Un nuevo día comenzaba y los rayos del sol atravesaban la ventana iluminando la habitación de Sarah, mientras Sarah intentaba levantarse de la cama el sonido de su teléfono la hizo levantarse del susto.
-¡Mierda!- exclamó mientras veía el nombre del contacto, -¡¿Me está llamando David?!- los nervios invadian su cuerpo, sin embargo contesto la llamada.
-¿Hola..?- pregunto Sarah tímidamente contestando la llamada.
-¡Hola Sarah!, ¿Ya te levantaste?- contesto David mientras esperaba la respuesta de Sarah.
-¡Si!, me acabo de levantar, ¿Porque?- contesto Sarah mientras se restregaba los ojos intentando quitarse el sueño de encima.
-Te llamaba por si querías que vayamos juntos al instituto- respondió David con un tono lleno de confianza en su voz.
Sarah estaba sorprendida al escuchar la voz de David al otro lado de la línea. La emoción y la curiosidad se mezclaban en su interior mientras respondía con entusiasmo: -¡Claro, me encantaría! ¿Estás cerca de mi casa ahora?-
David confirmó con un -sí- animado y Sarah apenas podía contener su alegría. Rápidamente se preparó y salió de su casa, con el corazón latiendo con fuerza por la emoción de pasar más tiempo con David.
Cuando llegó al lugar acordado, vio a David esperándola con una sonrisa brillante. -¡Hola, Sarah! ¿Estás lista para ir al instituto juntos?- preguntó, su entusiasmo contagioso llenando el aire.
Sarah asintió, con una sonrisa que no podía contener. Juntos, caminaron hacia el instituto, compartiendo risas y conversaciones mientras disfrutaban de la compañía del otro.
A lo largo del camino, Sarah se dio cuenta de lo mucho que disfrutaba la presencia de David. Había algo reconfortante y emocionante en compartir esos momentos simples con él, y se sintió agradecida por tenerlo en su vida.
Al llegar al instituto, Valeria, una de las amigas de Sarah se acercó a ella corriendo para darle una noticia. -Sarah, Sarah, ¿has visto en qué coche acaba de llegar el chico nuevo?- dijo mientras señalaba los parqueaderos del instituto.
-!¿Matthew?!- pregunto Sarah sorprendida.
-¡Si, el!- contesto Valeria mientras la tomaba de la mano y la llevaba hacia el parqueaderos.
Al llegar Sarah vio a Matthew bajarse de un coche deportivo, era un BMW de color negro además, Matthew estaba vestido con una chaqueta de cuero negra y por debajo llevaba una camisa larga negra, unos pantalones jean rasgados ajustados grises oscuros y unos zapatos blanco con negro.
Su rostro era el mismo de siempre, sin embargo aparte de sus ojos azules, en su ceja izquierda tenía una raya diagonal la cual resaltaba y hacia que su aspecto sea demasiado fascinante.
Matthew avanzaba hacía los pasillos mientras conversaba con otras personas que se había acercando a el.
-¿Quien es el?- pregunto David mientras miraba al chico nuevo.
-Su nombre es Matthew, viene de Alemania y recientemente entro al instituto, vino aquí porque su papá tiene trabajos aquí en Florida- respondió Sarah mientras caminaba hacia dentro del instituto.
-jumm...- rechisto David mientras caminaba atrás de Sarah.
Luego de eso ambos se dirigieron a sus clases, En el salón de Sarah la estaba esperando Matthew, quien levantó su mano en forma de saludo al verla.
-Hey Sarah, ¿Que tal estás?- pregunto Matthew con con una sonrisa.
-Bien, acabo de llegar- respondió Sarah mientras se acomodaba en su asiento. -Parece que eres la sensación del instituto después de llegar en ese coche- dijo mientras sacaba un cuaderno y lo ponía sobre la mesa, -parece que lo de pasar desapercibido no es lo tuyo, ¿Verdad?-.
-Ohhh eso es muy cruel Sarah- dijo Matthew mientras se reía. -¿Te gustaría salir a tomar algo luego de clases?- pregunto mientras mantenía contacto visual.
-Claro, ¿porque no?- respondió Sarah. -¿Me llevarás en ese costoso y nada discreto coche tuyo? Pregunto mientras soltaba una mini carcajada.
-Evidenmente que si pequeña- respondió Matthew con una sonrisa en su rostro.
Acabando las clases ambos salieron juntos del instituto, al llegar al parqueadero Matthew le abrió la puerta de su coche a Sarah para que pueda entrar, cerro la puerta con cuidado y luego entro el y encendió el motor del coche.
Sarah se sintió un poco sorprendida por el gesto de caballerosidad de Matthew al abrirle la puerta del coche. Agradecida, sonrió y se acomodó en el asiento del pasajero.
Una vez que Matthew se unió a ella en el coche, Sarah miró por la ventana, pensando en dónde podrían ir. Después de un momento de reflexión, respondió -¿Qué te parece si vamos a la heladería que está cerca del parque? Hace un día perfecto para disfrutar de un helado y relajarnos un poco-.
Matthew asintió con entusiasmo. -¡Suena genial! Me encanta esa heladería-, dijo mientras encendía el motor y salían del parqueadero del instituto.
El corto trayecto hasta la heladería transcurrió entre conversaciones animadas y risas compartidas, consolidando la amistad entre Sarah y Matthew. Una vez que llegaron, encontraron un lugar tranquilo en la terraza y disfrutaron de sus helados.
Sarah y Matthew se sentaron en la terraza de la heladería, disfrutando de sus helados bajo el cálido sol de la tarde. Después de un momento de silencio cómodo, Sarah decidió romper el hielo.
-¿Así que, Matthew, qué te trajo a Florida desde Alemania?- pregunto con tono lleno de curiosidad
-Bueno, mi padre y yo nos mudamos aquí hace algunos dias por su trabajo. Fue un cambio bastante grande, pero me acostumbré rápido a la vida aquí.- respondió mientras tomaba su helado.
-Entiendo.- dijo Sarah algo reflectiva -¿Y qué te gusta hacer en tu tiempo libre?-.
-Me encanta tocar la guitarra y escribir canciones. Es una forma de escapar del mundo por un rato y expresar lo que siento. Aunque no soy muy bueno cantando.- respondió mientras llevaba una de sus manos a su cara y se reía. -¿Y tú, Sarah? ¿Cuáles son tus pasatiempos?-