Ryan Stocking POV's
Papá: ¿Donde carajos estabas? -me jala del cuello de la camisa y hace que mi espalda choque contra la pared- ¿Donde mierda está tu madre? -la busca por todos lados.
Recuerdo aquella escena de el bar que protagonizó mi madre, mi corazón se hace pequeño, ver como mi familia se desmorona poco a poco. Se que nunca fue estable, siempre hubieron problemas, discusiones, golpes y de más... Pero tenia la esperanza de que algún día eso cambiara.
Papá: ¡Responde! -me da una bofetada que me hace sobresaltar.
-N-no lo se, la busque por todos lados, por eso me tardé -dije apresurado/asustado.
Me ve no tan convencido y esperando algo mas que eso-
-Mira, te traje comida -le muestro la bolsa donde estaba la comida.
El parece olvidar lo anterior y me arrebata bruscamente la bolsa, revisa el contenido de esta y una sonrisa muy pequeña aparece en su rostro.
Papá: –Por fin sirves para algo bueno -el vuelve a echarse en el sofá y prende nuevamente la televisión.
Un poco aturdido por lo acontecido corro hasta la habitación, el lugar donde se podría decir que es mi refugio. Me tiro en la cama boca abajo y doy un grito que se ahoga en el colchón, desahogo mi dolor llorando como el cobarde que soy.
No sé ni cuando me quedé dormido. Desperté y era un día que aparentaba ser "perfecto". Entré directo al baño y me duché al menos 25 minutos, salí y me sentía renovado, sin duda este sería uno de los pocos días en los que todo marcharía bien.
Me vestí como de costumbre y arregle mi cabello un poco, revisé la hora en mi celular y eran las 6:48 tenía tiempo para ir a desayunar sin atrasar a Justine. Baje a la cocina y raramente mi madre estaba cocinando, para ser exactos omelette y pan tostado con mantequilla de ajo. Mis ojos brillaron ya que ese es mi plato favorito, me acerque dudoso al comedor.
Madre: –Buenos días hijo, siéntate, tu omelette ya está listo -dijo sirviéndome un vaso de jugo de naranja y una gran sonrisa.
-¿Gracias? -me senté en el lugar que dijo y le di un sorbo a mi jugo.
Ella sirve en un plato blanco el omelette y el pan tostado a un lado, se dirige hasta mi con un movimiento de caderas que va de un lado a otro como siempre lo hace, deja en frente mio el plato y extrañado le agradezco con una sonrisa, me dedico a degustar de tal maravilla y de pronto sale mi padre muy bien vestido dando los buenos días.
Papá: –¡Buenos días familia! -anuncia ¿feliz?
Madre: –Buenos días cariño -lo abraza y ¿le a un beso?
¡¿Que rayos está pasando?!
Papá se sienta frente a mi y lee el periódico que traía en mano, una pequeña carcajada sale de el cosa que me deja aún más sorprendido.
Ignoro las cosas tan extrañas que están pasando y me dedico a comer, reviso la hora y ya son las 7:13 me apuro a terminar y así lo hago, dejo el plato en el fregadero y corro hasta el baño de mi habitación. Cepillo mis dientes y me doy un último vistazo en el espejo, en cuanto termino salgo a las afueras de mi casa a esperar a Justine, me siento en las gradas de la entrada de mi casa.
7:15 y Justine ya esta en mi casa, me levanto, sacudo mi trasero para quitar el polvo y me acerco hasta ella.
¡Pero que puntual!
-Hola, buenos días Justine -le salude amable- Buenos días James -le doy la mano a James-
James: –Buenos días señorito Stocking -me da la mano con elegancia y respeto-
Justine: –Buenos días Ryan, ¿cómo estás? -me devolvió el saludo-
-Muy bien ¿y tú? -le doy una pequeña sonrisa-
Justine: –Mal, ¿Nos vamos ya? -dice un poco seria.
-Claro... Vámonos -no quise preguntar ya que no era de mi incumbencia pero moría por saber que tenía y en que la podía ayudar.
Justo cuando iba a subirme al auto que segundos antes James había abierto la puerta de este, Justine me detiene de golpe.
-¿Qué pasó Justine? -pregunté un poco asustado.
Justine: ¿Donde está tu mochila? -busca con la vista esta-
¡Oh rayos!
-Oh si, si, lo lamento, ahora vuelvo -corro hasta los adentros de mi casa y busco mi mochila.
Me adentro nuevamente a mi casa y busco mi mochila. Al encontrarla la cuelgo en mi hombro y regreso al auto de Justine, ella está algo distante o no sé si ella es así. Todo el camino a la escuela la pasó en silencio mientras que yo me dedicaba a dibujar a Sam, mi bella Sam.
Al llegar a la escuela me despido de James y le agradezco por traerme, Justine me dice que le muestre la escuela así que eso trato de hacer. Al entrar veo cómo Matthew y sus otros secuaces están en la entrada y cuando trato de escabullirme de ellos ya es tarde porque me vieron y se acercaron como era típico de ellos.
Todo pasa tan rápido y ahora estoy a nada de morir. El iba a golpear a Justine y no podía permitirlo, eso era lo más bajo y rastrero que un hombre podía hacer así que sin importar lo que sucediera después de mi revelación detuve su puño.
[...]