In The Middle of The Night

| Capítulo XXXVIII |

Ryan stocking

 

Me desperté gracias a unos toques de una mano en mi hombro, me estire antes de abrir los ojos y al hacerlo pude ver a una Carin algo preocupada, eso no era bueno.

Carin: –Disculpa que venga así pero no encuentro a Justine por ningún lado. 

No puede ser.

–¡¿Qué?!– me levanté de casi un salto.

Fuimos a la planta baja, al parecer ya Carin había preguntado a todos en ese lugar si no la habían visto, nadie sabe nada. Esto no es bueno, nada bueno.

Miles de cosas se me vienen a la cabeza, cosas que no ayudan a que esté tranquilo.

–¿Y si vamos al cementerio? Quizás esté allá.

Carin: –Espero que si.

De inmediato nos dirigimos a dicho lugar, emprendimos la búsqueda pero no había nada. Ninguna señal de ella.

Carin: –No puedo seguir así, llamaré a la policía.–a este punto su llanto era incontrolable.

Por mi parte era calma, no quería pensar en lo peor, algo que aprendí de ella es que aún se puede tener esperanza aún en los momentos más duros, claro ejemplo de ello es cómo llego a salvarme, cuando ya no podía más, llegó mi heroína. Esperaba con mi corazón que estuviese bien. Enserio que lo esperaba.

Regresamos a la casa/mansión de Eryx, ya la policía se encontraba haciendo la respectiva investigación, fui a la habitación asignada de Justine, algunos investigadores estaba tomando lo que al parecer eran las huellas en las superficies.

Me sugirieron que no tocará nada, solo observaba a mi alrededor, tratando de encontrar algo pero la habitación estaba demasiado arreglada, Justine no había regresado a su habitación, no era donde debía buscar.

 

[...]

 

Ya habían pasado más de dos horas y Justine aún no aparecía, estaba al borde de la locura, pero todo lo estaba guardando, necesitaba estar bien para Carin.

James: –Acompáñame un momento, por favor.

Me pareció extraño pero no objeté.

En un lugar más alejado nos detuvimos y James me dijo: –Si sabes algo es hora de que me lo digas, Carin está muy mal al igual que yo.

–Créeme que quisiera pero no sé absolutamente nada, ¿Acaso debería saber algo?–fue mi duda.

James lo pensó un momento y luego respondió: –No tiene caso seguir guardándolo. Justine nunca superó el hecho de que sus padres murieran y es comprensible pero se obsesionó con el tema que desde entonces a creado un tipo de investigación, ella cree que no fue un accidente y ahora lo creo; así que supongo que ahora que ella desapareció significa que encontró algo o...–su voz se iba a quebrar.– quizás la encontraron a ella. 

Mi corazón desde hace mucho había escapado de mi pecho, el solo hecho de pensar que algo le pudo pasar a ella rompe por completo mi ser, mi ansiedad incrementaba cada segundo que estaba pasando sin saber nada e ella. Es una chica fuerte y dura, difícil de amedrentar, lo único que deseaba es que ella estuviese sana y salva.

 

(...)

 

Habían pasado más de 24 horas desde que no sabíamos nada de Justine, tanto Carin como yo no hemos  pegado un ojo al igual que tampoco nos hemos separado del teléfono, esperando alguna llamada pero hasta el momento, nada.

Eryx había movido "algunos contactos" de la policía para una mejor investigación, de hecho es el mismo investigador  que se encargó de el caso de los padres de Justine, no sé como sentirme al respecto, por lo que sé hasta ahora Justine nunca creyó el veredicto de que fue un accidente. ¿Debía confiar en mi intuición y tampoco confiar?

Eryx: –No me gustaría irme ahora pero hay algunas cosas que tengo que resolver en la compañía. Trataré de venir lo más pronto posible. Cualquier novedad no duden en llamarme y yo estaré aquí a la velocidad de una bala.

Carin: –Gracias por tu amabilidad.

Eryx: –Recuerda que eres como una madre para mi.

ella asintió con pocos ánimos y Eryx besó su frente, de inmediato tomó su maletín y se marchó. James acompañó a una patrulla para levantar la búsqueda por las calles, Carin con mucha dificultad logró quedar dormida gracias a un té que le preparé.

Y entonces, el teléfono sonó, Carin de inmediato saltó a contestarlo.

Carin: –¿Justine? Cariño, háblame.

El teléfono se encontraba intervenido, un monitor estaba grabando y emitiendo lo que se decía.  

Carin, no hagas nada de lo que te pidan estos malnacidos.- dijo con enfado y luego escuchamos como azotaron algo, lo que al parecer era su rostro porque en breve escuchamos un quejido de su parte. Mi sangre hervía.

–No se les ocurra tocarla o los voy a matar con mi manos.

Calláte niño héroe, no tienes nada que ver en todo esto. Ahora bien, necesito que escuchen con atención y que hagan exactamente lo que les diré a continuación– toma una pausa y continúa–  tienen 24 horas para reunir 35 millones de dólares, sé que no será complicado para ti Carin, tú y tu familia se pudren en dinero, es muy poco lo que estoy pidiendo y se que lo harán si quieren ver a su querida niña devuelta. Tic tac.




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