Los murmullos hacían resonar los pasillos del instituto ante la presencia de David tras lo ocurrido el día anterior, el paso lento y la cabeza agachada de este hacia preguntarse a los demás que es lo que había ocurrido para que este así. Mientras David avanzaba hacia su curso perdido en sus pensamientos, hasta que una voz familiar lo hizo volver a la realidad.
-David, ¿Estas bien?- pregunto Sarah con un poco de preocupación en su voz mientras tomaba las manos de David, su rostro también expresaba lo preocupada que estaba por lo ocurrido el día anterior.
Al ver esa reacción David cambio su expresión poniendo una sonrisa -No te preocupes Sarah, estoy tan fuerte y sano como una roca- dijo mientras hacia poses de fisicoculturismo con una sonrisa en su rostro.
-No es gracioso David, ayer estuve muy preocupada-
-¿Enserio?-
-¡Si!-
-No tienes porque estarlo, al parecer solo estaba muy cansado, últimamente estuve muy ocupado entre las tareas del instituto y los conciertos en la cafetería jajaja-
-Sigue sin ser gracioso-
-Lo siento pero enserio, estoy bien, no te preocupes tanto-
Ambos siguieron caminando por el pasillo conversando un poco de sus vidas hasta que llegaron al curso de Sarah, ambos se despidieron y David se dio la vuelta alejándose poco a poco del curso de Sarah.
-Lo siento Sarah... No puedo decirte la verdad...- murmuro David mientras una pequeña lagrima caía por su mejilla.
David caminaba por los pasillos del instituto sumido en sus pensamientos, sintiendo el peso abrumador de la noticia reciente. La palabra "cáncer" resonaba en su mente como un eco constante, recordándole la incertidumbre del futuro y la necesidad de mantener su lucha en secreto.
Mientras se perdía en sus preocupaciones, David sintió una presencia a su lado y levantó la vista para encontrarse con Harper, una de sus amigas más cercanas.
-¿David, estás bien? Pareces un poco distante hoy.- pregunto Harper con un poco de preocupación en su tono mientras se acercaba a David
David parpadeó, sacudiendo momentáneamente sus pensamientos oscuros. No quería preocupar a Harper ni a nadie más con la noticia de su enfermedad, así que forzó una sonrisa.
-Sí, todo está bien. Solo estoy un poco cansado, supongo. ¿Por qué preguntas?-
Harper frunció el ceño, notando la evasiva de David.
-Bueno, simplemente pareces fuera de lugar últimamente. ¿Algo te está pasando? Puedes confiar en mí, sabes.-
David se sintió abrumado por la gentileza y preocupación de Harper, pero también se sintió atrapado por la necesidad de mantener su lucha en secreto.
-No te preocupes, Harper. Solo estoy lidiando con algunas cosas personales en este momento, pero no es nada importante. Gracias por preguntar de todos modos.-
Harper asintió, aunque claramente no estaba convencida por la respuesta de David.
-Bueno, si alguna vez necesitas hablar o algo así, estaré aquí para ti. No lo olvides.-
David asintió con gratitud, sintiendo un nudo en la garganta por la compasión de Harper.
-Lo aprecio, Harper. De verdad.- dijo David mientras forzaba una sonrisa
Con eso, los dos amigos se separaron, cada uno perdido en sus propios pensamientos. David se sintió agradecido por el apoyo de Harper, pero también se sintió abrumado por la carga de su secreto. Sabía que tenía que encontrar una manera de lidiar con su enfermedad mientras mantenía su vida lo más normal posible, pero la tarea parecía cada vez más desafiante con cada día que pasaba.
Sarah se dirigió a la sala de música con determinación, decidida a cumplir con la promesa que le había hecho David de enseñarle a cantar. Al entrar, encontró a David afinando su guitarra, perdido en sus propios pensamientos.
-Hola, David. Espero no haberte interrumpido.-
David levantó la vista, sorprendido por la presencia de Sarah pero rápidamente se recompuso.
-¡Hola, Sarah! No, para nada. Me alegra verte aquí. ¿Estás lista para comenzar?-
Sarah asintió y se sentó frente a David, lista para aprender.
-Definitivamente. Estoy emocionada por esto. Pero antes de comenzar, quería hablar contigo sobre algo personal, si no te importa.-
David asintió con comprensión, invitando a Sarah a compartir lo que estaba en su mente.
-Mi madre falleció hace algunos años, y desde entonces, la vida ha sido un desafío constante. Es difícil seguir adelante sin ella, sabes. A veces siento que estoy nadando en un mar de emociones, y no sé cómo salir a flote.-
David escuchaba atentamente, sintiendo empatía por la experiencia de Sarah.
-Lo siento mucho, Sarah. No puedo imaginar lo difícil que debe ser para ti. Pero quiero que sepas que no estás sola. Siempre puedes contar conmigo para apoyarte en los momentos difíciles.-
Sarah asintió, agradecida por las palabras reconfortantes de David.
-Gracias, David. Significa mucho para mí. Ahora cuéntame sobre ti. ¿Hay algo en tu pasado que quieras compartir?-
David tomó un momento antes de responder, reflexionando sobre su propia historia.
-Bueno, puedo decirte que mi pasado no ha sido fácil. Hubo un tiempo en el que estuve luchando contra la adicción a las drogas. Fue un período oscuro en mi vida, pero finalmente logré superarlo y salir adelante. Ahora la música es mi salvación, mi forma de mantenerme en el camino correcto.-
Sarah escuchaba con atención, impresionada por la valentía y la fuerza de David para superar sus luchas.