In Love

1. El sueño

 

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Una suave melodía disipaba el fúnebre ambiente que estaba cayendo sobre Daegu.

No era que hubiera pasado algo grave ni mucho menos, solo estaba anocheciendo... Pero a YoonGi no le gustaba la noche porque había escuchado que en la penumbra abundaban los terrores. Él no era alguien miedoso, pero que sus primos le hayan espantado a los seis años con horripilantes historias de terror durante los campamentos de la familia no ayudaba mucho. Aquello le había marcado al grado que siempre se aseguraba de tener algo de ruido cerca mientras esperaba porque las luces se encendieran afuera. La melodía que acariciaba sus oídos venía de la pequeña radio que tenía en su habitación.

Uno de los pocos aparatos que le gustaba tener fuera de sus libros apilados en montañas las cuales le rodeaban por doquier. Además de ser la única forma de distraerse de ese fastidioso y profundo aburrimiento...

Él podría estar en cualquier otro lado haciendo cualquier otra cosa, pero no podía.

Él estaba castigado.

Una vez más se había quedado dormido en Hwagae Market y al despertar, cuando notó lo terriblemente tarde que se le había hecho y al mirar de vuelta al mercado percatándose de que las tiendecillas ya habían cerrado; No pudo más que tomar su bicicleta y montarla rápidamente con bolso cargado y el corazón en la garganta para partir a toda velocidad devuelta a casa en medio del anochecer y el frío céfiro que le acompañaba; Calándose en sus huesos como agujas filosas contra la piel.

Ésa vez sí que se había pasado...

De alguna forma aquella colina, el lugar bajo ese árbol, le había traído una paz casi infinita en la que el descanso fue tan pleno que siquiera se dio cuenta tras sus párpados cuando el sol le había abandonado dejándolo a merced del gélido ambiente, la luna y la negrura del anochecer. Razón por la cual, una vez más, había olvidado varios importantes ingredientes...

YoonGi soltó un suave suspiro y movió un poco la cabeza al relajante ritmo de esa música tan desconocida para él. Él sólo había encendido el aparato y automáticamente había sintonizado aquella curiosa emisora.

Estaba sobre su cama mirando el techo, podía escuchar a sus padres en la planta de abajo riendo con los vecinos, los señores Shin que eran los padres de sus vecinitos: SeokJin, NamJoon y TaeHyung quienes además iban al mismo instituto que él y a quienes conocía desde que tenía memoria. Éste último era el más cercano a él. Pero como estaba castigado; No podía bajar a disfrutar de la velada que su dulce madre había organizado. ..

Bufó fastidiado tratando de no pensar en su aburrimiento, en cambio, concentró sus pensamientos en rememorar ese momento hacía ya varios días en la colina.

Había tenido un excelente sueño mientras había estado bajo ese árbol tan amistoso. Soñó que era una hoja. Una simple, verde y liviana hoja que encontraba divertido el tambalearse ante el viento que soplaba, pasear libremente y dejarse llevar sin nada que le detuviese.

En ese extraño pero mullido sueño, era primavera, por lo que él como una hoja que era estaba rejuvenecido y fuerte... Pero por alguna razón, aun cuando colgaba desde la seguridad de una fuerte rama sana; le pareció buena idea el soltarse de ésta para volar al son del viento. Y así lo hizo.

YoonGi dentro del cuerpo de la pequeña y verdezca hoja; voló por Daegu y jamás le pareció más hermosa la vista. Podía verlo ¡Todo!

Se sentía ligero, libre, desprendido. No sabía dónde se encontraban; pero podía sentir como sus pulmones se llenaban de aire fresco, de vida.

Se sentía vivo...

Observó desde su flotar el lugar donde residía, dentro de su propia quimera no comprendía como era que él podía tener la noción y el conocimiento de cómo lucía toda su ciudad desde arriba si él jamás había volado antes... Sin embargo, abandonó toda lógica para permitirse disfrutar de tan peculiar paseo, de las caricias del viento sobre su compleja piel de hoja y de la vista tan extensa y sublime que se extendía bajo él.

YoonGi podía recordarlo todo a la perfección si tan solo cerraba los ojos...

Fue tras un largo y liviano vuelo que pudo ver las luces de Hwagae Market a lo lejos, había, quizá, dado la vuelta completa a la ciudad para llegar allí y aunque no tenía boca ni labios: Sonrió.

Más allá, sobre la verde colina con alfombra de margaritas, vio el árbol donde descansó la primera vez, con hojas tan verdes como él y aún más allá divisó la ciudad de Gwangjju. Jamás se había sentido interesado por esa ciudad, eran sus vecinos de provincia, pero a pesar de lo cómodo que le era poder pasar las puertas hacia el otro lado del Hwagae Market y conocer el lugar, él jamás lo hizo. Tal vez se debía a que le daba una terrible pereza pedalear hasta allá o quizá se debía a que sus ciudades no se llevaban bien del todo. Y si le escuchaban hablar con su característico dialecto y su acento tan marcado, era muy probable que le reconocieran y echaran de allí. Algunas personas no eran tan amables como otras...



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En el texto hay: lgbt, chicoxchico, novelacoreana

Editado: 03.01.2019

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