Luego del entrenamiento...
Sé que parece que estoy loca, pero no puede ser que mi vida vuelva a ser tan miserable como lo era antes.
Me encontraba en las afueras de la estación. Sé que está prohibido, pero sentirse sin oxigeno es algo que normalmente me sucede cuando estoy nerviosa, cuando salgo siento como el aire me pisotea, como si me estuviese aplastando. Un cambio repentino nunca cuesta.
Durante el entrenamiento completo no vi nisiquiera la silueta de Jack. No asistió al primer día. Pero le reste importancia por el momento, luego volví al dormitorio y tampoco estaba por tanto me duche, me vestí y salí del dormitorio. Llevaba puesto un vestido corto casual blanco, con unas zapatillas de amarre color crema.
Sinceramente no se que es lo que pasa por mi cabeza, ni lo que será de mi vida cuando salga de esta institución. No pienso vivir en el pasado eso me esta destrozando y sin mencionar que mi esposo no comprende la situación, cree que soy una ama de casa.
En eso llega Jack. No se como rayos me encontró. Se suponía que sólo yo sabía sobre este lugar de paz, que ya no es de paz porque vinieron a privarme de mi libertad.
- ¿Cómo me encontraste? - Le pregunté
- Digamos que seguí tu aroma. Nunca cambias de perfume, creo que te conozco más de lo que te conoce tu esposo - Sopenco
- Enserio, no me digas que ahora tienes raza? - Dije irónicamente
- ¿Raza? - Me miro y arrugo la frente
- Sí, porque perro has sido siempre - Rodé los ojos. Estoy molesta con él
- Un perro detrás de su dueña eso sí te lo aseguro - Dice Jack mostrándome su arma mortal. Ese oceáno Pacífico en sus ojos que me ahogaban mientras mi sub-consciente se daba cachetadas, evitando que caiga al vacío.
- Nena, sabes que no debes estar aquí, pero aún así te veías hermosa hablando sola - Sonríe
- ¡Que te cuesta dejar de pensar que aún soy tuya. Jack estoy casada, y quizás no sea un matrimonio feliz pero no puedes pretender que todo va seguir siendo igual -
- No pretendo que sea igual Karen, solo trato de ser alguien diferente - Miré a Jack con incomprensión pero no buscaba alargar más el tema
- Jack dime de una vez por todas a qué viniste. No te apareciste en el entrenamiento, tampoco en el dormitorio. Horas después apareces de la nada -
- Ya te dije, sólo seguí tu aroma - Dice Jack risueño - Bueno la verdad es que te estaba buscando porque quiero mostrarte algo -
- Pues muestramelo - Digo curiosa
- Es... un lugar. - Dice dejándome entender que no está a su alcance - ¿Confías en mí? - Preguntó
- Demasiado - admití
- Bien - pronunció - cierra los ojos y sólo ve caminando conforme te vaya guiando -
Asentí y me llevó con él... ¿hacía dónde? Esa era la pregunta que rebotaba en mi cabeza durante todo el camino
Editado: 12.11.2020