Inclinando Al Lobo

CAPÍTULO 14 Fogata

I

–Marian, por favor llama al doctor Shino –ordeno la abuela.

–Enseguida señora.

–Abuela, nosotras nos encargamos de Angie. –hablo Alice.

–Eh… –protesto Melty.

–Melty ayúdala a ella, yo estoy bien.

–Está bien.

Tal vez Melty tenga mucho cariño por las gemelas, pero después de todo Ren era su único hermano –vamos –hablo Alice.

Las tres chicas se fueron a la segunda planta ayudando a Angie a subir, que liberaba pequeños quejidos de dolor al subir por las escaleras. Recorrieron por el pasillo hasta llegar a su cuarto, entraron y ayudaron a Angie a desvestirse.

–Despacio –hablo Angie cuando le estaban sacando el calzado –au…

–Te esguinsaste el tobillo –hablo Alice –por suerte no es grabe.

–Me recuperare pronto –miro a Melty –Melty, puedes ir a ver a tu hermano, no te preocupes por mí.

Negó con la cabeza –no, me dijo que te ayudara, sé que él está bien –las gemelas la miraron asombradas a Melty.

–Melty –dijo Angie.

–Mañana estará muy enfermo. Entonces lo podre cuidar –dijo sonriendo.

–Eh… –ambas gemelas.

–Eh… Melty… Ren tiene –hablo Angie.

–Vi su cortada en la pierna y se lo que me diría si lo hubiese seguido.

Angie ya se encontraba solo en ropa interior –Melty, por favor trae una toalla –hablo Alice.

Angie se quitó su ropa interior cubriéndose con la toalla entrando a la bañera –ah… que relajante –hablo con exaltación.

–Sumérgete bien –hablo su gemela.

Entre Alice y Melty la ayudaron a lavarse, pero también se tomaron un baño juntas salpicándose el agua de la bañera acompañada de risas pasaron un momento agradable. Salieron del baño sonriente.

–¡Que divertido! –expreso Melty.

–Nos mojamos todo –repuso Alice.

–Igual te divertiste –repuso Angie.

Se cambiaron de ropa al rato llego el doctor Shino a revisar a Angie y su tobillo. Lo vendo y le receto unos analgésicos para aliviar el dolor.

–Gracias doctor Shino –hablo la abuela.

Asintió –tengo entendido que hay otro paciente.

–Sí, mi hermanito –hablo tierna Melty.

–Bien llévenme con él.

 

II

–Necesita ayuda chico –hablo Iori.

–Descuide estoy bien.

–No es bueno hacerte el fuerte –intervino la abuela.

–No lo hago –comenzó a subir despacio las escaleras rengueando apoyándose en los soportes.

La abuela sonrió ~eres obstinado. –el baño está listo relájate.

–Gracias –respondió Ren.

Camino por el pasillo hasta llegar a su cuarto abrió la puerta liberando el aire de sus pulmones ~no me hizo nada ~pensó para sí mismo estaba convencido de que por lo menos lo iba a derribar al suelo, pero se portó muy amable.

Se quitó la ropa dejándola en una dejándola en la cesta para la ropa sucia, tomo una toalla y entro al baño de su habitación que tenía una cálida temperatura.

–No está mal… –entro a la bañera con su pie bueno sumergiéndose en el agua, su pie herido estaba fuera del agua, se quedó relajándose haciendo que todo su cuerpo entrara en calor después de pasar una noche abrigada, pero también fría e incómoda. Después de un rato salió de la bañera completamente aseado. Al entrar en la habitación noto que la ropa en la cesta no estaba ya debieron haberla llevado. Tomo ropa limpia y se vistió. Al pie de su cama para revisar su herida –ahg –se quejó –al menos esta no fue infligida por alguien.

~Angie ~pensó ~talvez vio la herida de mi espalda ~pensó detenidamente ~no importa ~se dijo así mismo. Siguió revisando la herida secando cuidadosamente el área.

Golpes en la puerta –Ren el doctor está aquí –su cara palideció –vamos a pasar –entraron.

–Buenos días –saludo el doctor –vengo a revisarlo –todos entraron en la habitación. Melty estaba subido en la cama. Alice, Angie, su abuela y los dos empleados Marian e Iori se encontraban de pie observando. El doctor Shino lo reviso –tu temperatura es normal no hay problema.

–Hoy no, pero mañana si –intervino Melty.

–Melty –reprocho su hermano.

Risitas.

–Déjeme ver su herida del pie –pidió el doctor. Algo tembloroso le mostro la herida que tenía –se ve un poco grave necesitara puntos.

Ren palideció, retiro su pie –eh… no… no es necesario –hablo nervioso –salita se va a cerrar.

–Chico si lo mantienes así, se va a infectar –repuso el doctor.

–No… así está bien tendré cuidado –se levantó.

–¿Qué pasa? –pregunto la abuela.




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