Indomable

23. no vas a rendirte de nuevo.

El camino a la casa de Marcus había sido silencioso, mis dedos martilleaban en el volante constantemente, estaba nerviosa; en cualquier momento Evan podía abrir la boca para pedirme que diera la vuelta y fuéramos nuevamente a mi casa.

— Deja tus manos quietas, Abril, ese golpeteo es muy molesto — desvíe la mirada de la carretera un par de segundos y lo vi con la cabeza recostada y los ojos cerrados, en sus mejillas y barbilla ya se podia ver un pequeño rastro de barba y lucía muy bien, incluso más joven — Ojos en el camino, tesoro, no querrás accidentes.

— ¿Tesoro? — miré nuevamente la carretera — Por favor no, eso suena muy mal.

— ¿No te gusta, tesoro?— su pregunta sonaba juguetona, cosa que me hacía sonreír — Por que a mí si me gusta, aunque podría intentar con otro, otros de hecho.

— Tendremos que dejar esa charla para otro momento, porque ya llegamos — estacione el auto, baje y fui por la silla de Evan al maletero, la saqué, le ayudé a bajar del auto y cuando estuvo cómodo en la silla me hice atrás de él y empuje la silla hasta la entrada de la casa de Marcus, toque el timbre y una pelirroja muy sonriente abrió.

— ¡Oh Dios! ¡Hola! — saludó alegre y se apartó de la puerta — Entren, Marcus esta en la sala.

Entramos en la casa, Marcus estaba sentado mirando algo en su celular, cuando sintió el sonido de las ruedas, lo soltó, se levanto y se acercó a mi, me abrazó y susurró un "gracias". Evan se quedó mirándolo, rodó los ojos y dio un manotazo en su espalda.

— Que tu hermano soy yo, deberías estar abrazandome a mi — Marcus y yo soltamos una carcajada al unísono — Ya, Mark, sueltala.

— ¿Celoso, tesoro? — sonreí y él gruño.

— ¿De ese idiota tan feo?, claro que no.

— ¿Tesoro? — Marcus abrazó a su hermano y le dio un sonoro beso en la mejilla — Me alegra tanto verte y me alegra muchísimo más verte asi, ¡Finalmente veo tu cara!

— No debí quitarme la barba o el cabello — me miró y yo reí — Ahora este tonto volverá a saludarme con besos cada vez que me vea y es asqueroso.

— Para de quejarte, deja a tu hermano ser feliz — asintió haciendo mala cara y después sonrió — Ahora a lo que vinimos.

— ¿Que necesitas, hermano? — Alexandra se acercó, nos entregó vasos llenos de jugo y se sentó junto a Marcus que puso la mano sobre la de ella.

— Quiero empezar nuevamente con las sesiones de terapia.

— Cuando quieras, si quieres empezar ya, estoy listo — sonrió y apretó la mano de su novia.

— Pero tengo un par de condiciones — Mark asintió — Quiero a Abril en todas y no le digas a la família.

— ¿Porque no quieres decirles? — pregunte curiosa.

— Quiero hacer esto por mi, no quiero tener la presión que ellos ejercen sobre mi, los amo, pero a veces me agobian y no quiero que estén todo el tiempo preguntándo por los avances, no quiero que se desilusionen si me rindo de nuevo.

— Es que no vas a rendirte de nuevo, tú vas a llegar al final de esto — Evan suspiró y miró el suelo.

— No seas tan optimista, los dos sabemos que para esto soy un cobarde, puedo soportar muchas cosas, pero esto es realmente difícil y no por el dolor físico, esto se me dificulta porque siento que caminar de nuevo no es algo que merezca.

— Siempre va a ser difícil ser egoistas y pensar únicamente en el bienestar propio y más en tu situación, tu tienes demasiados traumas asegurados con candado en lo más profundo de tu mente y a lo largo de tu vida vas a pensar en si estas haciendo lo correcto — habló Alexandra con una seriedad impresionante — Estaras constantemente cuestionandote, sí hubieras hecho algo más las cosas serían diferentes, sí tu vida es más valiosa que la de las personas que murieron, tu vida será una guerra constante, pero necesitas aprender poco a poco y con ayuda profesional a lidiar con esto y hablarlo es el primer paso.

— Ella tiene razón — tomé su mano y él me miró — Vamos a hacer terapia física y cuando te sientas listo buscaremos a alguien y harás la terapia emocional.

— Muy bien — se levantó Marcus — Empecemos con unos masajes y unos ejercicios suaves hoy y mañana haremos una sesión completa ¿Te parece?

Evan asintió, besó suavemente mi mano y después se fue junto a Marcus a otra habitación, Alexandra se acercó y se sentó a mi lado.

— No había visto a Marcus tan feliz en mucho tiempo, él adora a su hermano y le rompía el corazón saber que seguía sin hacer nada para ayudarse, estaba tan enojado por la decisión que Evan habia tomado al dejar la terapia, por eso siempre decía que lo llevaría a un hospital y lo intentaría — tomó mis manos y sonrió — Evan no necesitaba un hospital especializado, necesitaba un motivo para querer vivir de nuevo.

Me quedé en silencio mirandola y ella río.

— A ti cariño, te necesitaba a ti, tu eres su motivo para salir adelante y retomar su vida — reí y seguramente me sonroje — ¿Quieres comer algo dulce? Tengo unas galletas deliciosas en la cocina que no puedo comer cerca de Marcus porque las odia.

— Todo lo que tenga dulce lo acepto — me levanté y la seguí a la cocina, sacó las galletas y nos sentamos a comerlas.

— ¿Y que piensas de la familia Hunter?

— Bueno, son amables y son bonitos en extremo — ambas reimos.

— ¿Irán al cumpleaños de Ava y Dean el próximo sábado? — me quedé mirandola confundida.

— ¿Ellos son gemelos? — ella río y asintió — Wow.

— Si, cumplen sus dulces veintitrés — se comió otra galleta y sonrió.

— ¿Sabes todas sus edades? — pregunte bajito.

— Bueno, mi Mark es el mayor, tiene treinta, le sigue Corey que tiene veintiocho, luego va Evan, que tiene 25, pronto cumplirá veintiséis y Ava y Dean son los menores com veintitrés — me quedé mirándola sorprendida y ella río de nuevo — Llevo mucho tiempo conviviendo con esta família y tengo buena memoria.

— Espera, eso son cinco — me quede en silencio un momento — El dia que conocí a Marcus había un chico más en la casa, era callado y tímido, pero ahi estaba.




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