanto tomamos asiento les ofrezco algo de beber pero no aceptan solo me preguntan que ha pasado, les cuento mi situación. Es decir de lo que se me acusa y su respuesta me deja sin palabras aseguran que hasta que todo se aclare no podré asistir al club a practicar muchos menos jugar y esperan por mi reputación y la suya que no trascienda en los medios. Nestor lamenta tener que tomar alguna decisión así pero bajo las estrictas órdenes del señor Cruzat solo asiente. Antes de marcharse deja una palmada en mi hombro. Como si fuera un consuelo.