Indomable

21. intenciones ocultas.

Los ojos de Evan estaban cerrados mientras yo pasaba los dedos por sus cejas, en sus labios había una sonrisita de esas que dejan ver una pequeña fracción de los dientes y con una de sus manos tocaba suavemente mi costado de ida y vuelta, llevábamos un buen rato así en la cama, desnudos, solamente sintiendonos.

— Supongo que esto significa algo serio...

Abrió los ojos, tomó mi mano, la llevó hasta sus labios y dio uno de esos tiernos pero muy sensuales besos en la palma haciéndome sonreír.

— ¿A que te refieres con algo serio?

— A eso... que ahora debemos tener algo más serio, no podemos simplemente levantarnos y continuar con nuestras vidas como si nada.

Me quedé mirándolo como idiota por varios segundos, mientras mi cabeza lograba procesar las palabras que Evan había dicho: Algo serio. Solo conocía una manera de interpretarlo pero temía hacerlo, no quería pensar o darle significado, emocionarme y después de golpe caer de la nube porque no era eso a lo que se refería, así que decidí irme por la opción más saludable: preguntar.

— ¿Podrías ser más... específico? — rodó los ojos y después sonrió.

— ¿Eres tonta o te haces? — golpee su brazo y él beso nuevamente la palma de mi mano — Estoy hablando de que ahora no somos sólo amigos, somos más que amigos y tu desnudez lo demuestra.

— No soy la única que esta desnuda y si mi memoria no me falla, nunca hemos sido amigos — me miró, entrecerro los ojos unos segundos y después asintió.

— Tienes razón, nunca fuimos amigos, nos saltamos esa parte — se acercó y besó mi mejilla para distraerme mientras bajaba una mano hasta ponerla en mi trasero — Y ya no podemos volver atrás, ya somos algo más.

— Podrías dejar de decir algo más — hice comillas con los dedos — Dime de una vez a que te refieres cuando lo dices, no quiero tener que pensar y pensar para que después resulte que lo que estaba dando vuelvas en mi cabeza no es.

— Deberías hacerle caso a tu cabeza — se sentó y me miró  — Hablo de una relación, estar juntos, ponerle título a esto que esta pasando entre nosotros; sabes que me gustas y sé que te gusto, es simple.

— Me gusta lo que estas diciendo — me senté, estire la mano y toqué su barbilla — Pongamos un título y sigamos adelante hasta ver a donde nos lleva todo esto...

— Estoy de acuerdo — puso una mano en mi cuello, se acercó y beso mis labios.

Todo entre nosotros iba rápido y estaba consciente de que podría ser difícil, ya que hay días buenos y días malos en todas las relaciones pero estaba segura de que debido a la situación en la que estaba Evan iba a ser un poco más complicado.

— Vamos a vestirnos, tenemos que salir — susurre sobre sus labios.

— ¿Salir? ¿A que? — dio pequeños besos y me abrazó.

— A tomar aire, dar un paseo, tal vez... comer un helado.

— ¿Y si mejor nos quedamos acostados todo el día? — me abrazó con más fuerza — Dejaré que escojas una película para que veamos.

Solté una carcajada, besé suave su barbilla, me removi en sus brazos hasta que me soltó y me levanté.

— Esta bien, me tienes, pero vamos a vestirnos — tomé la ropa del suelo, le entregué la suya y empecé a vestirme.

Evan en vez de vestirse se quedó observandome; pendiente de todos los movimientos que hacía, en silencio y con una sonrisa en su rostro. Le di una mirada de reproche y él levantó los hombros; estaba encantada con esa actitud, era tan relajado y tan dulce, incluso un poco juguetón.

Debía admitirlo, ya no estaba en el umbral de me gusta, ya había dado el paso y estaba en la zona de enamorada... jodidamente enamorada.

Después de vestirnos, ordene un poco la habitación, tomé unos cojines del sofá, los acomode en la cama y me recoste junto al hombre que se robó mi corazón sin esforzarse ni un poco.

— Ya se que película quiero ver — sonreí amplio y él hizo mala cara — ¡Ni siquiera he dicho un nombre!

— No es necesario, con esa cara que estas haciendo ahora, estoy seguro de que será algo demasiado de niña.

— Deja de quejarte, a veces pareces niño de cinco años — rodó los ojos y cruzó los brazos — Quiero ver Hombres de honor.

— ¿Hombres de honor? — se quedó mirandome como si tuviera un pequeño alien sentado en la cabeza — ¿Porque esa película?

— No lo sé — levanté los hombros — Me dieron ganas de ver esa.

— ¿No hay intenciones ocultas?

— No molestes y veamos la pelicula — me levanté, tome el computador y busque la pelicula.

Tenía un montón de intenciones ocultas pero no iba a aceptarlo ni en mil años, quería que viera la mayor cantidad de cosas motivacionales, aunque pareciera un intento patético, lo iba a hacer. El plan era que cansarlo y que decidiera ir a terapia.

— Bien, veremos la película, pero la proxima sera 47 ronin — me queje y me recoste en su hombro.

— Acertaste a la primera — sonrió — Detesto esa película.

— Excelente — juntó sus manos y solté una carcajada.

— Pareces Mr. Burns — el rió y abrazó mis hombros — La siguiente a esa sera Forest Gump.

Iba a quejarse pero lo hice quedar en silencio con un golpesito suave en el costado.

Toda la tarde tuvimos batalla de películas y cada vez intentábamos adivinar la película que menos le gustaba al otro, hasta que al final tomamos la decisión de ver una que nos gustara a ambos y no pudimos ponernos de acuerdo. Así que le preguntamos a Liam por su película favorita y la que menos le gustaba y solo por molestarlo terminamos los tres en mi habitación viendo una película infantil sobre un monton de trolls que cantan.

Había sido un gran día.




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