In The Middle of The Night

|| Capítulo XX ||

Ryan Stocking:

 

Luego de que Taylor haya dicho eso quedé algo aturdido, el chico me miró una última vez antes de entrar a la casa, todos volvieron a festejar como si no hubiese pasado nada; ya no me sentía cómodo estando ahí así que sin despedirme me fui a casa otra vez.

El frío de las calles de Winterwood abrazaba mi piel y el estar mojado no ayudaba tanto.

Aún mi mente no podía procesar la información dada, al parecer los rumores eran ciertos y en realidad Taylor asesinó a Steve.

Al llegar a mi casa observé a mi padre dormido en el sofá mientras la televisión estaba encendida, su rostro era iluminado por las luces que la TV destilaba, la apague subí a mi habitación y busqué una manta para arropar a mi padre y una vez encontrandola así lo hice.

Lo observé mientras dormía por unos breves segundos, me gustaba verlo dormir porque era el único momento en el cual no está diciéndome lo miserable que soy y seguiré siendo por el resto de mi vida, no me estaba golpeado, simplemente era el en su versión más pura.

Fui a mi cuarto a darme una relajante ducha y miles de pensamientos arribaron mi mente, uno de ellos era Justine. 

Oh Justine.

Cuanto desearía que estuvieras aquí. 

En realidad extraño esos momentos, la extraño a ella, no he querido admitirlo pero la necesito, me obligo a rechazar el sentimiento que mi corazón siente por ella pero ni aún viviendo 3 vidas más podría dejar de amarla tampoco podría hacer que mi corazón dejara de latir únicamente por ella.

Pero tenía que dejar de lastimarme de esa manera, debía arrancar ese sentimiento y resignarme a que no podría tenerla.

Se supone que si la amo debo dejarla ir. Pero no estaba seguro de querer dejarla ir, no creo tener tanta fuerza de voluntad.

Y se que es muy apresurado de mi parte decir que la amo pero es lo que en realidad siento, ella fue la única persona que en realidad se preocupó por mi, la que no le importó quien era, la que me aceptó con todos mis errores, miedos y problemas. Fue ella quien vio la luz que se estaba apagando en mi y llegó en el momento indicado, cuando estaba apunto de dejarlo todo y rendirme, ella me tendió su mano y me sacó del abismo del cual era prisionero.

Ella fue mi Ángel. 

Por esa y muchas razones más me atrevo a decir que la amo.

Y sin darme cuenta ya me encontraba derramando unas cuantas lágrimas que descendían por mis mejillas y se mezclaban con el agua que corría por mi cuerpo.

Profundicé mi respiración, no quería seguir derramando más lágrimas aunque ella las valiera todas, estaba con otras personas y debía dejar atrás todo eso aunque fuese complicado. 

Mientras estaba frente al espejo secando mi cabello con la toalla vi a una Justine decepcionada, con la expresión seria como es de costumbre; me giré de inmediato pero no estaba.

Entendí que debía llamarle, extrañarla tanto me estaba haciendo verla cuando no estaba, pedirle perdón por lo idiota que fui, talvez no era la manera correcta de hacerlo pero seria un avance.

Tome mi celular y marqué su número. 

No contestaba. Volví a llamarle un par de veces más pero no atendía; quería creer que no se había percatado de mis llamadas pero era obvio que me estaba ignorando. Lo merezco.

Tiré el celular a mi cama, suspiré con pesadez y me di por vencido, solo por ahora.

Me lancé a la cama y apague la luz de la mesita de noche y me dispuse a dormir.

 

[...]

 

Era el día siguiente y todo estaba en relativa calma, tanto mi padre como mi madre no se encontraban en casa; no me resultaba extraño ya que casi siempre era lo mismo. He de admitir que si me sentía algo nervioso por muchos factores y el principal era ver a Justine en la escuela, después de haber sido ignorado por ella la noche de ayer, no debí llamarle. Ni siquiera tomé alcohol como para justificar el motivo de esa llamada.

Como sea debo enfrentarlo.

Busqué algo en la alacena para desayunar y por suerte encontré un poco de cereal, revise en el refrigerador viejo que está en mi casa y hay una caja de leche casi terminada; revise la fecha de caducidad y estaba a pocas semanas de caducar. Me serví en un tazón y por el momento me dediqué a comer.

Pasaron los minutos, ya había terminado mi desayuno y justo ahora estaba camino hacía la escuela, las manos me sudaban un poco...

En la entrada de la escuela se encontraba José uno de los amigos de Taylor el cual me saludo y entablo una pequeña conversación conmigo, el chico de ascendencia Salvadoreña era uno de los que mejor me caía, no era como los demás, incluso cuando era acosado no se involucraba hasta me atrevería a decir que sentía lástima de mi.

José: -Ayer después de lo de Greg no te vi, ¿te fuiste temprano no es así?- Interrogó este.

-Así es, la verdad no me sentía tan cómodo de estar ahí. Todos actuaron como si nada hubiera pasado.- Justifiqué.




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