Capítulo 3

"El juego."
 

Estaba suplicando le a Santiago que me contara de lo que hablo con mi padre, llevaba días sin querer decirme de que había hablado con mi padre, pero ya no aguantaba la curiosidad.

— ¿Por qué no le preguntas a él? —rio divertido.

— Sabes que no me lo va a querer decir, por favor —hice un puchero, o al menos eso intente

— Casi me convences con esa mueca pero no te diré, —sonrío—, ya déjalo, hablamos hace 2 semanas, es más, ya ni recuerdo de que hablamos.

Deje de insistir porque sabía que no me diría, llevábamos así toda la semana. Él es muy necio, reservado o como le quieran decir y yo soy muy metiche.

— Oye, sabes que hoy vuelve a clases, ¿no? Ya lo dieron de alta en el hospital y volverá hoy.

— Si lo sé, me lo comentaron mis hermanos; aun no entiendo cómo es que lo mandaron al hospital y no los expulsaron, o al menos suspendieron, o como él no presento cargos.

— Bueno Javier se hecho toda la culpa y como él ya no estudia aquí no le pudieron decir nada, solo le prohibieron entrar y de los cargos, —solo una risa irónica— Walker venimos de 2 familias importantes, si el presentaba cargos iba a terminar perdiendo, por golpearte y todo eso, pero aun así hay que tener cuidado. Cualquier cosa que te haga me lo dices y yo lo arregló.

— Santiago —me miro directo a los ojos—. gracias.

Sin pensarlo, me acerque y lo abrace lo más fuerte que pude. Era más alto que yo y claramente estaba fuerte, así que me levanto un poco del piso para abrazarme.

— Para eso estamos los amigos Walker.

— Sabes —me separé del abrazo—, nunca creí llevarme bien contigo... no sé, pareces algo narcisista.

— Gracias por la sinceridad, eh —empezó a reírse.

Entramos al salón y todos se nos quedaron viendo, corrijo, me veían a mí pero como si quisieran matarme con la mirada, no sé qué les pasa.

— ¿Por qué nos miran así? O bueno, ¿por qué me miran a mí así?

— Porque vienes conmigo Walker, te volverás popular.

— Oh, yo creo que esto no va a funcionar, ya sabes nuestra amistad —me reí.

Nos sentamos por las filas de en medio, las bancas eran compartidas así que nos sentamos juntos para poder platicar.

— ¿Enserio no sabes porque me volví popular? ¿Vives debajo de una roca?

— No, solo no entiendo.

— Me volví capitán del equipo de americano de la escuela.

— ¿Hay equipo de americano? —debe de estar bromeando, me hubiera enterado antes.

— Fingiré que no preguntaste eso Walker.

— Es enserio, no sabía.

— Walker, tu hermano fue capitán.

— Dylan solo juega fútbol, si le dan un golpe llora como niña de 4 años.

— Javier, hablo de él, fue capitán, el mejor hasta el momento.

— ¿El haciendo un deporte?

— Si, tal vez por eso se le da tan bien su trabajo.

Javier estudió algo de comunicación, lenguaje de comunicación creo; trabaja comentando partidos de futbol, básquetbol o cualquier deporte que le guste. Igual sube videos a YouTube con Dylan, por eso Dylan es un poco conocido.

Pero vaya, apenas me entero que él jugaba americano, jamás lo esperé de él.

— Casi no sé nada de mis hermanos, tal vez por eso nunca me entere. No mantenemos buena relación.

Llego el maestro y empezó a dar su clase, aburrida como siempre. Díganme a quién le gusta la clase de alemán y a primera hora.

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Estábamos en mi casa, ya era algo común que Santiago estuviera aquí, nos habíamos vuelto muy unidos este último mes. Si, ya hace un mes fue lo del golpe, ya no se nota y Yael no se ha acercado a mí, el trabajo lo estamos haciendo solos, el profesor entendió y accedió separarnos por la paz del salón.

— ¿Entonces qué película pongo?

— Una de acción. —sonrío.

— ¿Rápidos y furiosos?

— ¡Maze runner!

— ¡Divergente!

— ¡Los juegos del hambre!

— Solo pongan una película ya, antes de que me desesperen y les aviente las palomitas. —Verónica sonaba irritada.

— Es que Jones tiene malos gustos.

— Tú eres la que tiene malos gustos, empezando por la música, ¿cómo no te va a gustar One Direction?

— Están sobrevalorados, —sonreí— no me juzgues, son mis gustos. Tienes que superar eso ¿okey?

— Pesimos gustos los tuyos.

— Mejor me voy.

Mi hermana tomó el plato de palomitas y se fue, nosotros solo nos reímos y terminamos viendo una película de Harry Potter.

— Walker, me tengo que ir —dijo mientras yo terminaba de guardar los platos que habíamos usado para la pizza y las palomitas.