In; Un Encuentro Predestinado

2; "Encuentro Destinado"

 Silencio. Lo único que sentía mientras mí conciencia volvía era un envolvente silencio y una inesperada tranquilidad. Por unos momentos mí mente está en blanco, pero mientras los recuerdos vuelven un fuerte sentimiento se arraiga en mí persona.

—¡No!

Me desperté repentinamente. Mí piel está bañada en mí propia transpiración, me duele el cuello y mí mente es un caos. Miro desesperadamente el ambiente y me doy cuenta de que me encuentro en mí propio cuarto. ¿Todo fue solo una horrible pesadilla? 
Descarto esa idea al instante en el que toco mis costillas y siendo algo de dolor. Al levantar un poco mí ropa veo compresas puestas en los lugares dónde fui pateada, confirmando mí miedo de que todo eso no fuera un sueño. Por la luz que viene de la ventana puedo decir que es de día y que probablemente estoy final de la tarde, ¿Cómo llegué aquí? 
Mientras pienso en lo sucedido intentando contener mis lágrimas de impotencia, me di cuenta de que tengo la boca seca.

—Ten, está fresca.

—Ah, gracias.

Instintivamente agarré el vaso que me dieron y empecé a beber lentamente. Aunque sabe raro, ¡Esto no es sólo agua!

—Es agua con limón.

—Eso explica el sabor.

—También tiene un poco de miel para endulzar.

—Hm, lo agradezco, pero agua normal hubiera sido suficiente.

—Tranquila, el agua con limón es buena para ti. Además, me dijeron que te gustaba la miel y quería hacerla un poco más digerible.

—Ay, no deberías haberte molestado.

—Nono, por favor, es lo menos que puedo hacer. Descansa tranquila hasta que te sientas mejor.

Que amable de su parte, sí está buena el agua con... Espera, ¡¿Y este quién es?! 
Lancé el vaso y me alejé rápidamente al darme cuenta de lo casual que estaba actuando a pesar de la situación.

—¡Ah! ¿Qué pasó? ¿Te sientes bien? Mira nomás, mojaste mí ropa...

Junto a mí cama estaba despreocupadamente sentado un hombre que jamás había visto. Sonreía relajado mientras veía sus pantalones mojados por el agua con limón. 
Tiene piel bronceada, largo cabello de color castaño claro, ojos marrones y leves ojeras. Lo que más me llama la atención son sus ropas que incluyen unos pantalones abombados, una pieza de tela que rodea su cabeza cubriendo su frente y una gran pieza verde de tela rara...

—¿Cómo que "rara"? Esto es un poncho y déjame decirte que es muy cómodo, mira.

Repentinamente él se adentró en la cama para acercarse a mí mostrando su ropa con un toque de desafío.

—¡Aléjate de mí!— Cerré los ojos y lancé un puñetazo para intentar alejarlo.

¡En el blanco! Aún sin verlo, pude sentir como mí puño impactaba contra el lado izquierdo de su cara.

—¡¡Ah!! ¡Creo que me aflojaste un diente! ¿Por qué fue eso?

—¡Ah! ¡Muere!

Repetí la fórmula y cerré los ojos, pero está vez di una patada. El golpe fue más fuerte y el ruido fue curioso, ¿Habrá funcionado? 
Al volver a ver lo vi congelado en una posición fija. Estaba a punto de darle otro golpe por si las moscas, pero él, con una expresión rígida, habló;

—Que... Buena... Puntería...

—¿Perdón?

—Justo... En las... Joyas familiares...

Estirando la última vocal de esa última palabra él terminó por caer de la cama mecánicamente e impactó en el suelo con un ruido seco. 
... Bueno, puede que se me fuera la mano, ¡Pero él se lo buscó por entrar en la habitación de una dama sin permiso! Y al mismo tiempo que me acercaba al borde de la cama para ver a mí víctima, la puerta de mí cuarto se abrió.

—Traigo las...— Sophie ingresó al cuarto con una bandeja que tenía comida y más compresas.

—Llegas en buen momento, acabo de noquear a un vagabundo que se metió en el castillo.

—¡Señor Goodman!

Sophie se apuró en dejar la bandeja en una mesita cercana y corrió a auxiliar al invasor de mí cuarto. 
En serio ella se ve preocupada, lo que me hace preguntarme un poco a quién acabo de apalear.

—Ah... Fue un cascanueces perfecto...— Balbuceó entre adoloridos suspiros el extraño retorciéndose en el suelo.

—Princesa, ¿Qué le hiciste al señor Goodman?

—¡Nada! ¡Fue el legítima defensa! No es mí culpa que apenas despertarme me encontrara a alguien que jamás había visto...

—Mis más sinceras disculpas señor, ella es un tanto "enérgica".— ¡Ey! ¿Por qué le pides disculpas? ¡Él no es del todo inocente!

—No hay problema, estoy feliz de que se sienta mejor. No siento mí dignidad, pero creo que por lo demás estoy bien.

Tengo la impresión de que me estoy perdiendo de algo. Aclaré mí garganta para llamar la atención de ambos y poder preguntar mí inquietud.

—Sophie, ¿Quién es este?

Ella parecía de alguna manera molesta por mí forma de hablar, ¿Qué? Ni siquiera sé quién es, se ríe raro y parece un vago, ¿Esperas que sea educada y respetuosa con eso? Antes que ella, fue él el que decidió presentarse solo.

—¡Que bueno que preguntas! Yo soy aquel que convierte en oro lo que toca, el gran conquistador de los mercados del oeste, ¡Poseedor de legendarios tesoros del este! Y el más guapo de todos los comerciantes; ¡Mí nombre es Dennis Goodman!

Toda esa coreografía que hizo con sus brazos mientras hablaba me pareció honestamente absurda e infantil. ¡Sophie, deja de aplaudirle! Solo alimentas su rareza. 
Hubo segundos de silencio. Creo que espera mí reacción, y luego de dirigir toda mí confusión con una sola mirada a Sophie ella se dignó a ayudarme.

—Princesa, él es Dennis Goodman, y es su nuevo candidato a prometido.

—¡¿Ah?!

¡Papá, juro que te voy a ahorcar! ¡¿Por qué mí prometido se ve como alguien con miedo al jabón?!

—¡Ey! ¡Eso es ofensivo! Déjame decirte que mí higiene personal es impecable.

—¡Deja de leerme la mente!

—No lo hago.

De fondo Sophie empezó a reírse... ¡¿Qué te parece tan chistoso?!

—Es bueno ver que se llevan bien.

—¿Llevarnos bien? ¿Estás viendo la misma conversación?




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