Los Amores de Juventud

¿Y eras muy enamorado indio? Pregunte riéndome… ¿Novias? si ¡BASTANTES! ¡Ah! cuando estaba carajito, pero esas eran novias de carajitos ¿sabes? que uno mismo no sabe ni lo que quiere (se ríe con picardía) puro besitos y tonterías y después las otras bueno… he tenido mujeres a mi cargo varias ya, pero de la escuela me acuerdo de una que era bueno la... la noviecita de toda la vida de carajito ¡oíste! estábamos ponle como de seis años pues, sabes que uno se enamora a esa edad, y estudiábamos juntos y toda vaina y yo iba pa´ su casa y ella iba pa´ mi casa a hacerme la visita, pero de carajitos y la mamá aceptaba y mi mamá también (lo dice entre risas) esos gozaban una bola las dos “mira estos carajitos” y… ¡y vaina! Y después bueno… de grande no la volví a ver más, era blanca, delgada, bonita, bueno… ¡para mí era bonita no! pelo liso, ahorita no sé cómo estará, porque más nunca la vi... (piensa) recuerdo este… los besitos que uno se daba escondió´ detrás de la puerta (se ríe y baja la cara) eso recuerdo. Nos agarrábamos las manos y toda broma, la espalda… si me acuerdo, una vez (pregunta si importa que lo cuente y le dije que sí) le metí la mano así por detrás ¿no? me acuerdo y le pellizque una nalga, pego ese brin… gritó y taba´ la mamá al frente, teníamos… ponle nueve años… unos carajitos, (pensando y mirando a ningún lugar) ¡de vaina no me descubrieron ese día! ¡imagínate! me descubren me escoñetan, me expulsan de la casa (se ríe mucho) “no hay más confianza para ti” (como si se lo estuviesen diciendo a él) y siempre en el colegio estábamos juntos, pal recreo pa´ toda vaina… la mamá aceptaba, ella decía: “usted va hacer mi yerno de toda la vida” y ¡qué va! ¡Fíjate… que nunca llegamos a nada vale!

Después tenía una novia, la que andaba conmigo para arriba y pa` abajo ¡te voy a decir! duramos… desde el setenta y nueve como ocho años… ¡ocho años duramos! pero como… ahí fue cuando ¡me caí! entonces… tú sabes cómo es eso, es donde se pierde todo, y desde esa vez, bueno quedamos como amigos y somos amigos, nos vemos, de amigos y todo. Cuando yo la veía el corazón de una vez, coño… pegaba como un frío, una alegría, una vaina… ya no, la he visto y ya no, ya eso paso; y yo digo que uno se enamora una sola vez, ¿será verdad eso? Yo creo que dos veces no, o de repente sí, pero no es igual, no es como el primer amor, ese es el que nunca se olvida, pienso… y esa lo decía, después que se casó, le decía al esposo que me iba a visitar ¡oíste! Y el esposo la dejaba… y ella llegaba y me decía, coño yo le digo y no… él sabe, dije coño solamente él, porque yo no me la calo ¿verdad? ¡noo!

Recuerdo a todas las mujeres de esa época, pero más a... esa que me acompañaba pa’ todos lados, pa´ Margarita, pa´ todos lados… bueno porque siempre… pa´ Margarita todos los viernes nos íbamos, en ese tiempo el pasaje valía trescientos bolívares en avión, yo los conseguía porque andaba jodiendo y bueno, los reales bueno... ¡Una vez le regale un carro a una novia mía! no era que era mi novia, si no que salíamos y compartíamos los fines de semana, durábamos quince días sin vernos y bueno… nos íbamos un viernes y regresábamos un domingo, nos íbamos de rumba y una vez cargando el carro… y ella manejaba, yo la mandaba a manejar y ¡manejaba fino! un día se queda en un semáforo me acuerdo yo, ¡ah no! veníamos era de “Tácata” (una localidad en la costa) me acuerdo, y me dice: ¡Ay! ¿cuándo tendré un carrito de estos?… ¿te gusta?… ¡sí! ahorita me dejas en la casa y te quedas con él, ¡no creo! ¡Si! a vaina vas a ver le dije, llegamos al sitio y me dejo en el sitio y le dije: ¡ahora ese carro es tuyo! toma los papeles ¡te lo regalo! ¡no joda! tu hubieses visto a esa mujer como andaba, ella quedo sorprendida. Yo tenía dos más, yo no le paraba, era un Malibú dos puertas, me acuerdo, clásico, y esa me llegaba a buscar, Siempre, esa gozaba un mundo…