"Y entonces, un día decidí acercarme y hacer encajar mis palabras con las suyas".
Sólo pensar en ello me pone nervioso, aún sin tener idea de lo que pueda suceder. Resulta opuesta mi manera de pensar con la realidad.
Las personas "modernas" no aceptarían un saludo si en tu cara no hay algo de atractivo, o no solo un atractivo físico, quizá algo emocional.
"Hacer sentir como en familia a cualquier persona con la que tengas una conversación no es cuestión de tiempo, ni esfuerzo interminable, es cuestión de química" es como decía algo que leí hace tiempo.
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La mañana se sentía algo fría, "va a temblar" diría algún tonto por ahí. El tránsito de tantos estudiantes cansaba mi vista, unos iban, otros venían. El estresante sonido de sus voces juntas era algo que en mi cabeza rebotaba de acá para allá. Pero en ese momento nada de eso me molestaba.
A unos cinco metros, entre tanta multitud, por un pequeño agujero entre tantas cabezas, una chica. Y probablemente no tiene idea de que yo existo.
La observo detenidamente desde una banca lejos de un posible vistazo; son aproximadamente las 8:30am y el sol con sus rayos apuntando directamente a mi cara, con dificultad veo como el viento despeina su lacio cabello en una dirección fija, de izquierda a derecha. No es como se podría ver en un comercial de trajes de baño dónde el cabello de la modelo es despeinado por una corriente de viento en cámara lenta...
Su rostro bastante alegre, totalmente blanco como leche, y su sonrisa es algo natural. Hermosa... Desde este punto apenas y puedo ver sus redondos ojos, bastante pequeños son encubiertos por dos cristales transparentes evitando apreciar con mejor plenitud todo su esplendor.
Los 10 minutos de recreo habían terminado, la presa de estudiantes de todos los días comenzaba a formarse. Persona tras persona, una tras otra. En una multitud. Por todas partes... Realmente molesto. En ese momento me preguntaba ¿en que momento aparecieron tantos estudiantes? Entre pisadas y empujones llegue a mi destino, aula número 34. La clase "mas activa" de ésta generación. La sensación del momento, estaba en la boca de muchos profesores. Solo buenas noticias salían de la sección 9-4. Se considera "buena" por el hecho de ser la sección donde residen los mejores promedios hasta el momento. Los 3 mejores estudiantes de la generación, son parte de mis compañeros. Y por supuesto simplemente son geniales, porque no son del tipo de cerebritos que te encuentras como frikis de una sección. Son de ese tipo cerebritos con estilo que encuentras en alguna parte del mundo donde todo es genial.
La clase de ciencias, ya un poco aburrido el día no podía continuar. Me senté junto a la ventana, tampoco había mucho que ver hacia afuera. Estudiantes yendo de aquí para allá.
Es satisfactorio, ver que estamos en pleno invierno y aún así se siente como si fuera enero o diciembre. Aunque esa sensación duraría muy poco...
El cielo se oscurecía rápidamente, el viento soplaba cada vez más fuerte... El cálido frío de hace un momento cambio repentinamente a un frío invernal. Pronto todos en el salón estaban abrigados, menos yo claro. Tengo la costumbre de no ponerme nada por la mañana aunque haga mucho frío, y si no me pongo nada por la mañana, el frío que haga durante el día será mi castigo.
Las gotas golpeaban el techo. El zinc ya deteriorado mayormente herrumbrado; y si me preguntan como sé que está así, simplemente los años hablan por si mismos, hay una gotera justo delante de mi pupitre, pronto estaré hasta las rodillas de agua...
11:20 am
La clase terminó, todos salen de los salones. Unos hacía sus hogares otros al almuerzo para seguir con la rutina diaria de un estudiante.
La lluvia aun no terminaba, algunos cruzaban corriendo de un lugar a otro evitando terminar empapados por la lluvia, pero claro las gotas eran como bombas enormes que te podían mojar toda la camisa con solo estar 1 segundo bajo el agua.
Yo por otro lado; estático, sin mostrar movimiento. Solo el temblor que recorría mi cuerpo cada vez que venían esos golpes de aire desde el Polo Norte. No estoy exagerando.
Pasaron algunos minutos... La lluvia aun no acababa. Mi estomago pedía alimento desesperadamente. Me mantenía en el mismo punto inicial.
Podía ver acercarse a un chico, conocido. Quizá un amigo, por lo que se podía apreciar había tenido algún tipo de encuentro con el agua...__cruzaste el océano ¿cierto?—vacilé.
__Estos últimos días la lluvia se ha puesto agresiva-comentó.
Josh Wilson, es un chico que conocí cuando entré a la secundaria. Es un chico introvertido. Tiene una manera llamativa de llamar la atención, "el arte de hacer reír a cualquiera" según él es un don y lo hace llamar de esa manera, tiene un estilo de vida muy activa y vive enamorado de una tal Natascha.
Frente a nosotros dos chicas pasaban de éste pasillo a otro [para detallar nuestra ubicación era algo así; estábamos en la esquina de un cruce de pasillos que daban a la derecha con los salones de Ciencias y a la izquierda los salones de E. Sociales...] observe a una en especifico, se me hizo conocida de alguna parte. Caminaban velozmente, así que apenas pude ver su rostro...
Josh sumergido en su mundo con su música a alto volumen, a pesar de lo pequeño que es un audífono se puede escuchar claramente sus canciones un poco bizarras. Noté que pensaba en algo. Su vista parecía perdida , no me contuve y le pregunte __en que piensas ¿eh?--giro su mirada hacía mi y no dijo nada. Sentí que me ignoró a propósito, no hizo ni el mínimo esfuerzo en sacarse un audífonos para que yo le repitiera la pregunta, porque con todo ese volumen dudo que me haya escuchado.
Pasaron 15 minutos... 15 minutos de almuerzo desperdiciados.
Comenzaba a dar por perdido el almuerzo de hoy. Tengo hambre, hace frío, no dormí bien y me duele el cuello. Y si la lluvia sigue me mojaré de regreso a casa por falta de un paraguas.
Volteé a ambos lados del pasillo, pocos estudiantes circulaban por sus alrededores. Probablemente estarán almorzando o de camino a casa...
Por mi mente pasa algo que me tiene inquieto preguntándome en que piensa Josh, lleva escuchado esa misma canción repetidas veces viendo quién sabe donde y su rostro parece alegre. Ya se está volviendo algo extraño y estoy comenzando a tener miedo.
__¡Oye!—exclamó Josh de repente.
__¿Qué sucede?—pregunté con la mirada nerviosa del susto que me causo su repentina resurrección.
¿Recuerdas a esa chica de la cual hablamos el otro día? Natascha, la chica pelirroja...
_Eeeeeh... Creo.—contesté una pregunta de la cual no estaba muy seguro de a lo que se refería.
_Pues hoy por la mañana conseguí su WhatsApp y además una cita para el sábado—fanfarroneo con la mirada en alto.
Le sonreí para celebrar su logro, lo observe por un segundo y luego con mucho esfuerzo trate de no seguir con el tema. Sinceramente no me interesa su vida sentimental.
A lo lejos vi que se acercaban unos chicos; Dave y Klane. Verlos caminar juntos me resulta divertido, ya que son como dos imanes con los polos opuestos; uno es un total primer promedio y el otro totalmente desinteresado por el estudio. Y si lo veo de otra perspectiva me resulta interesante...
__¿Porqué me ignoras así? Acaso no te da gusto mi gran logro. Míralo de esta manera, la conocí...
__Pero que pasa aquí hombres?
Antes de que terminará su frase, Dave interrumpió su impulso.
Y sin decir mucho puse mi cuerpo en movimiento, aunque mi cuerpo hacia parecer como si estuviera oxidado, tieso. Forcé mis articulaciones y me dirigí al comedor. Mi cuerpo no aguantaría un minuto más. Los chicos entendieron, me seguían desde muy cerca, vacilaban de algo pero no prestaba atención, solo escucha sus carcajadas. Normalmente almorzamos juntos y no es por cariño sino más bien por costumbre.