Inclinando Al Lobo

CAPÍTULO 12 Abuela

I

Amaneció con un fuerte dolor en la espalda y no es de esperar después de la grata bienvenida que le dio la abuela de las gemelas, aun así, le dio una habitación realmente cómoda, pero eso no le evito el dolor de espalada. Abrió la puerta saliendo al pasillo miro de lado a lado el piso tenía una alfombra café bien decorada.

–Este lugar sí que está bien conservado –camino hasta llegar a las escaleras del otro extremo llegaban los tres miembros restantes de la pandilla que todavía seguían en pijama.

–Ah… buenos días hermanito –hablo Melty bostezando estirando los brazos.

–Buenos días, Melty –revolvió el cabello de su hermana. Ella sonrío –buenos días –saludo a las gemelas.

–Buenos días –respondieron.

La abuela se encontraba en la parte de abajo y noto todo lo sucedido –buenos días –dijo desde abajo, todos giraron a verla y la saludaron. Ren inclino ligeramente la cabeza en forma de saludo –niñas vayan a cambiarse, para desayunar.

–Si –respondieron.

–Ren, te importaría ayudarme –pidió amable la señora.

–Siempre que no termine en el suelo –hablo irónico –Sí.

Las chicas se rieron y él se disgustó.

Bajo las escaleras siguiendo a la señora a la cocina –lleva estos platos a la mesa –tomo los platos y los llevo a la mesa.

–¿Quieres mucho a tu hermana?

–Es mi razón para vivir. No me iré hasta que ella cumpla sus sueños.

–¿Y tú?

–Solo ella me importa –por un instante las gemelas pasaron por su mente.

–Eres buen hermano… pero, aun creo que eres un pervertido.

Soltó un quejido.

–Uno muy grande –apareció Alice a su lado estaban Angie y Melty asintiendo.

–Oigan… –tomaron asiento.

–Ah… se ve delicioso –exclamo Melty.

–Buen provecho –dijeron todos. Terminaron de desayunar.

–Gracias por la comida abuela –dijo Angie. Sonrió.

Caminaron hasta salir al patio trasero a un jardín bello de unos cincuenta metros en el centro se encontraba un camino de tierra y piedra que conducía a la montaña. Las tres chicas se fueron a sentar en la pérgola bien diseña que se encontraba en el césped verde del jardín al lado derecho del camino.

–Eh… hermanito ¿a dónde vas?

–Voy a explorar este camino. Quédate y se una buena niña.

–Si.

Miraron a Ren adentrarse en el camino rumbo a la montaña.

–¿A dónde lleva ese camino? –preguntó Melty.

–A la cima de la montaña a un mirador –hablo Alice.

–Oh, me gustaría verlo.

–Tal vez mañana, con Ren ahí será muy aburrido –volvió a hablar Alice.

Angie rió. Se levantó de la banca yendo al verde cepeda arrojándose recostada de espalda sobre este.

–Esta brisa es refrescante –dijo Angie.

–Siempre lo mismo –intervino Alice criticando a su hermana.

–Deja de ser aguafiestas y ven aquí, tú también Melty.

Alice se quedó a la sombra de la pérgola mientras Melty corrió al verde césped y empezó a rodar sonriendo junto Angie. Alice observaba aquella escena tan infantil entendió que Melty se ponga rodar como niña chiquita dado su edad, pero Angie ya estaba grandecita par tales cosas. Arrimada a una de las columnas de la pérgola de brazos cruzados sonrío.

–Quita esa actitud de seria y ven aquí –hablo Angie jalando a su gemela.

–Ey… Angie suéltame –pedía molesta a su hermana para que la soltara.

–Venimos aquí para divertirnos cierto. Melty.

–Si.

–No, espera… –soltó un grito cuando cayó junto a su hermana y rodaron juntas por el césped.

Angie y Melty rieron al ver a Alice algo despeinada con pequeñas hierbas sobre su ropa –con que esas tenemos.

Con un grito de ambas conspiradoras corrieron siendo perseguidas por Alice.

II

 

La abuela miraba desde la ventana al ver a sus nietas y aquella pequeña niña divertirse. También había notado a Ren marcharse a la montaña.

–Señora –uno de los empleados hablo –ya nos hemos puesto en contacto con la persona que nos solicitó.

–Bien que haga lo que le pedí.

–Si… –se retiró de la sala donde estaba la señora.

Recorrió el lugar viendo que todos esté en orden fue a la recepción para atender a una familia que había llegado los padres y sus dos hijos una niña y un niño.

–Buenos días –saludo la madre de familia.

–Bienvenido.

Pidieron una habitación familiar la posada de la abuela era muy conocida, sobre todo por sus baños de aguas termales con sus propiedades naturales beneficiosas para la salud.




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