Estudiar todos los días habia renovado el amor de Elizabeth por el aprendizaje. Cada vez que salía de clases corria a la biblioteca y se pasaba horas leyendo, descubriendo cosas nuevas. Ese dia no fue la excepción. Se olvidó, como siempre, del correr de las horas. Pero al volver a su habitación, entrada la noche ya, vió a un grupo de estudiantes reunidos en una esquina al final de los corredores. Reían mientras charlaban entre ellos pero tenian un aspecto amenazante.
Elizabeth recordó las palabras de Erica y de Nagi sobre la prohibición de la discriminacion en la escuela y las infinitas veces que los alumnos de razas altas rompían esas reglas atacando a los de razas bajas cuando los profesores no andaban cerca. Y en esos momentos no se veía a ningún profesor. Desde el dia en que sus amigos le contaron la verdad sobre las razas y las actitudes de los demás estudiantes, ella empezó a sentir miedo de los demas alumnos de la academia; con excepción de aquellos que eran sus amigos. Pero justo en esos momentos estaba sola. Nagi y Erica casi siempre estaban con ella pero no en esa ocasión. Los cuerpos de los zombies son muy frágiles y una vez que se lastiman les lleva más tiempo que al resto de las razas curarse. De echo no era raro que un zombie muriese por una herida que para el resto de las razas sea leve. Por lo tanto intentó no llamar la atención y pasar desapercibida. Aceleró el paso para evitar a los estudiantes. Sin embargo no bien se acercó uno de ellos sujetó su brazo con violencia
- ¡Oye! ¿No eres la zombie de la que todos hablan? - dijo una chica. Esas palabras sorprendieron a Elizabeth
- Tu rostro es precioso - comentó un chico - Pensaba que los zombies eran criaturas repugnantes - siguió diciendo con desprecio
- Es difícil acercarnos a ti ya que siempre estás con Erica - dijo con resentimiento otra chica - Tu belleza es muy molesta ¿sabes? No tienes derecho a ser tan hermosa siendo una asquerosa zombie
- Oye, estamos muy interesados en ti - continuo una tercera chica - ¿Por qué no te quedas y hablas con nosotros?
Elizabeth sin decir nada bajo la mirada e intentó apurar el paso pero la chica que le habló primero volvió a sujetarla del brazo fuertemente impidiéndole la retirada mientras le decía
- ¿Tienes prisa? Pero no nos importa lo que tu quieras hacer ¿sabes?
- Tu asquerosa raza es la de clase más baja entre las clases de la oscuridad ¿recuerdas? - dijo la segunda chica - Significa que tendrás que obedecernos quieras o no. A menos que pienses en el suicidio claro
El terror se adueñó de la joven ya que no creia que llegasen al punto de considerar matarla. Entonces empezó a temblar, esto provocó risas de los cuatro chicos, risas burlistas.
- No planeamos comerte - dijo una de las chicas
- Solo queremos conversar - dijo otra
Elizabeth sabia que esas palabras en apariencia inocentes en realidad ocultaban una oscura amenaza. Ella veía sus sonrisas llenas de maldad y desprecio. Estaba aterrada y no podía parar de temblar
"Muchas cosas horribles suceden cuando los profesores no vigilan ". Las palabras de Erica retumbaron en su mente. El chico la sujeto y con odio la arrojó al suelo diciéndole
- ¿Por qué te quedas ahi? Te dijimos que venieras
El golpe le produjo un fuerte dolor en el rostro a Elizabeth
- Intenta no lastimarla en un lugar visible- comentó una de las chicas
- Exactamente, eso nos daría problemas - dijo otra
- Ya se - el chico sonrió malignamente mientras se acercaba a la joven zombie- Vamos muñeca ¡De pie!
Angustiada como estaba ella cerró los ojos con fuerza y llamó con su mente a Nagi. No soportaba aquello y solo podía pensar en él "¡Nagi, ayúdame!". En ese momento algo en el aire se movió de repente. El grito del chico desgarró el aire. Cuando abrió los ojos el brazo de él con el intentaba tocarla estaba envuelto en llamas
- ¡Me quemo! ¡Que alguien me ayude!
Las tres chicas empezaron a gritar también y todo se volvió un caos. Elizabeth no pudo quedarse donde estaba y se colocó de pie. Fue cuando lo escuchó, la voz de Nagi le habló
- ¡Corre!
Así lo hizo ella, empleó todas sus fuerzas y echo a correr rumbo a su habitación donde se encerró junto a Nagi con llave. Apenas podía respirar. Nagi se hizo visible y le dijo
- ¿Te encuentras bien? ¿Te han echo daño Elizabeth?
-¡Nagi! - ella saltó a sus brazos mientras temblaba y lloraba - Deben haberte asustado mucho - Nagi la abrazó con ternura - Debí haber llegado antes...lo siento
- Fue aterrador - decía ella - No sabia lo que harían conmigo pero ¿qué podía hacer? Menos mal que llegaste Nagi - los ojos de Nagi estaban llenos de preocupación - Ahora estás a salvo
Cuando ella vio su sonrisa aliviada se tranquilizó, fue entonces cuando se dió cuenta de que estaba abrazándolo. Entonces dio un salto hacia atrás roja de vergüenza
- P-perdón
- No te preocupes, se que estabas asustada. Debi quedarme contigo. Conozco más que nadie los peligros a los que un miembro de raza baja está expuesto. Lo siento Elizabeth
Nagi bajo la cabeza como intentando contenerse, estaba extrañamente triste
- No..no...fue mi culpa Nagi. No te sientas mal. Deberia prestar más atención ya que tu y Erica siempre me hablan sobre eso. Lamento haber echo que te preocupes por mi
- Jajajajaja siempre nos estamos disculpando
Al verlo sonreir, ella no pudo evitar reír también. Fue sorprendente como llegó para salvarla
- ¿Los hombres invisibles pueden prender fuego de la nada? Aquello fue magnífico Nagi
Nagi le explicó lo que en realidad sucedió. Al ser invisible pudo sacarle el aceite y el mechero al chico ese y tirárselo encima
- Recorde que me dijiste que los zombies son muy frágiles. Al pensar que podian lastimarte no pude evitar de hacer algo.
Pero Nagi estaba sorprendido por su reacción ya que era la primera vez que se defendía ante los ataques de los demás y eso le hizo sentir bien. Pero Elizabeth notó algo oculto tras la dulzura de su sonrisa que la hizo preocupar llevandola a preguntarle
- ¿Por qué arriesgaste tanto para defenderme? - ante la repentina pregunta él la miró extrañado - Cuando te atacan a ti nunca intentas defenderte. Incluso cuando intenté ayudarte me pediste que no lo hiciera. Es obvio que no te gustan las peleas asi que ¿por qué lo hiciste?
- Es porque...bueno...no podía soportar la idea de que algo malo te pasará. Me da igual si algo me sucede a mi. A diferencia de ti, mis heridas se curan normalmente. Así que mientras no sean graves las heridas no habrá problema. Pero no quiero que te hagan daño a ti