Inclinando Al Lobo

CAPÍTULO 13 Tormenta

I

Reunidos en la cocina los miembros de la pandilla estaban reunidos moviéndose de lado a lado preparando algo de comida para el día de campo que iban a tener en la cima de la montaña.

–Ya terminamos hermanito.

–Listo –apago la hornilla de la cocina.

–Separa los platos –pidió Alice.

Angie tomo los platos para los cuatro miembros de la pandilla.

–Aquí está el jugo de mora –Melty trajo la jarra con el jugo. 

–Mejor llevemos unos refrescos –opino Angie –el jugo se puede dañar el sabor en el tiempo, que nos demoremos en llegar a la cima.

–Entonces yo me beberé el jugo –hablo Ren.

–Te dolerá el estómago –opino Alice.

–Da igual.

–Siempre tan modesto –hablo la abuela de las gemelas llegando con una canasta.

La coloco en la mesa. Alice, Angie y Melty metían los platos con la comida al igual que el jugo y los refrescos.

–Bien vamos –dijo Melty.

Todos salieron a la parte trasera de la residencia donde ya estaban con sus mochilas listo para subir a la montaña.

–Ren –hablo la abuela él se volteó, y la señora le puso la canasta en el pecho.

–Eh…

–Se un caballero –con exhalación la tomo del puente de la canasta para llevarla.

–Ya volvemos abuela –hablo Alice. Ella asintió.

Angie y Melty se despidieron también de ella tomaron rumbo al camino a la cima de la montaña –vigílalas, a veces son algo inquietas –hablo la abuela entrando a la casa. 

–Hermanito, rápido.

–En marcha… –camino hasta ellas.

La brisa de la montaña era refrescante avanzaron por el camino escuchando el trinar de las aves en el bosque, el sonido producido por las ramas al ser agitadas por el viento.

–Ah… estoy agitada –hablo Melty.

–Yo también –repuso Angie.

–Descansemos un poco –propuso Alice.

Las tres chicas se juntaron al extremo del camino junto al árbol ~ni siquiera completamos quinientos metros y ya están quejándose ~hablo Ren para sí.

Puso la canasta en el suelo y saco los refrescos que llevaron –tengan –repartió a las tres chicas.

–Gracias –dijeron las tres.

También se recostó sobre la hierba bajo y sombra del árbol que proporcionaba refrescándolos.

–Hermanito ten –extendió su refresco –también debes hidratarte –sonriendo tomo el refresco y los bebió.

–Bien sigamos avanzando –dijo Ren.

–Ahg… –se quejaron las chicas.

–Estamos cansadas –repuso Angie.

–Así vamos a llegar al anochecer a la cima –repuso Ren.

–Sí, que eres molesto –Alice se levantó del lado del árbol donde apoyaba su espalda –sigamos chicas –las, dos restantes se levantaron y siguieron el camino hasta la cima, escuchándose las voces de cansancio de todos ellos.

–Melty –llamo a su hermana –resiste aquí arriba hay un lugar que te va a gustar.

–En serio… –dio un paso emocionada y agitada –vamos…

–Oye ten algo de paciencia llevamos toda la mañana caminando –hablo Angie.

–Sí, dejamos descansar un poco –opino Alice.

 ~Ya descansamos tres veces ~hablo para sí. –Vamos les va a gustar.

Las gemelas lo miraron confundidas, ellas conocían bien esta montaña que les podía enseñar para que les gustara. Ren bajo hasta donde ellas estaban a unos cinco metros.

–Melty, dame tu mochila –le entrego, ella miro a las gemelas –eh… –se quejó –de acuerdo –también, tomo las mochilas de ellas.

–Si no, nos gusta lo que nos vas a enseñar –hablo Alice –las cargaras hasta la cima de la montaña.

–¡…! –Ren las miro fijo –solo las llevare hasta el lugar que quiero mostrarle a Melty –tomo las mochilas de ellas –el resto de ahí para delante es cosa suya.

Caminaron hasta llegar al lugar donde Ren dejo una marca y más adelante estaba la pequeña afluente de agua –vamos, es por aquí –Ren lideraba el camino.

Las gemelas notaron la afluente de agua –no recuerdo haber visto este afluente –hablo Angie.

–Yo tampoco –confirmo Alice.

–Sigamos –hablo Melty siguiendo a su hermano.

Llegaron a un área despejada, sus ojos se sorprendieron l ver como el agua nacía del pie del árbol a unos metros de altura formando una pequeña caída de agua.

–Ah… ¡Qué hermoso! –exclamo Melty corrió hasta la caída de agua junto sus manos juntándola agua aventándola a su cara –ah… ¡Qué fresca! Chicas vengan –llamo a las gemelas quienes también se unieron a ella a refrescarse un poco.

–No habíamos visto este lugar –hablo Angie.




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