Inclinando Al Lobo

CAPÍTULO 19 Pijamada

I

Las gemelas caminaron junto a sus tres amigas y su disque prometido a sus casas para ver lo necesario para la pijamada que iban tener en casa de Ren.

–Al fin vamos, a conocer la casa de Ren –hablo Kaori.

–Yo, ya la conocía –intervino Ada.

–¿La conocías? –pregunto Alice curiosa –¿Desde cuándo?

Todos esperaron ansiosas esperando por su respuesta.

–Desde hace dos años –todas sorprendidas.

–¿¡QUÉ!? – dijeron todas.

–Si hace dos años lo vi junto a su hermana en el lugar donde vive, hablando con la casera. A mi parecer había arrendado ese lugar para vivir.

Siguieron caminando.

–Espera –hablo Angie –tu, sabias la verdad sobre él desde el inicio.

–La verdad se lo mismo que ustedes, no sé cómo llego aquí –hablo con mucha sinceridad.

Caminaron juntos hasta que se separaron, las gemelas caminando junto a Hiroki pues vivían en el mismo lugar. Angie iba pensativa.

~Algo debió pasar para que ellos vivieran solos. Y tal vez esté relacionado con esa cicatriz en su espalda.

Salieron del ascensor caminaron hasta su habitación –las espero aquí –hablo Hiroki antes de que ellas cerraran la puerta. Era claro que no iba a dejar a sus prometidas pasar la noche con Ren.

–¿Pasa algo Angie? –pregunto su hermana dentro del departamento, la miro muy pensativa –crees que algo haya pasado con él en su pasado.

–Es extraño sabes.

–¿Por qué? –entraron a sus habitaciones y tomaron lo necesario después un rato salieron –bueno… –su voz se apagó.

Alice la miro –tú sabes algo –asintió –¿Qué es?

–Veras –tomo las manos de su hermana sentándose en el mueble –cuando nos quedamos atrapados en aquella tormenta, vi en la espalda de Ren una gran cicatriz en su espalda.

–¡QUÉ! –dijo sorprendida.

Asintió –estoy segura que esa cicatriz tiene algo que ver con su pasado.

–¿Qué habrá sido?

Tomaron lo necesario y salieron aun pensando en lo que había sucedido con Ren, pero no daban con ninguna de sus pensamientos que venían a su cabeza.

–Ya estaba cansado de esperarlas –la voz de Hiroki las, saco de sus pensamientos.

–Pues entonces eras de irte a dormir –respondió Angie.

–Eh, Hiroki tú también vienes –hablo Ada.

–Sí, no permitiré que mis prometidas –las gemelas le dedicaron unas miradas matadoras –compañeras de clase estén en un lugar desconocido, solas con un hombre.

Sonrisas de las chicas.

–No tienes por qué preocuparte. Melty vive ahí –intervino Kaori.

–Además, Ren es confiable –agrego Ada.

Caminaron hasta llegar a casa de Ren.

 

II

–Melty ¿Por qué tuviste que aceptar esa pijamada? –hablo su hermano molesto.

–Me gustaría despertar acompañada de amigas en mi casa una vez –hablo suave y dulce Melty.

–Pero aquí no vamos a entrar todos –dijo Ren al ver el limitado espacio donde vivían.

–Claro que si ya verás.

Se dispusieron a limpiar el lugar hasta que llegaron sus invitados dejaron todo bien impecable. Unos golpes en la puerta llamaron su atención.

–Están aquí –dijo Melty y salió a abrirles la puerta dejando ver a sus amigas –bienvenidas –todas entraron hasta Hiroki.

Miraron aquel pequeño espacio.

–Muy bien que inicie la diversión –hablo Ada.

La noche ya estaba presente.

–No hay que hacer mucho ruido –hablo Ren –no quiero tener problemas con los vecinos.

Ninguna lo escucharon pues ya se encontraban en el centro de la casa conversando sobre qué actividades hacer.

Ren resoplo ~nunca escuchan ~hablo para sí. –Tú ¿Qué haces aquí? –pregunto a Hiroki.

–No pienso dejar solas a mis prometidas contigo –le contesto desafiante y camino hasta ellas.

~Como si les fuera hacer algo? ~pensó para sí.

Todos en el centro de aquella pequeña estancia se pusieron a jugar cartas. Ren se negó al principio a jugar, pero termino por aceptar.

–¡Que buena batalla! –hablo Ada.

–Hermanito tengo hambre –hablo Melty con suave voz.

–¿Quieren pizza? –propuso Ren.

Todos asintieron.

Ren llamo para hacer un pedido a domicilio de dos pizzas familiares.

Mientras esperaban la pizza todos se dispusieron a hacer una guerra de almohadas. Hiroki que trataba de proteger a sus amadas gemelas recibió algunos buenos golpes con las almohadas. Ren también los recibió. 




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