Capitulo 3: Esperanza Blanca

—Jason, no lo entiendo...— Gerald terminó de vendar la mano de Jason y se levantó a servirse una copa de un vino especial de su barra.

—¿A que te refieres?...— Jason preguntó confundido mientras enderezaba su postura.

Gerald tomó su bebida de un solo trago y volvió a servirse otro.

— Simplemente deberías salir de esa casa y no regresar más, Alexander Fitzroy ni siquiera lo notaría... Entonces ¿Porqué sigues ahí?... Es algo que no logro comprender por mas que intente ponerme en tu posición...— Gerald bebió la mitad de su copa y mientras sus dedos recorrían los detalles de la base del cristal, añadió: — Si fuera tú me hubiera ido de ahí sin mirar atrás...— levantó su copa para terminar de beberlo.

Jason no perdió de vista sus movimientos, por supuesto que había pensado en esa posibilidad mas de una vez, muchas veces en realidad.

— Mi familia...— Jason habló con indiferencia, como si solo siguiera una orden que le hubiese sido impuesto como una condena de por vida.

Gerald claramente odiaba esta respuesta, como prueba de su molestia, golpeó su copa sobre la mesa con brusquedad haciendo resonar el eco por toda la casa.

— ¿Familia? Ninguno de ellos se merece esa consideración de tu parte y lo sabes....— Gerald se llevó las manos a la cintura comenzando a caminar de un lado a otro por la sala.

Jason solo trago saliba mientras jugaba con sus manos: — Sabes que es mas complicado que eso, si yo me fuera... El acuerdo estaría roto y mi padre...

—Tu padre es un imbécil que nunca ha usado una sola neurona en su vida, no me vengas con eso Jason...— Gerald lo interrumpío.

—..........— Jason quería explicarle sin embargo, tampoco encontraba una palabra para poder defenderlo.

Por supuesto que no podría haber justificación, el mismo Jason lo sabia desde el principio y es por eso que había elegido solo seguir sus órdenes, sin protestar, sin escándalos, como un cachorro bien entrenado camino hacia el altar y se casó.

No era tonto, Jason nunca fué tan ingenuo al respecto y quizás por eso jamás quiso entrar en detalles, no quería pensar en la posibilidad de haber mandado todo por un tubo y dejar esa familia que no le apreciaba.

—Jason, mas de una vez te dije que no regreses mas a ese lugar, ya les diste el hijo que querían... Ni siquiera te dejaron verle y ese niño no te conoce, no saben nada uno del otro ...— Gerald abrió una herida dolorosa en Jason.

El niño, la única vida que quería mantener a salvó, amar sin sentirse obligado, su pequeño mundo y adoración, uno que hacía años había perdido.

Aun así mantenía la leve esperanza de poder verle de nuevo, abrazarle talvez y decirle aunque sea una vez, cuánto lo había amado desde que supo de su existencia.

Pero no, ese deseo se hacia mas lejano con el pasar de los años, los "tal vez mañana" , "la próxima vez", no era mas que mentiras piadosas para decirle que su propio hijo no estaba interesado en saber de su padre omega.

—Eso ya lo sé Gerald, no necesito que me recuerdes que mi hijo no piensa en mi mas que como el Omega que le dió a luz, ya lo sé....— Jason le dió la razón con cierta frustración en su voz.

—Si lo sabes ¿entonces que estás esperando que suceda? Dimelo Jason...— Gerald de repente en unos pasos largo se paró frente a Jason:— ¿qué estas esperando que ocurra en esa casa? ... Yo te diré lo que estas esperando, cada noche y cada dia estás ahí con una fé absurda, la mano en el corazón en que tú marido vuelva a tratarte como una persona y tu hijo se digne a acercarse a ti ¿No es así?

Gerald le cuestióno fríamente, intentando que de alguna manera Jason entendiera que solo estaba desperdiciando su vida en algo que nunca iba a ocurrir ni en sus mas preciados sueños.

Jason sintió como esas palabras eran como finas agujas que apuntaron a su corazón y acertaron en cada pequeña vena provocandole un dolor insoportable.

— ¿Y que tendría eso de malo?...— Finalmente Jason se puso de pie y encaró a su amigo, cuya estatura apenas le sobrepasaba por pocos centímetros.

— ¿Cual es el problema de esperar por mi hijo? Dí a luz a ese niño y lo he amado desde el inicio, sé que es un absurdo a estas alturas, lo sé... Pero es mi hijo ¿Como se supone que podría olvidarme de él?...— Jason presionó sus puños mientras hablaba con rabia.

Esa era su cadena, su hijo, su corazón debil que mantenía la esperanza de acercarse a ese niño que tuvo hacía tantos años.

Gerald lo miró con frialdad mientras sus labios se movían dejando salir algo cruel contra Jason:

— Pero el se ha olvidado de tí, esa familia que valoras, el alfa que te trató bien solo hasta que diste a luz, un esposo ausente es lo que tienes y un hijo desconocido es lo que esperas como un tonto...— Gerald caminó para servirse otra copa y levantó la mirada hacia Jason.

— Escucha Jason, no me importa si me consideras un mal amigo ahora mismo, no pienso cergarme ante lo que he visto desde que te conocí... Tú me consideras un amigo...— Gerald hizo una pausa viendo el licor en la botella en su mano: — Yo te considero mas que un simple amigo.

—Si me consideras de esa forma ¿Entonces porque dices las cosas que mas duelen?...— Jason le recriminó de inmediato.

Jason sentía una gran puñalada cada vez que era conciente de la realidad, un poco de piedad es lo que él pedía para aminorar ese sentimiento, sin embargo Gerald no solia ser tan suave para hacer algo así.

Gerald sabia lo que su amigo buscaba cada vez que escapaba de su casa por un par de horas y venia a verle, la rutina era la misma.

Nunca habia un cambio, Jason vendría a verle, se sentaría en el sillon mientras él bebía algunas copas, Jason le contaría los miserable que era todo en su vida, hablarían e iban a discutir al respecto, entonces las palabras se terminaban y Jason saldría por la puerta de vuelta a su propio infierno.

Para Gerald esta rutina poco a poco se hacia un poco molesto, no porque no quisiera que Jason sacará sus emociones, la molestia era ver que aunque su amigo tenia todas esas heridas regresaba siempre por unas nuevas.