David llegó al Aeropuerto Internacional de Miami, sintiendo una mezcla de ansiedad y curiosidad. No había visto a su hermana en mucho tiempo, y la última vez que se vieron las circunstancias habían sido todo menos ideales. Mientras esperaba en la zona de llegadas, trató de mantener la calma.
Entonces la vio. Violett, su hermana mayor, emergió del flujo constante de pasajeros con una gran sonrisa en el rostro. Tan pronto como lo divisó, corrió hacia él con una energía desbordante.
"¡David!" gritó, lanzándose a sus brazos.
David respondió al abrazo con menos entusiasmo, sintiéndose abrumado por su actitud infantil. "Hola, Violett," dijo, con una sonrisa forzada.
Después de unos segundos de abrazos y risas, David se separó suavemente y miró a su hermana. "¿Por qué actúas así?" le preguntó, tratando de ocultar su incomodidad.
Violett lo miró con una expresión juguetona. "Teniendo en cuenta que la última vez que te vi estabas en un centro de rehabilitación, es lógico que me emocione ver a mi hermano menor," respondió con un tono que mezclaba afecto y reproche.
David soltó una risa seca. "Esa no es la forma en la que un agente del MI6 debería actuar," comentó, intentando mantener la seriedad.
Violett soltó una carcajada y le dio un pequeño golpe en el brazo. "El objetivo de un agente secreto es que nadie sospeche que es un agente secreto, ¿recuerdas?" respondió con una sonrisa traviesa.
David negó con la cabeza, pero no pudo evitar sonreír genuinamente. La energía de Violett siempre había sido contagiosa, y a pesar de su reticencia inicial, se sintió aliviado de verla. "Tienes razón, como siempre," admitió.
Mientras caminaban hacia la salida del aeropuerto, David no pudo evitar preguntarse qué cambios traerían la presencia de Violett a su ya complicada vida. Sabía que las cosas nunca eran simples con ella alrededor, pero también sabía que podía contar con su apoyo incondicional.
"Entonces, ¿qué planes tienes aquí?" preguntó David, tratando de sondear las intenciones de su hermana.
Violett sonrió misteriosamente. "Oh, ya sabes. Un poco de trabajo, un poco de diversión, y quizás una misión secreta o dos. Pero no te preocupes, hermanito. Estoy aquí para ayudarte en lo que necesites."
David asintió, reconociendo la familiar sensación de incertidumbre que siempre acompañaba a Violett. "De acuerdo. Vamos, te llevo a casa. Tenemos mucho de qué ponernos al día."
Mientras se dirigían al coche de David, el bullicio del aeropuerto se desvanecía en segundo plano, y una nueva etapa de su vida comenzaba a tomar forma.
Cuando llegaron a la casa de David, Violett cerró la puerta con un golpe sordo y se giró hacia su hermano. La alegría y la ligereza en su rostro se desvanecieron, dejando paso a una expresión seria y profesional.
"Siéntate, David," dijo con firmeza, señalando el sofá.
David obedeció, notando el cambio en el tono de su hermana. "¿Qué pasa, Violett?" preguntó, sintiendo una leve inquietud.
Violett se sentó frente a él, sus ojos fijos en los de David. "Hermanito, ¿conoces al señor Robert Fischer?"
David frunció el ceño, sorprendido por la pregunta. "¿Robert Fischer? ¿Es algún familiar de Matthew Fischer?" preguntó, tratando de conectar los puntos.
"En efecto," respondió Violett, su voz llena de gravedad. "Es el padre de Matthew. Está siendo investigado por lavado de activos."
David se quedó sin palabras por un momento, procesando la información. "¿Lavado de activos? ¿El padre de Matthew?" repitió, tratando de entender la magnitud de lo que su hermana le estaba diciendo.
Violett asintió, cruzando los brazos sobre su pecho. "Sí. Y no solo eso, parece que está usando sus conexiones empresariales para ocultar grandes sumas de dinero ilegal. El MI6 ha estado siguiendo sus movimientos, y ahora que tú y Sarah están involucrados con Matthew, pensé que deberías saberlo."
David sintió una mezcla de sorpresa y preocupación. "Entonces, todo esto... Matthew, su comportamiento... ¿podría estar relacionado con las actividades de su padre?"
"Es muy probable," afirmó Violett. "Matthew podría estar ayudando a su padre en sus negocios turbios, o al menos beneficiándose de ellos de alguna manera. Y con todo lo que ha pasado entre tú, Sarah y Matthew, las cosas podrían complicarse aún más."
David se recostó en el sofá, su mente girando con preguntas y preocupaciones. "Esto es mucho para asimilar," dijo finalmente. "¿Qué hacemos ahora?"
Violett lo miró con determinación. "Primero, tenemos que mantenernos alerta. No sabemos hasta qué punto Matthew y su padre pueden estar dispuestos a llegar para proteger sus intereses. Y segundo, necesito que estés listo para cualquier cosa. No podemos permitir que esto te arrastre de nuevo a problemas."
David asintió lentamente, sintiendo el peso de la responsabilidad. "Entiendo. Gracias por decírmelo, Violett. Me alegra que estés aquí."
Violett sonrió suavemente, tocando el hombro de su hermano. "Siempre, hermanito. Ahora, debemos estar más unidos que nunca."
Mientras la noche caía, los dos hermanos sabían que se enfrentaban a un nuevo desafío, uno que pondría a prueba su fortaleza y su vínculo. Pero también sabían que juntos, podrían superar cualquier obstáculo que se presentara.
A primera hora del día siguiente, David se dirigió al hospital para ver a Harper. Al entrar en la habitación, el sonido de los monitores y el suave zumbido de las máquinas llenaban el aire. Harper yacía inmóvil en la cama, sin dar señales de despertar. David se sentó a su lado, tomando su mano fría y pálida.