14.La abogada del diablo.

Después de recoger todos los platos, lavarlos, secarlos y ponerlos en su lugar bajo la atenta mirada de Evan me acerqué a él, me agaché y sonreí.

— ¿Ves algo que te guste? — bromee y él bufo.

— No, solamente estaba observando lo mal que lavas los platos — respondió y movió su silla para ir a la sala de estar.

— Creo que debería ir a tu casa por algunas cosas para ti — mencioné cambiando de tema — Porque no creo que quieras ponerte los mismos boxers todo el tiempo que estés conmigo.

— ¿Porque no? — me quedé mirándolo sorprendida, no podía creer que él dijera eso — ¿Qué? cuando era un soldado a veces tenía que quedarme con la misma ropa durante días.

— ¡Qué asco, Evan! — fingí querer vomitar y lo señalé — Que luzcas como un vikingo no quiere decir que debas oler como uno. Iré a tu casa por algo de ropa y por Vikie, ¿Algo más que quieras que te traiga?

— Mi celular y mi cartera — pensó durante unos segundos y sonrió — Tráeme también mi arma, está en mi mesa de noche.

— ¿Tu arma? — negué con la cabeza — No voy a traerte un arma, ¿acaso estás loco?

— No, no estoy loco, de hecho, creo que podría necesitarla — negué de nuevo con la cabeza y caminé a la puerta — ¡Tráela Abril, podría tener la necesidad de usarla contigo cuando estés siendo muy molesta!

Tomé mi celular, le saqué el dedo medio a Evan y salí de la casa.

— ¡Pórtate bien! — grité y cerré la puerta.

Tomé un taxi a la casa Hunter para llegar más rápido y le pedí al taxista que me esperara afuera para que me llevara de vuelta, cuando entré a la casa toda la familia se quedó mirándome, simplemente los ignore y caminé a la habitación de Evan, tome una maleta del armario, empaque camisas, pantalones, boxers y decidí no empacarle pijamas, sabía que estaba siendo egoísta pero que me perdonará Dios por intentar ver a Evan en boxers de nuevo.

— ¿Realmente te llevaste a mi hermano a la fuerza? — pregunto Marcus desde la puerta.

— Si me lo lleve, pero no fue a la fuerza, él no se resistió y no me exigió que lo trajera de nuevo — continúe metiendo las cosas que Evan me había pedido y luego busque a Vikie, la tomé cargada en una mano, agarré la maleta con la otra y empecé a caminar a la salida nuevamente.

— ¿Eso es todo lo que piensas decir? — Marcus caminaba atrás de mi, no me detuve, seguí caminando hasta la puerta.

— Si quieren hablar con él pueden llamarlo a su celular — salí de la casa, subí al auto y le dije al conductor que arrancara, pero mark no se rendiria tan fácil, se acercó a la ventanilla y me miró.

— ¿Me tendrás informado sobre sus avances físicos? — en su rostro de veía lo preocupado que estaba por su hermano.

— Lo haré — sonreí un poco — ¿seguirás enseñandome masajes y ejercicios para sus piernas?

— Lo haré — sonrió y levanto su mano a modo de despedida — Gracias por no rendirte, Abril.

Sonreí y le pedí al taxista que arrancara.

Cuando llegué a la casa vi a Evan sentado muy entretenido viendo televisión y charlando con Liam sobre un montón de cosas que no entendía, dejé la maleta en el suelo y la gata que inmediatamente camino hasta su dueño, saltó a sus piernas y se acurruco. saqué de la maleta el celular y se lo entregué.

— Gracias — lo tomó y miró la maleta — Trajiste lo necesario ¿Verdad?

— Si, lo hice — sonreí, en la maleta había todo lo que él pudiera necesitar, excepto pijamas — Llevaré esto a mi habitación, supongo que ahí es donde vas a quedarte mientras veo a donde llevarte después.

Él asintió y volvió a hablar con Liam, yo tomé nuevamente la maleta y caminé a mi habitación donde ya estaba mi madre quitando mis almohadas, cobijas y sabanas.

—El muchacho no es un rayo de sol — dijo mi madre cuando entre y mientras organizaba mi cama con sabanas, cobijas y almohadas limpias para que Evan durmiera en la noche — Pero al menos es educado.

— Sé que no es el hombre mas amable en el mundo y ahora mismo seré la abogada del diablo porque te diré que entiendo su modo de comportarse, su familia lo adora y se nota, pero cometieron un error enorme al intentar obligarlo a hablar con extraños y tratarlo como si estuviera loco o enfermo, ese hombre necesita que le demuestren que él no es un inútil y que puede salir adelante, que tiene que reaccionar de una vez por todas y poner manos a la obra para enmendar sus errores, tiene recursos.

— ¿Y cuales son esos recursos Abril? — preguntó el desde la puerta.

— ¿Hace mucho estas ahi parado? — mi madre rió y negó con la cabeza, Liam que estaba de pie atras de el Suspiró.

— ¿En serio Abril? solamente tu podias cometer ese error.

— Mamá no te burles, Liam, cierra la boca y Evan... Tu sabes a lo que me refiero, no me disculpare por eso — el asintió y acercó su silla a mi.

— ¿cuales recursos? — pregunto de nuevo ignorando mi error.

— Puedes apoyar fundaciones, dando charlas sobre tu experiencia como soldado y si hicieras la bendita terapia física podrías hablar de lo mucho que vale la pena esforzarse por salir adelante, serías un ejemplo para quienes piensan que no hay esperanza y que todo este perdido.

— No entiendo cómo podría hacer algo así — se acercó dónde estaba la maleta, la abrió y empezó a mirar lo que había llevado — Abril, ¿Y las pijamas?

— ¡Ay, demonios! — puse una mano en mi frente dramáticamente — Tenía la sensación de haber olvidado algo.

Evan negó con la cabeza, molesto, Liam se burló de mi "Olvido" y mi madre me miró cómo si leyera mi sucia mente que deseaba ver como dormiría sin pijama.

— Tal vez algo de Liam te sirva — sonreí inocente, pero sabía que nada de Liam le quedaría ya que Evan era más alto y corpulento que él.

— No creo que le sirva nada, pero veré que puedo conseguir — dijo mi madre saliendo de mi habitación — Tu termina de ordenar el cuarto.

Reí y terminé de organizar la habitación y tomé todas mis cosas para llevarlas al cuarto de mi madre donde suponía que iba a dormir mientras estuviera Evan en la casa, porque mamá no permitiría que durmiera el sofá y no era porque pensara que estaría incómoda allí, era más bien para poder vigilar que no me metiera en la habitación y abusara de Evan.