Indio... ¡prohibido Morir!

La Huelga Y El Motín

Preso en Oriente. Me mandaron pa´ Ciudad Bolívar y de Ciudad Bolívar me mandaron pa´ “Puente Ayala” que es en Barcelona, de Barcelona pa´ “la Pica” y bueno… dure ahí como dos años ¡fue feo! ahí si te digo… hay un momento, ahí si te digo que me asuste, porque nos echaron candela ¿sabes lo que pasó allá? que nosotros llegamos allá; que nosotros llegamos y pusimos una huelga de hambre, allá la visita no entraba a los pabellones, la visita entraba como a un sitio, un pedazo así como (señalando hacia un lugar en el vacío, un lugar espacioso) era pa´ las visitas nada más y con los internos, pero las visitas de ahí no podían entra pa´ allá pa´ donde uno vivía pues, sabes que uno quiere que ellos descansen también, entonces llegamos y los orientales estaban bien así y le dijimos coño chamo… (recuerda) no podías besa a la novia, tú le dabas un besito y un vigilante te veía y decía ¡epa! coño… ¿qué vaina es?, ¡nojooo chico! ¿Qué te pasa a ti? esas mujeres que vienen de tan lejos… ¿no le va a poder dar uno un beso? le dije, empezamos, vamos hacer una huelga vale… en esta vaina, pa´ que nos saquen pa´ Caracas, empezamos hacer la huelga y empezamos hacer volantes, hacer cartas, bueno… a cada pabellón, le poníamos: “huelga de hambre el lunes” y “el que coma se muere”, es así la huelga de hambre, dirigidas por los caraqueños de una vez, ¡de una! caraqueños son los que… entonces empezaron ellos, los jefes de pabellones, los jefes de bandas… porque ahí siempre hay jefes de bandas, empiezan a llamar a uno ¡mira! ¿cómo que huelga de hambre? bueno… huelga de hambre el lunes a las doce de la noche oyó, “coño que hay que preparar…” nada de preparar hasta que termine, quince días, un mes, hasta que termine la huelga y que nos… ¿Bueno y que van a pedí ustedes? ellos no sabían y le digo yo: Visita para dentro, buena comida en el rancho.

Nosotros no comíamos en el rancho… pero claro, que no la requisen mucho a las visitas ni nada de eso, y que podamos hacer sexo, de una vez le dije, porque coño a uno le hace falta, tú sabes lo que es… sin nada, entonces la vaina, unos tipos ¡coño que tal! ¡NADA! ya sabes y el que se coma la luz se muere chico ¡POSITIVO! Hicimos la huelga de hambre, empezaron… bueno eso fue, lo avisamos con tiempo, empezaron los domingos, empezó a ir la familia, ¡que hay huelga! Empezó a salí en la televisión “huelga de hambre el lunes en la Pica” empezamos a decirle a las familias ¡no! Llévense toda la comida, no aceptábamos comida ni nada y a las doce de la noche la guard… todo el mundo comiendo que jode, (el primer domingo) ¡es peor! porque al siguiente día el estómago lo tienes más grande, yo que ese domingo no comí mucho y ¡qué va! Nos preparamos, no, porque éramos nosotros los líderes de esa vaina y nos retratamos pa´ que nos trasladaran, porque a los líderes de huelgas los trasladan de una vez, entonces nosotros pa´ que nos sacaran de allí, porque coño… es que no queríamos estar ahí… todo el mundo andaba descalzo, en shorts, en visita los orientales en shorts y descalzos, sin camisa… ¡coño! Se veía una vaina demasiado… ¿entiendes? ¡Humillante! Y claro entonces cuando llegamos nooo…, eran puros… veinte planazos a cada uno nos daban (durante la huelga) diario, por veintidós días duramos… empezamos, empezó la huelga, dos días, tres días, nadie llegaba ni nada, cuatro días… a los ocho días fue que empezó el gobierno a… "¿mira no van a comer nada?" Que venga el gobernador, me acuerdo que pedimos. Y el ministro, fue el ministro de Justicia cuando vio que llevábamos quince días, y a los quince días sin comer y la gente desmayándose. Mas de uno se desmayó y los sacaban y vaina hasta que… fue el ministro… fue y nos preguntó… entonces nosotros le dijimos bueno señor queremos es esto (lo de la privacidad, las visitas conyugales, algunas consideraciones) y nos dijeron que sí, y queremos que nos saquen pa´ caracas, mándenos pal´ mostro, el mostro es un castigo en Valencia pero ta´ más cerca de Caracas; coño pa´ allá son como diez horas de camino, ¡nooo! entonces fue cuando nos dijeron: "miren ustedes están aquí es castigados" - todos los que vinieron del Rodeo - éramos ocho- "ustedes están castigados, ustedes se van cuando cumplan dos años, así que ustedes pueden matar, pueden hacer lo que les dé la gana, ustedes no salen de aquí" nos dijeron el ministro y los demás… no habían muchos caraqueños, éramos nosotros que estábamos llegando, éramos veintiuno por todo; pero nosotros los del Rodeo.. y si los demás quieren irse también tan castigaos, todos los que llegaron de los penales de Caracas es castigo, ustedes no se pueden ir de aquí, así que váyanse preparando porque ustedes van a durar tiempo aquí, entonces fue cuando les dijimos: bueno… pero queremos visitas conyugales "las van a tener… de hoy en adelante, cuando tengan visita hagan lo que ustedes quieran, con sus novias, con sus amigas, con sus mujeres, con lo que ustedes quieran" dijo el ministro ¡coño! eso fue un éxito que tuvimos, ¿y las requisas? No las van a requisar mucho, está bien; las visitas entran para las celdas, los orientales empezaron ¡coño! los caraqueños bien, empezaron con nosotros, pero empezamos a jugarles sucio, entonces comenzamos hacer fiestas, a bailar, le echábamos eso… limpiecitos esos pabellones, ¿el piso? Nosotros mismos pasábamos coleto, esos los que vivíamos allí ¡eso brillaba! comenzamos hacer minitecas y vaina, como sabíamos que hacer, sacábamos esa miniteca, empezábamos a pegar en todos los espacios del penal, “miniteca en… en barrio bron” los del bron éramos nosotros, barrio el bron los caraqueños en la “S” “todo el que vaya lleva su pareja, y las mujeres se aceptan solas ¡ahí fue donde empezaron los peos! empezaron… las mujeres iban ¡coño! (recordando aquel lugar donde vivía) aseadito y se metían ¡entren, entren! No dejábamos entrar a orientales solos, el oriental que entraba tenía que entrar con una mujer y a veces llegaban con sus hermanas, ¡ah! vamos pa´ onde esta gente… empezaban y nosotros les debamos comida ¡hacíamos comida, vacilándonos una! y esa música y esos orientales bailando, empezamos nosotros a pasar a las mujeres pal bungaló; le zampamos… (se ríe) lo hacíamos y empezaron a salir esas mujeres preñadas… ese lío y la vaina, orientales ¡casi nunca iban vale!, porque ellos no, no entraban mucho porque tenían lío con las mujeres y empezamos a… a robar a los tipos, pa´ que… ¡a ver si nos sacaban y nada!, pero cuando cumplimos los dos años… ese fue; entonces llevaron un traslado del Dorado, una banda de guayaneses, puros guayaneses y los mandan pa´ onde estábamos nosotros los caraqueños, nooo como estos son malandros, vamos a mandarlos pa´ onde los malandros a ver (eso piensa el indio que seguro dijeron los directivos)… y los tipos se encompincharon con nosotros, cuando ven puros caraqueños ¡coño, epa! Conocen a uno al otro, yo también conocí a uno de ellos y vaina, no hombre, bueno… vamos apoderarnos del pabellón completo y el pabellón era cuatro letras, nosotros teníamos una sola, bueno tal ¡si va!... todos los que no sean caraqueños ni guayaneses no pueden vivir aquí, empezamos a correr todos los que no eran de Guayana de ahí… ¡delen pa´ allá!, delen pa´ allá, porque ellos convivían era en Ciudad Bolívar convivían con los monaguenses y los de Barcelona, son guerras que hay allá de… de pueblos oíste, de bromas así, no pueden… empezamos a robar a todo el mundo, a quedarnos con los restaurantes de la gente… yo me acuerdo que yo le quité un restaurante a un tipo; llegó mi familia y yo tenía mi restaurante con mesonero y todo, éramos tres socios, al tipo le llegamos ¡MIRA! Y el tipo ¿Qué? Tu fuiste policía en la calle oíste… ¿Cómo? ¡Si! Tú eras DISIP ¿verdad?, entonces vamos hacer lo siguiente ¡te vas! recoge lo tuyo y te vas pa´ enfermería y no te pasa nada, si no, te mueres; ¿llamo a la gente? ¿silbo? le decía yo; el tipo: no, está bien y llegaba otro diciéndole ¡está hablando el comandante! ¿Qué vas hacer? Está bien… llame a los mesoneros y dígale que usted nos vendió el negocio y así fue, nos dejó nevera, todo y el tipo se iba pa´ enfermería, empezamos así, nojoo apoderándonos de las cantinas, de todo nos apoderamos ahí, fue cuando vino la matazón. Entonces nos dieron una…nos dieron una encerrona, se pusieron… ¡fíjate como es la vaina! entre los presos orientales… hablaron con los vigilantes más los guardias, y nos, nos… nos… ¿Cómo es que se llama eso? Nos cocinaron a todos los caraqueños y a todos los guayaneses, y… y estábamos jugando fútbol, yo taba jugando fútbol ese día porque yo jugaba fútbol allá, yo salí en la prensa de allá y todo, jugando fútbol quedamos campeones; entonces estábamos jugando fútbol y vemos es cuando le… a uno de nosotros le mochan la cabeza así (evoca el recuerdo e intenta hacer las mímicas de cómo fue el suceso, levanta la mano derecha como quien tiene un machete en las manos, y hace un slam alto) cayó así, un machetazo, nunca se me olvida, yo venía cuando el tipo le daba la patada, llegó un tipo así, estilo chino, ¿las películas chinas? (mirando como visualizando la escena) y con el machete le corto la cabeza y cayo así al piso… ¡la cabeza! y el pana cayo después, el Negro Joche me acuerdo y el tipo le dio una patada a la cabeza, bueno… y el pana cayó después así de boca y los tipos empezaron a jugar con la cabeza del pana… así… ¡fútbol!, eso salió en la prensa, pasó como en el año noventa y dos fue, salió que jugaban cabe… ¿cómo es? “Fútbol con la cabeza de los presos”, cuando veo la vaina, arranque a correr ¡CLARO! ¿Quién iba a…? eso es un motín, empezamos a correr todos los caraqueños pa´… pa´ onde vivíamos y los guayaneses, ¡nos dieron una emboscada! Cuando estuvimos adentro nos trancaron, llegaron los guardias “¡QUIETOS!” La guardia, nos trancó a todos y dejó a los demás por la vía ¡AFUERA! Y les dijo a los orientales “vayan por ellos y mátenlos a todos” mataron a diecisiete de nosotros… bueno ese día si sentí miedo, nos tiraban molotov pa´ dentro, tizne, gasolina, todo el mundo quemándose… ¡GRITANDO!




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