Indomable

25. no seas dramática.

Llevabamos dos horas en la casa y Evan estaba silencioso, tenso e inquieto, movía su silla de un lado para el otro por toda la sala de estar, un par de veces chocó contra el sofá y una vez con una esquina de la mesa, sus ojos miraban a todas partes menos a mi y su respiración estaba agitada. No podía aguantar más, quería darle tiempo a procesar todo y después preguntarle suavemente, pero estaba preocupada y ansiosa, él estaba al borde del pánico y me ponía allí también. Me levanté del sofá, caminé hasta quedar frente a él y lo miré.

—¿Que fue lo que ese hombre te dijo? — pregunte mientras cruzaba los brazos y cambiaba el peso de una pierna a la otra.

— Nada importante — gruño y miró a la izquierda.

Si no fuera nada importante no se habria alterado de la forma en que lo habia hecho, no tendría la expresión que tenía ahora marcada en su rostro y tampoco tendria los labios tan apretados que se le veían blancos.

— No preguntaré de nuevo Evan, dímelo — me miró con el ceño fruncido y resoplo.

— No es algo que a ti te importe — hablo bajito y pausado.

— ¿No es algo que a mi me importe? ¿Y desde cuándo tu sabes que es lo que me importa y lo que no?

Rodó los ojos, haciéndome enfurecer, estaba siendo demasiado odioso, grosero, antipático y odiaba eso, detestaba verlo tan afectado por lo que sea que le haya dicho ese idiota y odiaba más que me respondiera como lo hizo; era más que obvio que me importaba y no por que quisiera saber lo que habian hablado si no porqué él estaba tan afectado por sus palabras que estaba muy intranquilo. No quería pelear con él así que mejor empecé a caminar hacia la habitación de mi madre, iba a hacerlo en silencio pero un gruñido de su parte me hizo girarme y decirle:

—» Para tu información me importa todo lo que tiene que ver contigo ¿Y sabes porque? ¡Por que soy tu maldita novia! ¿O ya lo habías olvidado?

Continúe mi camino y cuando estuve dentro del cuarto azote la puerta. Me senté en la cama con los brazos cruzados, no podía creer que se comportara así conmigo cuando lo único que quería era saber porque estaba mal para poder pensar en algo que fuera suficiente distracción y dejara de pensar en eso, mis intenciones al preguntar eran buenas, él necesitaba hablar para poder relajarse y dejar de pensar en lo que sea que le haya dicho ese Chase.

Cinco minutos después sentí dos golpes en la puerta antes de que fuera abierta, miré hacía su dirección y Evan me miraba, ya no tenía el ceño fruncido, pero su expresión seguia siendo seria.

— Entiendo que no debí hablarte como lo hice, lo siento — suspiró — No quiero hablar de ese tema ahora mismo, te lo contaré después cuando la rabia se vaya, ¿estás de acuerdo? no quiero descargar mi ira en ti, cariño.

Me quedé mirándolo y unos segundos después las lágrimas empezaron a bajar por mis mejillas; lo había presionado para hablar, estaba haciendo lo mismo que su família cuando querían enviarlo a esa clínica, presionarlo y solo habia logrado hacerlo enfadar más, me sentía mal, se suponía que yo era su novia y debía entender que hay momentos en los que él va a necesitar espacio, que algunos temas eran más sensibles que otros.

— ¿Por...? ¿Porque estas llorando? — acerco su silla hasta quedar casi frente a mi y tomó una de mis manos, su ceño estaba fruncido pero ahora era por confusión, en lugar de enojo.

— Lo siento mucho Evan, no estaba pensando, fui una tonta al hablarte como lo hice — subió la mano que tenía libre y acuno mi mejilla con ella — Estaba presionante demasiado, no debí hacerlo.

— No fue demasiado, no seas dramática — sonrió y limpió una lágrima con su pulgar — Me has presionado muchísimo más que esto y con temas más delicados, relájate.

— Creo que soy una novia terrible — reí y él lo imitó — Hemos sido novios poco tiempo y yo ya estoy aqui haciendote tremendo drama, ya estoy dandote problemas.

— Supongo que un buen novio soporta estas cosas — me reí de nuevo y negué con la cabeza — ¿No lo crees?

— Un buen novio sabe poner a su novia en su lugar cuando se lo merece y yo me lo merezco... mucho.

A veces me dejaba llevar por la situación y me alteraba mucho cuando las personas no accedían a lo que quería, era uno de mis mayores defectos y lo detestaba, especialmente cuando se trataba de Evan, con él nada era sobre obtener lo que yo quería, era sobre él y su bienestar.

— Es la primera vez que dices que eres mi novia y también que digo que soy tu novio, no le habiamos dado título a esto — acarició mi mejilla y después dio un beso suave en mis labios — Y se siente bien hacerlo, me gusta.

— A mi también, Evan, me gusta mucho — susurre sobre sus labios — Y ahora que somos una pareja siento la necesidad de cuidarte más, digamos que me siento un poco sobreprotectora contigo.

En los libros y películas románticas siempre son los hombres los que se comportan de forma protectora con las mujeres pero yo habia salido defectuosa, siempre sentía la necesidad de proteger hombres, primero a Liam y ahora a Evan.

— Oh, lo noté, créeme que lo noté — beso nuevamente mis labios — La forma en la que le hablaste a Conrad cuando llegaste de comprar los helados fue una buena pista de que me sobreproteges.

— No puedo evitarlo — puse mis manos en sus mejillas y lo besé, un poco mas profundo y prolongado esta vez — Te quiero demasiado y no me gusta ver que alguien te descomponga de esa manera.

Tenía ganas de meterlo en una caja de cristal y mantenerlo en la parte más alta del anaquel para que nadie pudiera tocarlo, después de ver su sonrisa, su alegría y las ganas que tenía de seguir adelante con su vida, no quería que nadie le hiciera daño, él ya había sufrido suficiente para esta y otra vida, era su momento de ser felíz y no iba a permitir que un hombre como Chase Conrad opacara eso.

— Creo que deberíamos irnos a tu cuarto — besó mis labios un poco más y se alejó — Por qué me siento un poco cohibido aquí, no puedo besarte apropiadamente.




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