Indomable

8. Terminó en una silla de ruedas.

Sabía que era una mala idea hacer lo que quería hacer pero debía intentarlo, no podía formar parte de la lista de decepciones, me habia prometido a mi misma hacer todo lo que estuviera en mis manos para ayudar a Evan, así que baje del taxi en el que estaba y camine hacia la casa que tenia en su dirección los mismos números que el papel que tenía en la mano y toque la puerta; un par de minutos después una bonita pelirroja abrió la puerta, me miró confundida y luego sonrió.

— ¿Tú eres Abril? — preguntó; ahora era yo quién la miraba confundida — Yo soy Alexandra, la novia de Marcus, pasa.

— Si, yo soy Abril, ¿cómo sabes eso? — ella tomó mi mano y me halo dentro de la casa.

— Ava llamó, me dijo que tal vez Abril vendría — miré al rededor y ella rió — Marcus esta duchandose, tardara un poco en venir, ¿Quieres tomar algo? ¿comer?

— Amm... no, estoy bien así, gracias — la miré y señaló el sofá, me senté y ella me imitó.

— Se que estas aqui para hablar con Marcus sobre el tratamiento — la expresión de su cara me hacía sentirme aún más insegura acerca de esto pero debía intentarlo, no podia quedarme con los brazos cruzados.

— Se que él desconfía de mi, que piensa que seré una decepción, que no podre ayudarlo pero no sabe lo diferente que soy de las demás personas que han trabajado con Evan, yo no voy a rendirme, no voy a abandonarlo — la mire y hable de la forma mas honesta que pude — No conozco a Evan, no se cómo era antes de que ocurriera todo esto, ni siquiera se exactamente que le pasó y porque esta en la silla... lo único de lo que estoy segura es de que su familia esta sufriendo y si Evan fue o es la mitad de buena persona que es Ava vale la pena, vale la pena ayudarlo a salir adelante y estoy arriesgandome mucho al venir aquí a pedirle a Marcus ayuda pero él es la unica persona que puede ayudarme.

Ella me escuchaba con atención y en su rostro podia ver la lucha que tenia para no llorar, era una mujer sensible, cómo yo.

— ¿Que es lo que quieres? — escuche que pregunto Marcus desde lejos y luego lo vi caminar hasta el sofa y se sentó junto a la pelirroja.

— Quiero ayudar a Evan — respondí mirándolo — Realmente quiero hacerlo.

— ¿De que modo? — hablaba tan cortante, ni siquiera Evan en el estado que se encontraba era tan cortante al hablar.

— De cualquier modo Marcus — respire profundo y lo miré — No conozco a Evan, pero a Ava si y ella es una mujer increible, ha hecho por mi hermano incluso más de lo que he hecho yo en toda mi vida y si Evan es la mitad de bueno de lo que ha sido ella, vale la pena el esfuerzo.

Marcus se quedó mirándome, respiró profundo y asintió.

— Si crees que Ava es buena, Evan te parecería un santo — empezó a hablar — Él no tenía que ir al ejercito, nuestra familia tiene suficiente dinero y suficientes contactos como para no tener que preocuparnos por cosas como el servicio militar pero mi hermano no pensaba de ese modo, después de que terminó de estudiar corrió a unirse al ejercito, se burlaba de nosotros por no hacerlo, decía que si queriamos hacer algún cambio debiamos ser parte de eso y para él la mejora manera de ayudar era estando en los lugares que más ayuda necesitaban, estaba realmente emocionado por ir a las zonas mas peligrosas del mundo, antes de irse nos prometió que salvaria la mayor cantidad de vidas posibles, que ayudaría a cada persona que necesitara de él pero...

Dejó de hablar, miró a otro lugar y suspiró, sabía que era lo que iba a decir: terminó en una silla de ruedas.

— Se que todo lo que ha pasado también te ha afectado a ti, a toda tu familia y que estas harto de ilusionarte y pensar que esta vez si van a lograrlo, que esta vez podrían convencerlo para después ver como se iban, como se rendían y abandonaban a tu hermano pero yo no haré nada de eso, no pienso rendirme, no voy a irme hasta ver que Evan se levanté de esa silla.

— He escuchado eso tantas veces y de tantas personas que ya no es creible para mi, veo que estas interesada y quieres ayudar pero en algún momento vas a cansarte de esto y te querras ir... he visto como abandonan a Evan tantas veces que no lo soportaria una vez más.

— No — negué con la cabeza — No voy a rendirme, voy a insistir hasta lograr algo...

— Hablas con mucha convicción — dijo Alexandra — ¿Que es lo que te motiva a hacer esto? dinos la verdadera razón.

— Ava no se rindió con William... — respondí y una lágrima resbaló por mi mejilla — Ella no se rindió con él y salvó su vida.

— ¿A que te refieres? — preguntó Marcus mirándome a los ojos con el ceño fruncido.

— Liam... Liam iba a lanzarse al vacío — no pude evitar quebrarme y llorar frente a él pero no podia evitarlo, estaba contándole algo que habia sido muy doloroso para mi — Y ella no se rindió, habló con él y tomó su mano por su demasiado tiempo... ella lo convenció de no saltar y gracias a ella mi hermano está en casa, vivo y ahora felíz, muy felíz.

— Y tu quieres hacer lo mismo por ella, salvar a su hermano — dijo ella que ahora sostenía la mano de Marcus y daba suaves caricias en ellas.

— Quiero ayudar — asenti — Y tú eres el único que puede ayudarme a ayudarlo.

— Esta bien, ¿que es lo que vamos a hacer? — sonrió un poco y yo suspire aliviada.

— Necesito que me hables de las lesiones de Evan y que me digas que ejercicios hacer, que masajes... quiero saber todo.

— ¿Y cómo vas a lograr que Evan acepté hacer todo eso que quieres que te enseñe? — preguntó dudoso — Porque nadie ha podido convencerlo de hacer nada de eso.

— Voy a convencerlo de la misma manera en que te convencí a ti de que era psicóloga — sonreí un poco y él soltó una carcajada.

— Eres un demonio Abril — reí y limpié las lágrimas que aún escapan de mis ojos.

— Antes de venir le dije que sabía hacer algunos masajes que ayudarian a reducir sus dolores — lo mire y el negó con la cabeza.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.