Indomable

Capitulo Quince

Elijah camina por el sendero que lleva hasta la casona de los Jenkins mientras teclea en su móvil, hace más de quince minutos que busca noticias sobre las últimas carreras y quienes son los prodigiosos de la nueva temporada; entre tantos novatos reconoce a su viejo compañero Lucas Eclent –quien también solía ser su competencia en todas y cada una de sus carreras-. Al parecer tras su desaparición luego del accidente el adversario –que era ya bastante popular en el medio- había avanzado en la tabla de posición a mas no poder y que, había ganado el patrocinio de una importante empresa; masculla, a él le hubiera gustado poder adquirir un patrocinador pero no era el caso, lamentablemente apenas y llegaba a las últimas posiciones en el ranking gracias a su popularidad. Si no se daba prisa pronto tendría que ver su nombre en las listas de perdedores…

― Elijah… ― la voz femenina lo saca de sus pensamientos.

― Buenas noches Catalina ― sonríe guardando el móvil.

― ¿Te encuentras bien? Luces preocupado ― ladea la cabeza.

― Nada grave ― niega ― Lamento la demora, me distraje un poco, tengo mucho en mi cabeza últimamente.

― Sí, comprendo, pero esta noche es para relajarnos y pasar un buen momento. Deja el trabajo para mañana ― emprenden la caminata hasta donde el auto del chico se encuentre aparcado.

― Tienes razón ― ríe ― ¿No vienen tus hermanas?

― No, discutí con Elena y Elizabeth es una amargada que prefirió quedarse en casa en lugar de aprovechar que nuestro padre salió para hacer lo mismo ― se encoge de hombros ― A veces pienso que jamás me dará un cuñado ― ríe.

Elijah sonríe de lado por las ocurrencias de la castaña, le extraña que siendo hermana de la rubia no haya intuido que ha aprovechado el tiempo que su padre no vigila el rancho para estar cerca de sus amados caballos; podría apostar todo su dinero y su futuro a que Elizabeth ya está en los establos acariciando a Sproud o Galeón.

― Bueno, supongo que estoy a tu merced y al de tus amigos ― suelta llegando hasta su auto.

― Me agrada que así sea ― sonríe la castaña coqueta logrando que el muchacho eleve una ceja.

― A mí no tanto ― ríe algo incómodo.

― ¿Por qué? ¿Acaso no te gusta que una chica te corteje? ―pregunta subiendo al vehículo.

― No es eso, es solo que… ― la observa sin saber bien como decirlo.

― ¿Qué? Anda dime, ¿Cuál es el problema? ― frunce el ceño, estaba seugra de que el joven Greggor se sentiría bien en su compañía y si la noche propiciaba un bue ambiente podría, quizás, darle una señal de lo que causa en ella.

― Catalina, me parece una chica muy simpática y agradable pero creo que tú me ves con otros ojos y no es un caso recíproco, ¿Comprendes? ― pregunta rascando su nuca.

― Pero, aceptaste salir conmigo ― susurra.

― Sí, pero en plan de amigos. Además dijiste que salariamos con un grupo de tus conocidos y me pareció buena idea disfrutar una noche de relax ― se encoge de hombros ― Perdona, no pensé que tu fueras en serio.

― ¿Ya te habías dado cuenta? ― pregunta desviando la mirada.

― Eres muy transparente ― sonríe ― No sé qué decirte más que un lo lamento, créeme cuando te digo que no soy el hombre para ti, ni siquiera tenesmo algo en común Cata. Si gustas te acompaño de regreso a tu casa, entenderé que quieras cancelar la salida.

― No, no te preocupes ― le sonríe ― Soy una mujer adulta, no una niña, comprendo bien lo que dices y espero poder tener una buena amistad contigo sin que las cosas terminen incómodas.

Ambos se sonríen, hay una estela de inconformidad por parte de la joven pero lo disimula tan bien como puede y tras una nueva especie de discusión por el rumbo que ha tomado su salida deciden continuar con la misma; el vehículo enciende dando por iniciada la noche, la carretera los recibe con gusto, desolada y algo fresca y es que para llegar a la ciudad es necesaria unas dos horas de viaje pero nada que una buena charla y algo de música no puedan solucionar.

En dado momento el silencio reinó entre ambos, para la fémina las cosas habían salido tan mal como ella llegó a imaginar y es que dio por sentado que tendría “feeling” con Elijah, suspira lentamente; siente sus ojos picar un poco y sabe que la sensación es previa a las lágrimas pero se contiene, no puede llorar frente a él y dejarle saber que en realidad esta tan dolida como una niña de quince años a la que rechazaron por una mayor, no quiere que note las enormes ganas de gritar que tiene ni las veces que lleva desviando la mirada para ver el perfil del muchacho y sus bonitos ojos color miel.




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