In The Middle of The Night

| Capítulo XXI |

Justine Cumberbatch

 

Me gustaría decir que me dio igual ver a Ryan con la tonta y cabeza hueca de Samantha Bennedict pero no es así, al verlo besarla hizo que algo dentro de mi se removiera. Había un impulso en mi de ir hacia el y golpearlo, preguntar si todo lo que el dijo que sentía por mi acaso se había esfumado y ahora era Samantha quien ocupaba mi lugar pero ni siquiera valía la pena de eso.

Debía ir a clases y eso hice, quería olvidarme todo principalmente de Ryan pero el saber que nos tocaba clase juntos no ayudaba.

Entre al salón de clases, el maestro aún no llegaba y los estudiantes entraban apresurados, suspiré suave y caminé lento hasta mi lugar, como de si un cliché se tratase mi compañero de mesa era Ryan y aún no puedo creer que lo haya olvidado. Resignada a lo que viniese puse mi trasero en la silla y coloqué mis manos en la mesa, jugaba con estas con nerviosismo, comencé a tronar mis dedos y eso significaba que estaba realmente nerviosa, no había duda.

Odio sentirme así.

–Hey, ¿estás bien?– llamo mi atención una voz masculina, giré mi cabeza de inmediato en dirección a la persona que me había hablado antes.

–¿Perdon? Oh si, si.– se trataba de Alexander quien me miraba con algo de desconcierto.

Alexander: –No pude evitar ver que estás removiendote mucho y tronando tus dedos continuamente.

–¿Acaso pasas mucho tiempo viéndome?– dejé en paz mis manos y bromeó un poco con el pálido chico.

Alexander: –¿Qué? ¡No! ¡Por supuesto que no!– negó de inmediato.

–Solo es una broma.

Alexander: –Si...

–...

Y se torno a un silencio incómodo entre los dos, estar así me pone nerviosa lo que hace que ría sin razón y como era de esperarse así fue. Comencé a reír, cuando creí que quedaría como estúpida Alexander rió conmigo.

Alexander: –Esto es raro pero me agrada.– comento una vez que dejó de reír al igual que yo.

–Si, fue raro...

Alexander: –Creo que nunca te había escuchado reír, nunca.– mencionó con una leve sonrisa.

–Si, creo que es algo que no frecuento hacer.

Alexander: –Oye por cierto, no te he visto con Ryan ¿pasó algo entre ustedes?– dijo de repente.

Y ahí vamos otra vez, cuando creí que podría pasar al menos 5 minutos sin pensar en Ryan el universo envía a este chico para recordarmelo, di una larga respiración y exhalé.

–No creo que sea algo relevante.– devolví mi mirada a el y esta vez con una pizca de seriedad.

Alexander: –Supongo que no, solo creí que tú y el... Ya sabes.

–No, claro que no, solo fuimos muy buenos amigos.– no podría negar que al mencionar fuimos me sentí algo triste pero era hora de asimilarlo.

Alexander: –No creo que sea un tema del que quieras hablar así que...– me extiende un chocolate, dicha acción me sorprendió pero lo tomé con amabilidad, como decirle que no a un chocolate.

–Gracias.– le devolví una sonrisa.

 Por un momento me tranquilicé al ver que Ryan no había entrado a clases aún pero no duró mucho cuando entró por la puerta con el cabello alborotado, la camisa algo arrugada lo cual no dudo que sea producto de su asqueroso y repulsivo besuqueo con la zorra de Samantha.

Apreté mis puños al verlo pasar su mano por su cabello para acomodarlo mientras se aproximaba a la mesa, odiaba que hiciera eso porque se veía muy bien. ¡Agh!

Dirijo mi mirada al frente evitando todo contacto visual con el y siento el calor de un cuerpo más a mi lado haciéndole saber que ese era Ryan; solo tenerlo un poco cerca me molestaba tanto que juro que podría gritarle e incluso golpearlo ahora mismo pero he aprendido a controlar mis impulsos. Conté hasta 15 mentalmente mientras respiraba suave, concentrandome en cualquier otra cosa.

Gracias a Dios sirvió y mi ira se desvaneció.

El profesor comenzó con la clase la cual obtuvo mi total atención. Apuntaba lo que el indicaba y respondía el cuestionario que había entregado a cada uno.

Si supieras que vas morir exactamente dentro de un año, ¿cómo cambiaría tu manera de vivir?

Una pregunta demasiado buena. Supongo que trataría de hacer cosas que por lo general no me atrevería a hacer por ejemplo saltar en paracaídas, sería alguien bueno para los demás, dejar atrás el pasado y con lo poco que me queda vivir un futuro de la manera que lo haría si no tuviese esta mascara, me gustaría dejar una huella, una marca la cual cuando pienses en ello pienses en quien lo hizo, Justine Cumberbatch o cosas más simples como poder amar y dejar que me amen pero jamás sabremos si esas cosas algún día se lleven a cabo ya que el futuro es incierto así que solo debemos preocuparnos por lo que estamos viviendo en el presente y agradecer de lo que podemos hacer. Y es en situaciones así cuando la frase "vive tu día como si fuese el último" tiene mucho valor y toda la razón porque nadie te asegura el mañana.

El maestro pidió el cuestionario para revisar nuestras respuestas y así fue como concluye su clas; guardo mis cosas en mi mochila y me levanto para salir de ese salón e ir a Química pero mi acción fue interrumpida por una mano que tomo mi brazo y me hace voltear para quedar frente a los ojos color esmeralda más hermosos, esos ojos que brillaban más que todas las estrellas del cielo.

Ryan: –Debemos hablar.– su voz... Tenía tanto de no escuchar esa voz que hacía estremecer mi interior.




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