Inclinando Al Lobo

CAPÍTULO 31 El amor de las gemelas

I

Sintiéndose extrañas en sus habitaciones las hermanas no tenían la tranquilidad que deseaban. Moviéndose de lado a lado en sus camas se levantaron saliendo al mismo tiempo de sus respectivas habitaciones.

Cruzaron miradas, pero las devolvieron al instante evitando la conversación. Angie se dirigió a la cocina por un vaso de agua. Alice se quedó recostada en el mueblo grande de la sala encendiendo el televisor, así pasaron la tarde en que ninguna de las dos dijo ninguna palabra.

Los golpes de la puerta rompieron la monotonía del silencio eterno entre aquellas hermanas, ese silencio era causado por la obra de Melty. Las gemelas recordaban esos instantes en que Ren disfrazado de lobo se inclinaba hacia ellas y dejaba las flores en las puertas durante la obra.

Angie abrió para ver a Ren junto a Melty –hola –dijo nerviosa.

–Hola Angie –dijo Melty emocionada.

–¿Qué hacen aquí? –Alice apareció.

–Mi hermanito quiere pedirles un favor –hablo Melty.

Las hermanas lo miraron –¿Cuál? –dijeron juntas.

–Quisiera que cuiden de Melty esta noche –Ren hablo suave –hay un evento importante esta noche donde trabajo y me va at tomar toda la noche.

–Claro –dijo Angie.

–Ven Melty –Alice.

Melty fue con ellas se volteó –cuídate hermanito. No metas la pata esta noche –dijo haciendo chiste.

–Siempre tan bromista –Ren despeino su cabello –nos vemos en la mañana.

Las gemelas miraron como Ren observaba a su hermana incluso se inclinaba para revolver su cabello por unos instantes sintieron celos de Melty.

–Se las encargo mucho –se dirigió a las gemelas retirándose. Cerraron la puerta.

–¿Quieren hacer algo? –pregunto Melty feliz. Ellas la miraron fijas con unos ojos que la pusieron nerviosa. –¿Qué pasa? –pregunto con la voz tenue.

–No, nada –hablo Alice.

Ambas hermanas fueron a la sala dejando sola a Melty. Las miro a las dos sentadas en los muebles, estaba raras desde hace tres semanas. Lo estaban desde aquella actuación en su cuento. Melty se sentó en uno de los muebles y de forma disimulada observo a sus amigas que se encontraban perdidas en sus propios pensamientos.

–Es por el cuento que actuaron –dijo suave Melty.

–Hmm… –ambas reaccionaron.

–Hice algo malo –dijo cohibida.

–Eh… no –hablo Angie –claro que no.

–Es solo que… –Alice no pudo continuar.

–Tiene que ver con mi hermanito –las miro –si les hizo algo me encargare.

–No –dijo Alice –no hizo nada.

Ambas gemelas bajaron la mirada sonrojadas. Melty noto aquel sonrojo en sus rostros –les gusta mi hermano ¿verdad? –dijo suave, pero esta vez no dijo hermanito como siempre lo decía.

–No. Claro que no –dijeron juntas.

–¿Cómo podría gustarnos? –dijo Angie. Hermanas sonrojadas.

Melty se recogió las piernas abrazándolas con los brazos –ese cuento –comenzó hablar suave con un tono alegre –lo hice pensando en ustedes.

Las gemelas le prestaron atención ~ ¿Qué? ~pensaron.

–Estoy segura que mi hermano –de nuevo decía hermano. Las gemelas notaron esa seriedad que caracterizaba a su hermano –también las quiere mucho –se sorprendieron por esas palabras.

–Hmm –Angie.

–¿Por qué lo dices Melty? –pregunto Alice.

–Soy su hermana, se cuándo mi hermanito –volvió a usar ese calificativo –se comporta raro. Cuando quiere alguien. Cuando quiere proteger lo que quiere. –las hermanas recordaron las palabras cuando Ren con Melty recordaron sus palabras –desde que mi hermanito las conoció ha cambiado su forma de ser. Ya no está renegado, ya no aparenta esa mirada fría. Se ha hecho más social con las personas. Antes de conocerlas solo me hablaba a mí, desde que ustedes llegaron mi hermanito ha vuelto a sonreír como lo hacía antes. Gracias por eso –Melty apoyo su mentón a las rodillas con una sonrisa con lágrimas recorriendo por sus mejillas.

Las hermanas al verla fueron a su lado para abrazarla. –Yo quiero que mi hermanito sea feliz. Y tome una decisión y no termine como el lobo de mi cuento.

–Describiste bien a Ren con ese personaje –hablo Angie. Risas.

 

II

Ren en su trabajo estaba bien concentrado atendiendo a los invitados de la reservación. El restaurante había sido reservado para celebrar un aniversario del banco Zeus.

–Vamos a terminar molido –hablo Hide.

–Habla por ti –respondió Ren.

–Deja de actuar que se te nota que tienes sueño.

Ren permaneció en silencio con la mirada perdida. –Ey. Ustedes dos dejen sus chismes, vuelvan al trabajo –hablo el Chef encargado. –Volvieron al trabajo atendiendo a los invitados en la fiesta.




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