Unas horas antes
David había recibido una llamada extraña en la cual solo había podido escuchar la voz de Matthew diciendo: —Es una lastima Sarah, no podré probarte una última vez—. La llamada se había colgado abruptamente sin dar espacio a qué David pueda hablar.
Sarah había llamado rápidamente a David mientras intentaba huir de Matthew y eso había hecho que David supiera dónde estaba, aparte de haber escuchado las conversaciones de su hermana sobre el operativo que estaban a punto de hacer.
//Nota: se recomienda empezar a escuchar Mercy - de Shaw Mendes, para un mejor ambiente.//
Volviendo al presente, David buscaba desesperadamente a Sarah en la dirección que su padre le había dicho. El pánico y la desesperación se estaban apoderando de su cuerpo, mientras pasaba por cada habitación sin poder obtener ninguna señal de Sarah por ningún lado.
—Mierda Sarah, ¿Dónde estás?—
Mientras el caos se desataba a su alrededor, David intentaba pensar con claridad. Desesperado, sacó su teléfono y llamó al número de Sarah, esperando que el sonido del timbre lo guiara hacia su ubicación. Después de unos segundos, escuchó el tono de llamada resonando desde una dirección específica. Corrió hacia el origen del sonido, su corazón latiendo frenéticamente.
Al llegar, vio la puerta que Matthew había descrito. Estaba cerrada con llave. David golpeó la puerta con todas sus fuerzas, pero no cedía. Dentro, Sarah comenzaba a recobrar la conciencia. Sus ojos se abrieron lentamente, y lo primero que notó fue el agua que subía a su alrededor. Su cuerpo dolía y su mente estaba confusa, pero la situación era alarmantemente clara: necesitaba salir de allí.
—¡Sarah! ¡Sarah, estoy aquí! —gritó David, con la esperanza de que ella lo escuchara.
Sarah, escuchando la voz de David, se esforzó por responder, aunque su voz era apenas un susurro.
—¡David! ¡Ayuda!
El sonido de su voz débil fue suficiente para que David redoblara sus esfuerzos. Comenzó a golpear la puerta con más fuerza, tratando de derribarla. El tiempo era crucial, y la presión del agua que entraba aumentaba cada segundo.
De repente, un sonido estremecedor resonó a través del crucero. Un crujido gigantesco, como el de una estructura colapsando. David apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando el barco se partió en dos, y la sección donde estaban se hundió abruptamente, lanzándolos al agua helada.
David fue sumergido instantáneamente, luchando por orientarse en el caos acuático. El agua turbia y llena de escombros dificultaba la visión, pero David seguía buscando a Sarah desesperadamente. Después de unos momentos de angustia, la vio atrapada bajo una viga de metal.
Al intentar llegar hacia donde estaba Sarah vio que estaba detrás de una pared de vidrio, arriba de ambos se había formado un pequeño espacio de aire, por el cual podían respirar y mantenerse con vida.
Al recuperar la conciencia y verse en esa situación Sarah se pudo liberar de la viga que le estaba apretando, gracias a su delgada contextura pudo salir fácilmente. Al ver a David apuntando hacia arriba solo siguió dirigiéndose hacia es espacio de aire que tenían sobre ellos, un embargo también se percató de la pared de cristal que los estaba separando.
—Sarah, ¿Estás bien?— pregunto David mientras intentaba controlar su respiración
—David tengo mucho miedo— respondió Sarah con su voz envuelta en un pánico evidente.
—Te prometo que te sacaré de este lugar Sarah, solo dame tiempo— dijo David mientras se volvía a sumergir en el agua.
Al buscar una forma de liberar a Sarah del lugar donde se encontraba no podía encontrar nada que le sea de utilidad, mientras por su parte Sarah solo era capaz de ver cómo David se estaba esforzando en buscar una forma de salvarla.
Al estarse quedando sin aire ambos volvieron a subir a la superficie.
—No quiero morir David— dijo Sarah mientras se notaba en su voz el miedo que tenía.
—No te dejare morir Sarah, yo solucionare todo—
David volvió a sumergirse buscando desesperadamente una forma de romper el cristal el tiempo se estaba acabando y poco a poco el agua estaba subiendo y dejando sin aire a ambos. David ya no sabía que hacer mientras solo veía el miedo en el rostro de Sarah al ver que no iba a poder salvarla.
Ambos volvieron a subir para tomar el poco aire que quedaba.
—David...— dijo Sarah mientras ponía su mano en el cristal.
—No te preocupes Sarah, encontraré la forma... Yo encontraré la forma de salvarte solo confía en mí.— la desesperación en la voz de David era evidente.
—David... Para..— la voz de Sarah parecía hacerse calmado de repente.
—¿Sarah?—
—David... Te amo— dijo Sarah con una sonrisa. —Perdoname por haberme dado cuenta tan tarde de lo que sentia por ti—
—Sarah... ¿Que estás diciendo?— David no podía entender que estaba sucediendo.
—Salvate tu David, si sigues intentando solo terminarás muerto. Vete y vive—
Mientras Sarah decía esas palabras, una ola de recuerdos invadió la mente de David quien veía como Sarah solo le mostraba una sonrisa. Entendía que lo hacía para que lo último que viera de ella es su sonrisa, sin embargo, David no tenía planeado dejarla morir ahí.
De repente una sacudida movió el lugar donde se encontraban provocando que el agua suba y cubra por completo el lugar. Por un momento el tiempo se detuvo, David solo podía ver cómo Sarah empezaba a ahogarse y a perder la conciencia, los gritos de desesperación de David eran ensordecidos por el agua.