Poco a poco su barriga empieza a crecer es inexplicable la emocion que sentimos, Sarah aún no siente sus movimientos pero está allí dentro, y no nos cansamos de hablarle. Le tomo fotografías a diario para tener el recuerdo más bellos de nuestras vidas.
Hoy tiene cita con la doctora Baker quién atenderá su parto, apenas van dieciséis semanas pero para nosotros es un milagro. Sarah sigue cada indicación, no es sencillo pero debe cuidarse al máximo.
Llegamos al consultorio y tomamos asiento, me agrada acompañarla, sujetar su mano cada vez que teme o se siente nerviosa.
Es una experiencia nueva que ambos estamos dispuestos a recorrer. Un camino de aprendizaje pero estamos dispuestos a dar lo mejor. La secretaria nos indica que pasemos y así lo hacemos, ella le pregunta como esta. Sarah responde que bien. Luego informa que debe chequear que todo vaya perfectamente, la hace acostar en la camilla y pasa un gel en la barriga; luego pasa un aparato pequeño, nos muestra en una pantalla un bulto el cual es el saco.
-¡vaya pero que tenemos aquí!- dice divertida. Ambos miramos con desconcierto -no hay uno- informa -son dos- finaliza. No puedo evitar sonreír al oír esas palabras. Dos bebés vienen en camino. Asegura que todo está bien, limpia la barriga y la ayuda a sentar. Sarah me observa con un brillo especial en sus ojos.
Salimos de la clinica aún sorprendidos ante la noticia. Es increíble, los milagros existen. No tenga dudas de eso.
Esta vez todo es diferente, tomamos los recaudos necesarios y ya nada podrá amargar nuestras vidas. Después de mucho tiempo vivimos plenos y felices, sin miedos ni preocupaciones. Aunque Sarah no puede ir a la clinica ni a su consultorio a antender sus pacientes, mantiene su mente ocupa haciendo capacitaciones desde casa. Insisto en que sus neuronas jamás descansan. Me enamore de un cerebrito y siempre que puedo hago bromas al respecto.
Es muy loco mirar hacia atrás y ver todo lo que ha pasado, ambos cambiamos, por mi parte mi buen humor es notable a diario y es que me sobran motivos para ser feliz. Suelo hacer bromas y utilizar ironía todo el tiempo. Ella luce muy madura y segura. Admito que me encanta ver cuanto a mejorado su carácter y precisión en cuanto a la toma de decisiones.
Tenemos en claro que aun faltan varias semanas para tener en brazos a nuestros hijos pero es una ilusión que no se asemeja a nada. Apoyo mi mano en su vientre
-Espero sean tan bellos como tu- replico sonriente
-seran iguales a ti- asegura. Ambos reimos
-¿quieres un helado? Yo creo que debemos festejar esta inesperada noticia- ella asiente. Nos dirigimos a una heladería, Sarah escoge un batido de chocolate y yo un helado de frutos del bosque. Nos sentamos en un banco pronto pasa una mujer con una carreola doble, lleva mellizos. Ambos nos miramos y empezamos a reir. Será una experiencia maravillosa. Toda una aventura.
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Hola a todos, no puedo creer que haya pasado tanto tiempo desde que escribi esta historia. Me parece mentira. Aunque pase el tiempo siempre que puedo la releo e intento mejorar.
No quería dejar pasar más tiempo para publicar estos extras dando la noticia que finalmente serán padres! Espero les guste y disfruten. Les agradezco por darle la oportunidad. Gracias por leer.