Unos meses después de la trágica muerte de David, la vida de los personajes había cambiado de manera significativa. Cada uno lidiaba con su dolor a su manera, intentando seguir adelante mientras honraban la memoria de su amigo y ser querido.
Sarah había pasado por un periodo de duelo profundo, marcado por sesiones regulares con su terapeuta. La terapeuta le recordó constantemente que no debía culparse por lo que pasó con David, que él se había sacrificado para que ella pudiera vivir, y que pensar demasiado en su muerte sería una ofensa a su memoria. A pesar de la tristeza, Sarah encontró una fuente de consuelo y fortaleza en Harper. Juntas, comenzaron a pasar más tiempo, apoyándose mutuamente en sus momentos más oscuros. La amistad que se formó entre ellas se convirtió en un lazo inseparable.
En las noticias, el incidente del crucero seguía siendo un tema de interés. Los medios informaban regularmente sobre el desastre, describiendo cómo Robert y Matthew habían sido arrestados por su participación en el accidente. La explosión y el hundimiento del crucero "In the Sea" seguían siendo investigados, con múltiples teorías y testimonios emergiendo. La tragedia había dejado una marca imborrable en la comunidad, y el nombre de David Greenwood se convirtió en sinónimo de valentía y sacrificio.
Con el tiempo, Sarah y Harper se volvieron inseparables. Se apoyaban mutuamente en sus momentos de tristeza, recordando a David y las enseñanzas que les dejó. Esta amistad no solo las ayudó a sobrellevar el dolor, sino que también les dio fuerzas para mirar hacia el futuro con esperanza.
Tres años después, Sarah y Harper decidieron mudarse juntas a Nueva York para comenzar una nueva etapa en sus vidas. Ambas habían sido aceptadas en la universidad, listas para perseguir sus sueños y construir un futuro mejor. Sarah, que siempre había querido estudiar literatura, se inscribió en un programa de escritura creativa, mientras que Harper decidió estudiar administración de empresas, con la esperanza de abrir su propio negocio algún día.
El cambio de escenario fue refrescante para ambas. Nueva York, con su energía vibrante y oportunidades ilimitadas, les ofrecía una nueva perspectiva y la promesa de un futuro lleno de posibilidades. Poco después de establecerse, Harper cumplió su sueño de abrir una cafetería, a la que llamó "Greenwood Coffee" en honor a su amigo David. La cafetería rápidamente se convirtió en un lugar acogedor y popular en el vecindario, con una atmósfera cálida y decorada con fotos y recuerdos de David.
El "Greenwood Coffee" no solo era un negocio exitoso, sino también un tributo constante a David. Los clientes habituales aprendieron sobre la historia detrás del nombre y muchos se conmovieron con el homenaje. Harper se dedicaba a la cafetería con pasión, asegurándose de que cada detalle reflejara el espíritu de su amigo.
Sarah, por su parte, encontraba consuelo y motivación en sus estudios y en la nueva vida que estaba construyendo. Aunque el dolor de la pérdida nunca desaparecía por completo, el recuerdo de David la inspiraba a seguir adelante y a vivir una vida plena. A menudo se encontraba en el "Greenwood Coffee", escribiendo en su cuaderno mientras disfrutaba del ambiente y la compañía de Harper.
Las dos amigas, habiendo enfrentado tanto juntas, se apoyaban en sus nuevas aventuras en la ciudad. Harper, con su café, y Sarah, con su escritura, estaban listas para enfrentar lo que la vida les deparara, siempre llevando consigo el legado de David y el amor que compartían por su amigo.
Así terminaba un capítulo de sus vidas, marcado por la tragedia pero también por la resiliencia y la esperanza. Mientras el "Greenwood Coffee" prosperaba y Sarah avanzaba en su carrera literaria, ambas sabían que su amistad y la memoria de David las guiaría a través de cualquier desafío que el futuro pudiera traer.