Indomable

Capitulo Veinte

― ¡Carajo! ― cae del caballo estrellándose en el suelo bajo la atenta mirada de la rubia.

― De nuevo ― suelta ella tranquila ― Deja de querer ordenarle todo, tienen que entenderse mutuamente.

― Como si fuera tan fácil ― rueda los ojos sacudiendo su pantalón.

Nuevamente monta en el caballo, el animal apenas y se inmuta con su presencia como si fuera menos que menos y no mereciera ni un apice de atención; suspira, cierra los ojos sintiendo los rayos de sol sobre su piel y tratando de encontrar la calma que le falta para poder comenzar su propia rehabilitación, para pdoer dejar de lado la inseguridad y el mieod que se ha apoderado de su ser desde que se accidentó; pero no es fácil, no se trata de algo que se haga en un dia, no, claro que no pero no va a rendirse puesto que las palabras de Elizabeht le hicieron ver que sólo se estaba haceindo daño…

Da un leve movimiento a las riendas del corcel, con calma el corcel comienza a caminar, apenas unos pasos mientras Elijah sonríe viendo a la rubia que asiente aprobando el pequeño avance –que es casi gigantesco para el jinete-. Logran desplazarse hasta estar cerca de la joven –tengamos en cuenta que son apenas unos metros de distancia, por no decirle pasos de distancia-, suspira satisfecho y cuando esta por continuar la muchacha tomas las crines de Petaca –nombre asignado al caballo por Abel Greggor-.

― ¿Qué ocurre? ¿No continuaremos? ― pregunta sorprendido.

― Me temo que no, creo que es asombroso lo que has hecho teniendo en cuenta que no podias ni acércate pero no hay que forzar los resultados ― sonríe. ― Continuaremos otro día, ahora debo irme.

― ¿Tienes planes? ― baja de un salto.

― Algo así, mi amiga Beatriz me invitó a almorzar y su hermano cocinará ― sonríe ― Quiero cambiarme antes.

― Pero si así te ves hermosa ― suelta sin pensar.

La joven voltea a verlo sin saber que decir, con una sonrisa que intenta ocultar por vergüenza pero agradeciéndole con la mirada por el cumplido.

― De verdad te agradezco, pero quiero verme linda para la ocasión ― se encoge de hombros.

― ¿Ese joven te gusta? ― eleva una ceja.

― No, bueno, apenas lo conozco ― responde algo dubitativa ― Lo he visto algunas veces pero no puedo decir que me gusta, aunque sea algo guapo.

― ¿Algo guapo? ― ríe ― No te merece.

― ¿Cómo sabes quién me merece y quien no si no lo conoces? ― Rueda los ojos ― Además, ¿Qué puedes saber tú? No veo que tengas novias y solo pasas tiempo conmigo.

― No se trata de cuantas personas hayan pasado por tu vida Lizzy ― le sonríe con cariño. ― Eso es de niños.

― Lo sé, así me sonó ― chasquea la lengua.

― Esa es una de las tantas cosas que me encantan de ti, que eres abierta a las críticas, que sabes reconocer cuando no tienes razón, cuando te equivocaste o cuando lo que has dicho es propio de una niña ― ríe suavemente acercándose ― A veces toman como ofensivo que les digan que son niñas, siendo que eso las vuelve encantadoras; imagina, una mujer madura y hermosa, segura de su éxito que sabe que esa parte aniñada que posee aún no es algo que deba avergonzarla sino algo de su propio disfrute, así te ves siempre.

― G-Gracias… ― balbucea quedando entre el caballo y el muchacho.

― Ese chico no te merece, no lo conozco pero sé que así. ― acaricia su mentón.

― ¿Y quién me merece? ¿Tú? ― suelta de pronto, algo a la defensiva si tenemos que ser francos.

― No, tengo mil y un errores pero los pondría todos a tu disposición para que hicieras con ellos lo que te plazca ― sonríe.

Elizabeth abre la boca sin saber si quiera qué es lo que va a decir, las ultimas palabras del muchacho la han dejado helada, no se esperaba semejante parte de él y debe admitir que con cada palabra pronunciada su pecho vibró sin parar; carraspea acomodando su cabello detrás de su oreja saliendo del reducido espacio en el que ha quedado para verlo a los ojos, esos intensos ojos color miel…

― Me tengo que ir, Elijah yo… ― calla de repente frunciendo los labios, ¿Qué ocurre con ella? ¿Puede afectarla tanto las palabras de alguien?

Sí, al parecer, si podían…

― Tranquila, luego me ayudas con lo de montar ― sonríe como si no sucediera nada ― Quiero volver a las carreras en la próxima temporada y solo tengo un mes para prepararme por lo que Galeón estará listo pronto y podremos terminar esto que tenemos; te pagaré por tus servicios, eso te lo dije desde el principio. Tomo muy en serio tu trabajo, te admiro por ello.




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