30. los dos de pie.

La recuperación de la herida había sido buena, la primer semana solo me dejaban levantarme para ir al baño, la comida me la llevaban a la cama y mi madre me limpiaba alrededor de los puntos todas las tardes, el dolor disminuía cada día y después de que me sacaron los puntos — siete dias después — ya podía moverme libremente por toda la casa pero no podía arriesgarme a levantar cosas pesadas. Corey pasaba todas las tardes por Evan, lo acompañaba a su terapia y volvía a traerlo a mi casa pero al final de la segunda semana me sentía harta de estar siempre en casa y que no me permitieran hacer nada, así que me vestí y sin decir nada me subí al auto de Corey.

— ¿Y tú que haces aquí? — preguntó Evan mirándome.

— Estoy harta de estar en casa, voy a ir con ustedes hoy — crucé los brazos — Y no intenten decirme que me quedé, porque no lo haré.

— Esta bien, no lo haremos — dijo Corey que arrancó el auto — ¿Si van a ir el próximo sábado a la fiesta de Ava?

— Claro que si — sonreí emocionada — Ya sé que voy a usar ese día.

— ¿No crees que aún es muy pronto para decir que si? — dijo Evan — La herida todavia no esta curada completamente y podrías sentir dolor.

— Ya no me duele — lo miré y sonreí — Se que intentas poner esto de excusa para no asistir pero permíteme arruinar tus esperanzas; vamos a ir así tenga que quedarme sentada y no bailar.

— ¿Estás segura de esto? — tomó mi mano.

— El que no está seguro eres tú — dijo Corey estacionando el auto — ¿Porque la insistencia en no ir? Es el cumpleaños de nuestra hermana pequeña.

— Y el de Dean también — le recordó Evan.

— Si, pero sabes que desde que cumplieron doce años prefieren celebrar por separado.

— ¿No les gusta hacer la celebración juntos? — pregunté bajando del auto, me hice a un lado cuando Corey se acercó con la silla de Evan.

— No, ellos prefieren hacer sus fiestas por separado, Dean dice que la decoración de Ava es muy rosa y Ava dice que Dean solo quiere que le lleven desnudistas — me reí y Evan negó con la cabeza sonriendo.

Los tres juntos entramos hasta el lugar donde Marcus estaba esperándolo. Estaba vestido de pies a cabeza con ropa de color azul claro y se acercó a mi con su mejor sonrisa y me dio un delicado abrazo.

— Me alegra tanto verte — se alejó un poco y me miró de arriba a abajo — Te ves muy bien.

— Me siento muy bien — sonreí — Además estaba harta de estar encerrada en casa y que me traten cómo un bebé.

— Ahora me entiendes — dijo Evan con una pequeña sonrisa.

— Es que tú eres un bebé, hay que tratarte asi — bromee y él rodó los ojos — ¡¿Lo ves?!

Marcus río, saludó rápidamente a Corey y se puso atrás de Evan para empujar la silla.

— Es la primera vez que estás en la terapia con nosotros — giró a la izquierda en el pasillo y entramos en una sala enorme que tenía barras, caminadoras y un montón de máquinas que tenían como propósito rehabilitar a personas que habían tenido lesiones similares a las de Evan o peores incluso.

— Si y estoy emocionada, quiero ver los avances que ha hecho. Él no ha querido contarme — Evan le guiño un ojo a Marcus, grité y lo señalé — ¡Hey! ¡Te vi!

Los tres chicos en la sala rieron y Marcus me señaló una silla, caminé hasta ella y me senté mientras él acercaba a Evan a una camilla donde empezaron a hacer unos ejercicios.

— Muy bien, Abril, presta atención — hablo profesionalmente Marcus — Lo que estamos haciendo en este momento es un calentamiento, para que sus piernas estén preparadas para lo que viene. Lo primero es sentarse allá, le pondremos eso que ves ahí, que parece una liga y levantará las piernas, eso lo fortalecerá, hasta ahora puede levantar sólo un poco, después de eso va a dar unos pasos ayudandose de las barras — las señaló — Y finalmente dará algunos pasos sin ayuda.

— ¿Solamente harán eso? — Evan, Marcus y Corey me miraron con los ojos muy abiertos y como si quisieran darme un golpe en la cabeza — ¿Qué?

— Todo esto requiere un gran esfuerzo por parte de Evan, no podemos presionarlo demasiado, hay que ir poco a poco — asenti y el continuó explicandome — la intensidad de los ejercicios va ir variando al igual que la cantidad de tiempo de cada uno, al inicio él solo podia estar aqui cerca de treinta minutos, ahora soporta la hora completa.

— ¿Entiendes? Cielo. — dijo Evan burlón.

Le saqué la lengua y él río mientras lo guiaban a la silla, se sentó y Marcus rodeó sus piernas con una especie de liga de gran tamaño, hizo un conteo y Evan empezó a levantar las piernas pero sólo podía hacerlo  unos centímetros y volvía a bajarlas, luego las subía nuevamente un poco y así varias repeticiones, miré sus movimientos por un par de minutos y después miré su rostro, con tan solo unos minutos ya estaba sudando y sus mejillas rojas, apretaba los labios y arrugaba la nariz cada vez que hacía fuerza para levantar sus piernas. El tiempo fue pasando y los ejercicios fueron cambiando poco a poco, Marcus estaba ahí todo el tiempo dandole indicaciones y Corey cada vez que Evan queria detenerse le daba palabras de aliento o hacía bromas.

Mi corazón latía rapido mientras lo miraba y mis ojos se humedecian al verlo esforzarse tanto, sentía el cuerpo en tensión cada vez que hacía un movimiento, era una reacción tonta por que yo no era quién estaba esforzandose si no él, de sus ojos salieron un par de lágrimas algunas veces y yo sentía ganas de corree hasta él para limpiarlas y decirle que todo estaba bien, pero no me atrevía a levantarme de la silla. Cuando finalmente Evan se puso de pie para dar unos cuantos pasos solo, me emocioné y dejé salir algunas lágrimas de felicidad, ya estaba utilizando sus piernas y aunque sus pasos eran algo torpes podía avanzar por si mismo. Dejé salir un pequeño sollozo sin querer, Evan me miró y se detuvo.

— Cariño — habló y estiró una mano hacía mi.

Caminé directamente hacía él, ignore su mano y lo abracé por primera vez estando de pie, me rodeó con sus brazos y río un poco.