-Un año más tarde.
~Narra Sarah
Amo mi carrera, cada segundo de mi vida siento que estoy en el lugar correcto. Demanda más tiempo del que esperaba pero aun así me siento afortunada de poder cuidar y consentir tan bellas personitas. Bajo del coche lo suficiente exhausta como para recordar que acabo de dejar plantado a mi esposo en un restaurante; se supone debí estar allí hace una hora ¡mierda! Busco mi celular en el bolso que cargo en el brazo pero no logro encontrarlo ¡doble mierda! No importa la ansiedad que tenga no lo veo.
Corro hasta la puerta y tras abrirla cojo el teléfono de la sala, marco su número y espero que conteste pronto
-hola amor- dice
-lo siento tanto, acabo de llegar a casa. Lo olvide por completo- me excuso con pena
-¿estas cansada?- pregunta. Es nuestro aniversario no puedo decirle que estoy agotada y con dolor de cabeza
-no amor, estaré allí en diez minutos- me apresuro
-podemos cambiar de planes-
-me cambiare de ropa-
-no conduzcas como loca, estoy aquí y voy a esperarte. Ven con cuidado-
-claro que si conductor correcto- ironizo. Suelto el teléfono y me quito la bata medica, la dejo sobre el sofá de la sala. Sin perder más tiempo deslizo la coleta de mi cabello y subo a la habitación.
Es todo un record alistarme en solo ocho minutos. Observo mis labios frente al espejo no estoy segura de pintarlos rojo pero no se ven tan mal. De nuevo bajo las escaleras y tomo el mismo bolso ya que en algún sitio debería estar mi celular.
Subo al auto y abrocho el cinturón, enciendo el motor esta vez decido conducir en silencio, no es por alardear pero mi biblioteca es increíble, amo cada pista.
En pocos minutos estaciono frente al restaurante 'Santceloni' al bajar aliso mi vestido con ambas manos, me siento una pésima esposa pero que más da solo debo entrar y saludar a Liam. Camino hacia la entrada, allí me recibe una chica muy amable quien me dirige hacia la mesa que me espera el chico más guapo de todo el restaurante, en cuanto se encuentran nuestras miradas me regala una encantadora sonrisa, respondo el gesto. Me acerco
-siento tanto la espera- digo acercandome a sus labios
-tu haces que valga la pena- luego de un cálido beso me siento frente a él. -feliz aniversario- dice
-gracias amor y feliz aniversario- respondo. Entrelazamos las manos encima de la mesa.
-tengo algo para ti- con su mano libre me entrega un pequeño estuche de terciopelo color negro. Nos soltamos y lo abro, es un collar muy bonito y elegante
-es precioso- exclamo. Liam rodea la mesa y me lo coloca en el cuello luego se sienta nuevamente -siento no haber comprado nada para ti- suelto apenada el sonrie
-el mejor regalo es que estés aqui- no deja de enternecerme con sus palabras.
-te lo debo- afirmo , poco después dejan los platos sobre la mesa. Amo la carne asada, empezamos a comer tras masticar un poco siento un sabor extraño. Liam me observa divertido
-¿no te gusta?- inquiere, intento saborearla más pero la siento extraña. En cuanto trago hago una mueca de desagrado
-sabe raro- digo, corta un pequeño trozo de su plato y lo lleva a mi boca. También la siento diferente, decido comer solo la guarnición.
En cuanto terminamos Liam escoge el postre y espero que me guste.
Dejan los platos de flan sobre la mesa, observo el delicioso caramelo que trae encima y no puedo evitar tomar la cuchara y degustar al instante. ¡me encanta! En cuanto termino el último bocado veo que Liam lleva a penas la mitad, no me apena comer demasiado él ya me conoce. Acerca su diminuto plato a mi
-toma, ya estoy lleno- entorno los ojos
-no es cierto- digo, el sonrie
-de hecho comí tu parte de carne - explica. Pero el postre trae un lugar extra en el estómago, algo así como una reserva exclusiva. Río ante mis tontos pensamientos
-ya que insistes- encojo los hombros.
Salimos del restaurante, entrelazamos las manos
-es una bonita noche- dice viendo el cielo, levanto la vista y veo que esta cubierto de destellos brillantes
-asi es- replico -mañana es mi día libre, podemos hacer algo diferente si gustas- me observa unos segundos
-¿diferente?- inquiere
-si, quizás podamos no lo se. Pasar el día en la playa- propongo Liam lo piensa unos segundos
-me parece una buena idea- me envuelve entre sus brazos y justo allí me siento tan pequeña. Sonrio como tonta.
Caminamos hacia los coches, el se dirige al suyo y yo al mío, conduzco adelante, pero lo observo por el espejo retrovisor aunque solo veo el vehiculo. Llevo la vista al frente ya que no quiero causar un desastre en la carretera, en pocos minutos llegamos a casa.
Abro la puerta y entramos, me dirijo al baño a lavar los dientes, me quito las sandalias pero al hacerlo tambaleó un poco, no he bebido ni una gota de alcohol. Camino hacia la cama y me siento hacia los pies. Mi cabeza da vueltas y de pronto mi estómago se revuelve ¡carajo! Me levanto como resorte ignorando los mareos y corro al baño nuevamente, me inclino en el retrete y empiezo a vomitar ¡esto es asqueroso! Al terminar vuelvo a cepillarme los dientes. Abro la puerta y veo a Liam recargado en la pared
-¿estas bien?- inquiere preocupado
-no volveré a probar flan en mi vida- hago un mojin de desagrado. Me toma de la mano y me lleva a la cama, nos sentamos, continua viéndome preocupado
-mañana iremos al medico- anuncia
-¡claro que no!- exclamo. No arruinare el único día que podemos disfrutar juntos para pasarla en una sala de espera, me rehusó. Liam finge no prestarme atención -deja de ignorarme- me quejo
-iremos y no se discute mas- afirma convencido. La verdad me molesta un poco
-estoy bien, solo me cayó mal el postre. Pero mañana estaré como nueva-
-de todos modos me asegurare- deja un beso en la frente mientras se dirige al baño.
-estoy bien- intento creermelo. La cabeza parece a punto de estallar. Me acuesto y cierro los ojos.
~Narra Liam~
Sarah termina de arreglarse y salimos de casa, luce seria, se que no le agrada ir a la clinica como un paciente pero es necesario. Supongo todo se debe a cansancio y estrés, trabaja demasiado. Durante el camino nos dirigimos en silencio, en cuanto llegamos estaciono el coche
-¿no piensas dirigirme la palabra?- pregunto viéndola
-no tengo nada que decir, estoy bien- gira a verme. Su rostro es tan angelical pero tiene un carácter algo complicado a veces
-eso lo dirá el médico- pone los ojos en blanco y yo solo niego divertido ante su gesto.
Entramos y poco después nos recibe el doctor Ferrer. Le hace preguntas específicas para entender como se sintió en ese momento, también toma su temperatura y la presión arterial.
-todo esta bien- asegura -pero haremos unos estudios para descartar anemia- le entrega un pequeño papel. Ella lo toma y le agradece al salir me mira fijamente
-te lo he dicho, no es nada. ¿Podemos ir a la playa ahora?-
-no señorita, primero a haremos esos estudios y luego tendremos la tarde libre- poco convencida acepta. Llegamos al laboratorio y extraen una muestra de sangre, le entregan un pequeño recipiente donde debe llevar orina. Salimos de alli, ella luce seria aún
-se que puedo ser algo persistente pero me preocupas y si algo te ocurre mi mundo se derrumbaria-
-eres muy tierno pero no hay nada de que preocuparnos amor. ¿Jamás has vomitado?- inquiere y yo suelto una carcajada. Entrelazamos las manos mientras nos dirigimos al vehículo.
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En la práctica le avise a Nestor que debo retirarme una hora antes, debo pasar a buscar los análisis de Sarah, ante mi insistencia acepto que yo los buscará. Luego de hacerlo encamino hacia la clínica, allí nos encontramos para ver nuevamente al doctor Ferrer y finalmente quedarme tranquilo de que solo ha sido un susto. Y un malestar pasajero.
Luego de esperarlos unos minutos en el pasillo nos indica que entremos, tomamos asiento frente a él, Sarah le entrega los papeles. El los mira y luego levanta la vista hacia ambos
-no es nada malo... -hace una pausa - pero debido a tu estado es mejor quedarnos tranquilos - ambos lo miramos confundido -estas embarazada- anuncia. Miro a Sarah y ella palidece al oir eso -yo recomiendo reposo de ahora en adelante, debes cuidarte para que no haya riesgos- habla serio
-¿esta seguro?- inquiere ella en un hilo de voz. El doctor asiente.
Nos ponemos de pie y le agradecemos por todo, es hora de ir a casa, por ordenes del doctor no debe exigirse en absolutamente nada, incluso debe estar tranquila. Se que eso no será sencillo.
-esperaba que dijera cualquier cosa menos esto- sus ojos se cristalizan. Quisiera gritar que seremos papás pero aun no lo sabemos. Solo nos resta esperar, está claro que debe cuidarse pero no está en nuestras manos.
-tranquila amor, todo estará bien- intento creerlo
-no quiero que se repita Liam, no podré resistir esta vez- empieza a llorar, la abrazo con fuerza
-por favor intenta crear una mínima esperanza, aferrate a que todo estará bien esta vez. ¿Te imaginas un bebé? Es increíble amor, esta vez lo lograremos- dejo un beso en su frente
-prometo hacer lo mejor posible- limpia sus lágrimas.
-debes dejar de llorar por lo pronto. De ahora en mas intenta pensar positivo si es necesario contrataremos a una enfermera-
-no es necesario amor- responde más tranquila.
-eso lo veremos, haré todo lo que sea necesario para cuidarte ¿lo entiendes?- ella asiente mientras me regala una débil sonrisa.